Capítulo 42, pío! 🐥

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Cuando Jimin abrió sus ojos, se lamentó un poco al descubrir que ya se encontraba en su forma humana, había disfrutado de su tiempo en su forma de pollito jugando con su pareja, quien también había cambiado a su jaguar para jugar con él.

Había sido una experiencia nueva e innovadora que pronto le estaría pidiendo nuevamente a su pareja repetir, después de todo, fue muy divertido corretear por ahí con su alfa siguiéndolo o usando su gran cuerpo como su parque de juegos.

Después de tanta actividad, su pollito que siempre se había encontrado intranquilo y muy cerca a de la superficie, en ese momento estaba agradablemente tranquilo y durmiendo en las profundidades de su mente.

Lo cual era un poco extraño, ya que el omega estaba acostumbrado a que siempre estuviera empujando en él de alguna forma, queriendo llamar su atención.

Pero "extraño", no significaba que no fuera bien recibido, claro.

Ya que se sentía extremadamente bien y muy descansado a pesar de que había estado jugando hasta tarde con su alfa.

Con una pequeña sonrisa, el hombrecito contempló el desnudo pecho frente a él, y luego inclinó su cabeza hacia atrás para encontrar el dormido rostro de su pareja, quien descansaba tranquilamente.

Realmente, todo había comenzado a cambiar para bien desde el momento en que Yoongi había entrado en su vida.

Soltando un suspiro alegre, el dulce omega besó los labios de su alfa y luego se inclinó más cerca, acurrucándose contra este.

Cerrando sus ojos, el pequeño pollito se relajó nuevamente queriendo disfrutar simplemente de la paz que sentía en ese momento junto a su pareja.

—¿Quieres levantarte ya, bebé? —preguntó su alfa, rodeando su pequeño cuerpo con un brazo.

—Nop, hoy no hay trabajo y nada por hacer, así que podemos simplemente quedarnos en la cama por mucho, muuuucho tiempo —expresó manteniendo sus ojos cerrados.

—Me gusta ese plan —ronroneó Yoongi, con su pecho retumbante, al igual que haría un gato cuando estaba feliz.

—¿Cómo haces eso, pío? —exclamó con sorpresa Jimin, enderezándose un poco para observar a su alfa con grandes ojos brillantes.

—Es fácil, como tú mismo has dicho, soy un gato grande —le sonrió, y volvió a ronronear, haciendo sonar su pecho con ello.

—Sí, un gatito muy grande —rió suave—. Mi gato —sonrió, volviendo a bajar su cabeza, depositando un dulce beso en el hombro de este.

—Exacto, tu gatito —ronroneó deslizando su mano por su pequeña espalda hasta llegar a la curva de ese perfecto trasero, el cual apretó entre sus manos.

—Yoonie —pronunció entre una risita baja y un gemidito dulce.

—Uhm, realmente me gusta ese sonidito, en especial cuando está combinado con esos dulces píos tuyos —expresó masajeando una de esas perfectas nalgas, apretando y soltándola.

—Yoonie... No hagas eso —pidió, presionando más su pequeño cuerpo al de su pareja.

—¿Por qué? —sonrió, lentamente deslizando un dedo entre esos glúteos, buscando el pequeño orificio.

—Ngh~... Y-yoonie... —jadeó cuando finalmente un dedo le penetró.

—Uhm, parece que necesitamos algo de lubricante, aún no estás liberando lo suficiente —expresó el alfa, moviendo lentamente ese dedo—. ¿O podría jugar un poco contigo hasta que comiences a liberarlo de forma natural? —pensó.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora