Capítulo 46, pío! 🐥

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Observando a través del espejo retrovisor como el sol daba sus primeros indicios de salir e iluminar un nuevo día, el alfa jaguar decidió que era un buen momento para tomarse unos minutos y se orilló en la carretera.

Cubriendo un bostezo con su mano, Yoongi restregó sus ojos en un intento de ahuyentar su sueño, recordándose que no era momento de dormir aún.

Tenía que colocar a su pareja fuera del peligro antes de siquiera pensar en descansar un momento.

Girando su cabeza, el alfa contempló a su dulce omega acurrucado en el asiento sobre su costado izquierdo para poder enfrentarle.

Una mano descansaba bajo su rostro, logrando que esos rellenos mofletes se vieran aún más abultados y sus gruesos labios entreabiertos formaban un adorable piquito en el cual, pequeños suspiros tranquilos escapaban.

Y siendo el desastre tenso y angustioso que había sido su pollito el día anterior desde el mismo instante en que salieron del hospital, se alegraba de que al menos hubiera podido descansar y dormir un poco.

Alzando una mano, el alfa acarició el desordenado cabello rubio de Jimin, sintiendo ternura por su omega.

Aunque le había dicho que podía cambiarse hacia atrás para poder dormir mejor, su cosita bonita negó rotundamente y se acomodó en el asiento de copiloto, bajándolo hasta el final, quitándose sus zapatos e intentando acurrucarse sobre su costado en ese estrecho espacio.

—Hermoso —murmuró, deslizando su mano por el rostro de su pollito, para luego bajar hasta llegar a su vientre, donde su hijo estaba creciendo con cada día.

Un bebé que era tanto suyo como el de su omega, un hijo.

"No permitiré que salgan lastimados de ninguna forma" se prometió a sí mismo.

Sacando el nuevo teléfono que había conseguido en una de sus paradas para recargar el estanque, Yoongi buscó en el mapa cuantos kilómetros faltaban para llegar a su casa cuando sus ojos, repararon en un lugar en específico.

Unos metros atrás, había un santuario para omegas, esos lugares que habían sido especialmente creados para ayudar y cuidar de los omegas luego de haber pasado por cosas horribles.

Y si no se equivocaba, el que había pasado hacia algunas horas atrás, era la granja que protegía un alfa que era un oso grizzlies.

Tal vez si le explicaba su situación al alfa, este podría por lo menos permitir a su pareja quedarse por unos días en lo que solucionaba todo el problema.

Pero... ¿Era realmente seguro dejar a su pollito ahí?

Mino le había advertido que no confiara en nadie del consejo, y los santuarios estaban relacionados con ellos estrechamente, ya que le enviaban todos los recursos para poder funcionar correctamente.

¿Estaría cometiendo un error si dejaba a su pareja ahí?

—¿Yoonie? —pronuncio esa dulce voz con tono bajo y somnoliento.

Girando su cabeza, Min se encontró con aquellos bonitos ojos grises, observándole entre esos pesados párpados con los cuales parecía estar luchando por mantenerlos arriba.

—Todo está bien, bonito, puedes seguir durmiendo si lo deseas —expresó colocando su mano en su rodilla.

—No, está bien, pío —pronunció con un gran bostezo—. Ya dormí mucho —expresó y se movió estirando su pequeño cuerpo antes de finalmente enderezar el asiento hasta que estuvo sentado otra vez—. ¿Dónde estamos? ¿Ya llegamos? —preguntó observando a su alrededor.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora