Sentado en el asiento de copiloto en el auto de su pareja, Jimin tomaba pequeñas y profundas respiraciones, intentando calmar ese malestar en su estómago.
—¿Estás listo? —preguntó su alfa, observándole con preocupación.
—Sí, lo estoy, pío —contestó, con sus manos cerrándose en su pantalón.
—Bien —asintió Yoongi, encendiendo el auto—. Pero recuerda, si te llegas a sentir mal otra vez, solo dime para detener el auto —pidió y el pollito omega asintió.
Lamentablemente, tan pronto como el auto retrocedió, el dulce omega gimoteó al sentir que todo el mundo a su alrededor giraba, revolviendo su estómago con ello.
—¡Detente! —exclamó alzando su voz, y su pareja inmediatamente obedeció.
Sin siquiera pensarlo, Jimin se quitó el cinturón de seguridad, abrió la puerta del auto y se inclinó hacia afuera de este para arrojar el poco contenido de su estómago que sí había logrado retener esa mañana.
—Nada más, se termina aquí —anunció repentinamente su alfa, bajándose del auto.
Quejándose, Jimin intentó decirle algo, pero lo único que salió de sus labios gruesos fue un miserable quejido.
Sentándose correctamente en su asiento, el dulce hombrecito cerró sus ojos intentando detener la sensación de que su mundo estaba dando vueltas y vueltas.
Cuando sintió el refrescante aroma de su alfa, el pollito entreabrió sus ojos y contempló a su pareja observarle con preocupación desde la puerta.
—Solo unos... Minutos —pidió, cerrando sus ojos—. Solo espérame un poco, Yoonie.
—Unos minutos ni mierda, bonito —expresó su pareja, simplemente inclinándose más cerca para tomarlo entre sus brazos y así sacarlo fácilmente del interior del auto—. Hoy no saldremos tampoco —decidió.
Apoyando su cabeza en el hombro de su alfa, Jimin cerró sus ojos un momento.
—Pero se supone que debemos de ir al hospital para que me revisen y hagan todo lo que nos dijo Jungkook —le recordó, sintiendo como su pareja se movía, pero sin atreverse a abrir sus ojos por miedo de volver a marearse.
—No te subiré al auto y simplemente conduciré hasta el pueblo para llevarte al hospital cuando te sientes mal tan pronto como te mueves, bonito —rechazó Yoongi, subiendo las escaleras—. Hablaré con el alfa líder otra vez, le explicaré la situación y le diré que mande algunos del personal médico a nuestro hogar —decidió.
—No creo que esa sea una buena idea —dudó el pollito.
En realidad, al omega no le agradaba mucho la idea de que alguien más que no conocía estuviera en su espacio, en su hogar.
—No le pediré que mande a todo un batallón, solo personas de confianza que sean capaces de tratarte correctamente —expresó—. Te bajaré un momento para abrir la puerta —le advirtió.
Asintiendo, Jimin esperó a su alfa le dejara en el suelo, pero Yoongi en vez de tomar distancia una vez sus pies tocaron el piso, mantuvo un brazo alrededor de su cintura que lo atrapó contra su cuerpo en lo que abría la puerta.
Y tan pronto como esta se abrió, le volvió a tomar y entró en la casa, yendo directamente a los sofás donde le depositó con cuidado.
Tan pronto como el aroma y calor de su gatito dejó de en volverle, el dulce pollito arrugó su nariz.
—Solo haré la llamada y volveré contigo —prometió besando su frente antes de alejarse.
Soltando un suspiro, el dulce omega cerró sus ojos y esperó hasta que su estómago volvió a sentirse como una persona normal.
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Quiéreme bonito, pío! 🐥
Fiksi PenggemarComo un cambiaformas pollito que vive solo entre humanos sin poder cambiar, Park Jimin tiene las cosas un poco difíciles. Habiendo vivido prácticamente toda su vida en la ciudad, lejos del mundo de los cambiaformas y todo lo que respecta a este, pa...