Capítulo 15, pío! 🐥

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Bajándose del autobús, Yoongi chasqueó su lengua no muy satisfecho con el transporte público.

Siempre era una cosa o era otra.

Si el chofer no conducía a paso tortuga, lo hacía a la velocidad de la luz, y si estaba de malas, el desgraciado a penas se detenía por los pasajeros, mientras que cuando se encontraba de buenas subía personas hasta arriba del techo.

Ya estaba deseando que su auto llegase pronto, pero ¿quién habría pensado que su pollito se encontraría viviendo en medio de una ciudad prácticamente a dos semanas de donde tenía su escondite?

Ni él lo habría pensado hasta que lo encontró.

Observando la gran estructura del hospital, el alfa se dirigió a una banca cercana a la entrada y tomó asiento dispuesto a esperar a su dulce pollito.

Sacando su celular, le envió una foto a su omega diciéndole que ya le estaba esperando afuera, comentando que ya no había oportunidad de retractarse para salir a cenar juntos.

Y mientras esperaba una respuesta, su sonrisa se borró cuando la pantalla de su teléfono fue invadida repentinamente por una llamada entrante de un número desconocido.

Pero a pesar de que no estaba registrado, Yoongi no tenía que ser un adivino para saber exactamente de quién se trataba.

—Mino —pronunció tras contestar.

—... ¿Cómo sabías que era yo?

—Solo tú te atreverías a conseguir mi número personal y a llamarme a este —respondió no muy feliz por ello, y se lo hizo saber al beta con su tono.

Bueno, disculpa, si me hubieras contestado el otro teléfono, tal vez yo no habría tenido que llegar a este punto —argumentó.

—Si no te contestaba era por algo, ¿no? —chasqueó su lengua.

—Una, dos y hasta tres veces te creo, nunca fuiste una persona exactamente comunicativa ni social, pero esta era mi quinta llamada —se defendió—. Tenía que saber si estabas vivo o si debía de enviar a alguien en tu lugar —expresó.

—No te atrevas a hacer esa estupidez —gruñó lo suficientemente enojado como para poner alerta a su contacto.

—¿Qué está sucediendo? ¿Me estoy perdiendo de algo? —indagó—. ¿Encontraste al chico?

—Sí, lo hice —respondió, con su mirada fijándose en la entrada del hospital a la espera de su pareja.

—¿Por qué no diste el aviso entonces? —cuestionó—. Sabes lo importante que es este proyecto, los del consejo quieren informes y yo no puedo hacer nada si tú no me dices nada —indicó algo irritado.

—No te dije nada debido a que ese pollito, es mío —declaró—. Así que será mejor que vayas cancelando esa supuesta misión de su búsqueda si no quieres que vaya de caza detrás de ti —amenazó.

—¿C-cómo puede ser eso? —exclamó algo temeroso por su amenaza.

—No lo sé ni me interesa averiguarlo, el chico es mío por lo que será mejor que tú y el consejo se olviden de él porque no pienso llevárselo para que intenten emparejarlo a otro alfa o peor aún, condenarlo a ser una máquina incubadora de pollitos —bufó con desagrado de solo pensarlo.

—Hey, solo están ayudando a averiguar qué sucedió y solucionar el problema de su especie, no somos los malos —le recordó.

—No me interesa si lo son o no, lo buscan porque es el único pollito omega que conocen y ambos sabemos la única forma de tener más pollitos —se burló—. Que lo obliguen o no, no hay diferencia en que lo tendrán solo para que produzca más de su especie y no permitiré eso —declaró—. Así que será mejor que desde este momento lo quites de esa lista.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora