Quiéreme bonito, pío! 🐥

Capítulo 8, pío! 🐥

Yoongi contempló como un suave pío escapaba entre esos gruesos labios entreabiertos que formaban un dulce poquito y luego esos hermosos ojos grises que habían estado fijos sobre la herida, se volvieron blancos antes de que, simplemente, la cosita bonita se desplomara.

Y aún en su sorpresa, el alfa fue capaz de sostenerle justo a tiempo antes de que su cabeza golpeara con el duro suelo.

Pero...

Parpadeando, Yoongi observaba el rostro aparentemente dormido del dulce pollito, el cual había caído tan pronto como observó la sangre en su rodilla.

En serio, ¿quién se desmayaba realmente por ver sangre?

Soltando una ligera risa por la ternura en persona que era el omega, el alfa observó a su alrededor, asegurándose de que nadie les estaba prestando atención, y entonces lo tomó bien entre sus brazos, pasando uno por esa pequeña espalda y otro bajo sus rodillas antes de alzarlo del suelo fácilmente.

Frunciendo ligeramente sus cejas al ver que el omega parecía pesar igual que una pluma, Yoongi se prometió a sí mismo que lo ayudaría a comer más cuando lograra acercarse más al dulce hombre.

Por lo que había comprobado, Jimin siempre se estaba saltando una comida durante el día, o a veces, ni siquiera comía correctamente cuando lograba hacerlo, ya que siempre ocurría algo que se lo impedía o le quitaba el apetito a la cosita bonita.

Soltando un resoplido ante el recuerdo, el cambiaformas jaguar avanzó un paso y luego se detuvo cuando contempló un par de lindas plumas de un amarillo brillante en el suelo, justo en el lugar donde Jimin se había caído.

Agachándose sin problemas con el rubio omega entre sus brazos, Yoongi cogió las dos plumas y luego volvió a alzarse, contemplando dichas plumas.

Eran hermosas, de un amarillo parecido al cabello de Jimin, solo que un poco más brillantes.

—Debes de ser toda una ternura en tu otra forma, ¿no? —murmuró observando el rostro dormido.

Y el dulce pollito solo soltó un suspiro, apoyando su cabeza en su hombro mientras, inconscientemente, se acercaba más a su cuello en busca de su aroma.

—Tierno —sonrió y entonces, observó a su alrededor, buscando una banca que estuviera al lado de una fuente de agua.

Cuando encontró el lugar perfecto, alejado y cerca de un frondoso árbol que los ocultaba de otros, se acercó a la banca con paso tranquilo para no despertar al dulce pollito.

Tomando asiento en la esquina más cercana de la fuente, el alfa acomodó el pequeño cuerpo sobre su regazo, logrando que se sentara de lado, cosa de que su costado se estuviera recargando en su pecho y le sostuvo con un brazo rodeando su espalda para que no se cayera.

Buscando en sus bolsillos, sacó unos pañuelos desechables y se encogió de hombros sabiendo que era lo mejor que encontraría para limpiar la herida del pollito bonito.

Humedeciéndolo un poco, presionó suavemente sobre cada herida, limpiando los restos de tierra y piedrecillas que habían quedado enterradas en la piel y luego limpió con uno nuevo la sangre.

Cuando esta siguió saliendo por sus buenos momentos, Yoongi instintivamente frunció el ceño, no gustándole mucho que la piel de su pollito fuera tan delicada, ya que significaba que cualquier cosa le iba a estar hiriendo fácilmente.

No importaba que ambos fueran cambiaformas y que podrían sanar más rápido que un humano, el dolor que sentía al herirse era igual al que cualquier persona podría sentir.