Tan pronto en que el dulce pollito abrió sus ojos, deseó no haberlo hecho.
Y no precisamente porque tuviera alguna clase de dolor o algo, era más bien, porque todos los recuerdos del día anterior aparecieron en su mente como una avalancha.
El solo recordar lo que había sucedido cuando se bajó del autobús, se estremecía de puro horror.
Si cerraba sus ojos, aquella presencia malvada seguía apareciendo de tras de él, presionando su arma en su espalda baja mientras su grotesca voz le exigía que le entregara sus cosas.
Si no fuera por Yoongi, quizás qué le habría hecho dicho hombre, porque en realidad, no tenía absolutamente nada de valor en su mochila y eso obviamente enojaría a su asaltante.
—Pío... —musitó, rodando hacia la ventana con su pequeña forma de bolita y cubriéndose hasta su cabeza con las mantas suaves que poseía su nido.
Pero a diferencia de tantas veces en el pasado, ni siquiera su nido le estaba ayudando a sentirse seguro en ese momento.
Al menos, no tan seguro como se había sentido cuando Yoongi lo tomó entre sus brazos y lo sentó en su regazo para abrazarle.
Ahora que ya no estaba en esa especie de shock por lo que le había pasado, el omega se sentía un poco a penado por haberse aprovechado así de la amabilidad de su vecino, quien no solo le sostuvo en todo momento, sino que también reconfortó y ayudó.
¡Yoongi incluso le había alimentado!
—Oh, pío... ¿Qué hice? —exclamó el hombrecito, alzando sus manos para cubrir su rostro rojo de vergüenza.
A pesar del suceso traumante que había vivido, tal parecía que su cuerpo seguía recordando sus necesidades básicas como lo era especialmente su comida.
Tan pronto como Yoongi había escuchado su estómago rugir en busca de atención, totalmente ajeno a lo que pasó, el hombre se encargó de pedir comida y ayudarle hasta de comer.
Y como si eso no fuera suficiente, incluso había abusado aún más de la amabilidad de Yoongi al pedirle que se quedara con él hasta que se durmiera.
En cierta parte, se entendía por qué no quería estar solo, había sido amenazado a punta de un arma en la oscuridad de la noche, casi siendo asaltado si no fuera por Min Yoongi.
Sin contar que el hombre, extrañamente le hacía sentirse seguro y bien, a pesar de que recién lo estaba conociendo.
Y eso era lo que supuestamente estaba mal.
No hacía mucho que había conocido a Yoongi, y, aun así, este le había ayudado tanto en cada oportunidad que simplemente no podía ser cauteloso y receloso a su alrededor como lo era prácticamente con cada persona nueva.
El hombre incluso encontraba adorable los píos que se le escapaban sin darse cuenta, Dios.
¿Por qué Min Yoongi parecía ser la excepción a otras personas con las cuales se había sentido interesado?
Porque obviamente se había interesado en alguien a lo largo de su vida, y nunca se acercó lo suficiente ni se permitió ir demasiado lejos en caso de que se acercaran.
Simplemente, ninguna de esas personas le había producido tal confianza como lo hacía Yoongi, ni le había provocado aquellas cosquillas divertidas en su vientre cada vez que le decía algo dulce o le sonreía.
Y su pollito nunca reaccionó tanto como lo parecía estar haciendo con su vecino.
Pero también, ninguno de ellos se acercaba a la belleza de Yoongi, quien era apuesto, sexy, varonil y con cierto aire misterioso rodeándolo que solo atraía más la atención de las personas.
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Quiéreme bonito, pío! 🐥
FanfictionComo un cambiaformas pollito que vive solo entre humanos sin poder cambiar, Park Jimin tiene las cosas un poco difíciles. Habiendo vivido prácticamente toda su vida en la ciudad, lejos del mundo de los cambiaformas y todo lo que respecta a este, pa...