Capítulo 9, pío! 🐥

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Cerrando la puerta de su departamento, Jimin no pudo evitar soltar un suspiro mientras luchaba contra la tentación de volver a entrar para acurrucarse en su nido.

Deseaba seguir rememorando una y otra vez su encuentro con Min Yoongi, y aunque seguía avergonzándose cada vez que recordaba la forma en que se había caído tan tontamente y luego desmayado, valía totalmente la pena recordar cuando también veía esa hermosa sonrisa atractiva del hombre con sus dulces palabras.

Aunque había pasado un buen susto cuando le llamó pollito, debió de haber supuesto que lo decía por su apariencia, Jungkook también se lo había comentado un par de veces, pero aun así...

No podía evitar asustarse cada vez que alguien lo comparaba con uno, temiendo que habían descubierto su gran secreto.

En sí, él ya se estaba exponiendo mucho dejando caer sus plumitas en todos lados y soltando píos sin que se diera cuenta, por lo que tenía sentido que se asustara cuando alguien hacía mención de ello.

No era normal que un humano estuviera haciendo esas cosas después de todo.

Con su teléfono vibrando en su bolsillo, sacándolo de sus pensamientos, el dulce pollito se quejó por lo bajo al sobresaltarse y arrojar sus llaves al suelo.

Soltando un suspiro, se agachó para recogerlas y sus labios se estiraron en una mueca al sentir el tirón en sus rodillas.

Instintivamente, observó su pantalón, casi esperando encontrarse con manchas de sangre, por lo que se relajó un poco cuando no encontró nada y se levantó sintiendo ese tirón nuevamente.

Al menos su dolor y herida duraría ese día y al siguiente ya se iba a encontrar mejor, como si nunca se hubiera caído gracias a su pollito.

Cuando era pequeño y se caía, siempre sintió curiosidad por ello, ya que su hermano tardaba días en sanar, había sido entonces que su padre le explicó que su proceso de sanación era un poco más rápido al de las personas normales, ya que ellos eran cambiaformas pollito.

Dirigiéndose al ascensor, Jimin pensó en lo que podría decirle a Yoongi si este le pregunta al respecto.

No sentía correcto mentirle al apuesto hombre cuando este le había ayudado tanto apenas conociéndole, pero tampoco sería bueno decir que su herida sanó de un día para otro, eso no era normal.

Y supuestamente él era una persona normal, tenía que serlo.

Saliendo del edificio, los labios del rubio omega se fruncieron cuando su teléfono volvió a sonar.

No muy feliz, lo sacó y le envió un mensaje a su madre, prometiéndole que ya iba en camino y luego lo volvió a guardar.

Sin poder evitarlo, su mirada viajó hacia el edificio de al frente, donde Yoongi se había despedido, desapareciendo en el interior.

Haber descubierto que el hombre apuesto era su casi vecino, había sido una agradable sorpresa, porque eso significaba que habría muchas más oportunidades de poder encontrarse, y Jimin esperaba que, en al menos una de ella, no hiciera el ridículo como todos los encuentros hasta el momento.

"Al menos piensa que soy bonito y tierno" se recordó, sintiendo como su rostro se calentaba al pensar en ello.

No estaba muy seguro de cómo debería de tomarse eso, era un hombre, no a todos le gustaba que le llamaran de esa forma, pero...

Que Yoongi se refiera a él así junto a aquella mortal sonrisa, despertaba divertidas cosquillas en su estómago que nunca había sentido por nadie, sin contar de que su pollito llegaba a saltar y mover sus alitas de alegría por ello.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora