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Parado frente al tablero donde se anotaban el personal de turno cada semana nueva, Jimin sentía unas inmensas ganas de llorar de pura frustración y cansancio al contemplar su nombre escrito nuevamente sin su consentimiento, solo que esta vez, se encontraba en el turno de noche que iniciaba ese mismo día.
Al borde de la desesperación y lleno de cansancio, observó la inocente hoja colgada ante sus ojos sin poder hacer nada realmente.
Aunque rompiera la hoja o tachaba su nombre, la lista ya había sido subida al sistema, por lo que de todas formas, los demás sabrían que supuestamente era su turno cuidar de los pacientes esa noche.
Pero realmente, ya no podía seguir haciéndolo.
Era un desastre de persona en ese momento, siendo más cansancio que un humano, pasaba más tiempo cabeceando y luchando contra el sueño que realmente haciendo su trabajo, lo cual no estaba bien y definitivamente no era justo con los pacientes que esperaban por él.
Había esperado que todo el asunto se solucionara por su propia cuenta, pero tal parecía que mientras en más tiempo pasaba sin decir nada, peor eran los ataques y abusos de esas malvadas mujeres.
Tal parecía que no le quedaba de otra más qué hablar personalmente con el jefe de todos y explicarle su situación, además de pedirle que lo sacaran del turno de noche obviamente, después de todo, no quería que ocurriera un fatal error por culpa de su cansancio.
Ye-rim y Seul-gi debieron de haber pensado en ello mientras hacían su plan de venganza, no era justo que los demás también sufrieran solo porque ellas eran vengativas, sin contar que un error de él podría ser fatal para ellos.
Obviamente, no creía que lo fueran a dejar libre esa misma noche considerando que probablemente no tendrían a nadie a quien llamar para que lo reemplazara, por lo que no le quedaba de otra más qué quedarse esa noche.
—Pero será la última... —murmuró decidido y muy cansado.
Arrastrando sus pies por el pasillo, el dulce pollito se dirigió hacia los camarines para tomar una pequeña siesta antes de que fuera su turno de trabajar nuevamente, después de todo, no tenía sentido irse si a la hora o menos tendría que estar volviendo.
Pero... Tendría que avisarle a Yoongi para que este no le fuera a buscar al hospital.
Arrojando un agotado suspiro, entró en los cambiadores y se dejó caer en la banca pesadamente. Dejando escapar un pequeño pío cansado, sacó su teléfono para enviarle un mensaje a Yoongi y así explicarle el asunto.
Podría haberle llamado también, habría sido más fácil que forzar su vista para escribir, pero hacerlo significaría que Yoongi le interrogaría al respecto y probablemente se enojaría con sus balbuceos, no con él precisamente, sino que con las personas que lo provocaron y él no quería escuchar ese tono en su casi pareja, porque así como estaba solo lo deprimiría más, por lo que simplemente le envió un mensaje.
Soltando un profundo suspiro, abandonó su celular sin esperar respuesta realmente y cerró sus ojos un momento, sintiendo la presión en su cabeza.
Sabiendo que dicha presión no haría más que empeorar hasta transformarse en una horrible migraña, el dulce pollito se levantó con movimientos algo lentos y torpes.
Abriendo su casillero, sacó su mochila del Interior y tomó asiento nuevamente.
Sacando del bolsillo exterior sus lentes, los dejó afuera a su lado sobre la banca y volvió a guardar su mochila.
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Quiéreme bonito, pío! 🐥
FanfictionComo un cambiaformas pollito que vive solo entre humanos sin poder cambiar, Park Jimin tiene las cosas un poco difíciles. Habiendo vivido prácticamente toda su vida en la ciudad, lejos del mundo de los cambiaformas y todo lo que respecta a este, pa...