Capítulo 52, pío! 🐥

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Sin señal alguna por parte de su contacto, Yoongi estaba pensando seriamente en lo que tendría que hacer pronto si el asunto seguía así.

No podía tener a su pollito todo el tiempo encerrado en su casa.

Aunque bien era cierto que los viajes en auto seguían siendo algo difícil para su omega, siempre estaba la opción de caminar por el bosque hasta el pueblo, ya que no era demasiado largo el trayecto, pero con toda la situación, así como Jimin temía ir, él no quería exponerlo innecesariamente al peligro.

De momento, su omega parecía estar disfrutando de su tiempo en casa y su entorno, pero la verdad es que su chico era alguien de ciudad que tenía toda su vida allá, no podía simplemente apartarlo de la nada y colocarlo en otro entorno totalmente diferente.

Además, ¿y si el problema se alargaba hasta el nacimiento de su hijo?

Tres meses podían pasar en un parpadeo y no podía tener a sus dos personitas más importantes en el mundo viviendo escondidas y con peligro de ser atrapados.

Tenía que hacer algo, pero... La idea de salir y dejar solo a su pollito estando embarazado tampoco era agradable.

Su mismo jaguar estaba dividido entre el deseo de terminar con todo el peligro para proteger a su omega, y a la vez, deseaba mantenerse a su lado para cuidarlo y ayudarle con su embarazo.

Aunque la vitamina y el té que le recetó el médico parecía estar ayudando, la verdad era que su hombrecito seguía teniendo algunos malestares por su embarazo que a momentos le dificultaba su día.

Y si ya se sentía mal por no poder hacer nada para ayudarle, no quería ni imaginarse como se sentiría al estar lejos con su pollito sufriendo solo.

¿Cómo lo haría entonces? ¿Cómo eliminaría el peligro y cuidaría de su omega?

¿Tendría que llamar a los amigos de este para que le ayudaran en su ausencia?

Aunque no le agradaba mucho la idea de permitir que más personas estuvieran quedándose en su casa, parecía que esa era su mejor respuesta.

Soltando un suspiro, Yoongi dejó de martillear e inmediatamente sintió la presencia de su pollito.

—Será mejor que no estés rompiendo tu promesa, pollito —anunció alzando su voz—. Sería muy triste que estés intentando espiar cuando prometiste no ver hasta que te dijera lo contrario —indicó.

Unos suaves píos continuos hicieron eco en toda la casa junto a unos apresurados pasitos.

Riendo bajo, el alfa dejó lo que estaba haciendo y entró en la extensa habitación donde se encontraba su sala de estar, comedor y cocina.

—¿Dónde estás, bonito? —llamó y observó las escaleras, siguiendo el rastro de hermosas plumas amarillas.

—No alcance a mirar nada, me descubriste antes de que pudiera —prometió bajando las escaleras, acomodándose su ropa.

—Está bien, bebé —rió abriendo sus brazos—. Pensé que estabas tomando una siesta —comentó, abrazándolo y restregando su mejilla en su rubio cabello.

—No pude dormir mucho al pensar cuando llamaría Jungkook, luego escuché ruido y me dio curiosidad —expresó, observándole con esos hermosos ojos grises.

—Es porque estaba preparando una sorpresa para ti —anunció, besando su frente.

—¿Puedo verla? ¿O aún falta mucho, mucho, pío? —preguntó, cerrando sus manos a los costados de su alfa.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora