Capítulo 20, pío! 🐥

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La primera vez que Jimin había abierto sus ojos, no habían sido más que por unos segundos y entonces agitó sus pequeñas alitas antes de acomodarse y acurrucarse más contra esa cálida superficie acolchada.

Muy en el fondo de su mente, el dulce omega escuchó algunas palabras que no pudo entender, pero instintivamente pió y se relajó con aquel tono bajo y cariñoso junto a ese dedo que acariciaba su pequeña cabeza con delicadeza.

La segunda vez que recuperó la consciencia, el dulce pollito pió al verse solito, pero pronto, unas grandes manos cálidas lo estaban acurrucando nuevamente, mientras aquella voz profunda volvía a pronunciar cosas en un tono bajo y enternecido que le sacó un suspiro al hombrecito antes de caer dormido otra vez.

La tercera vez que despertó, se encontraba recostado en su nido, y solo lo hizo por insistencia de otra persona que intentaba darle algo de beber, pero tan cansado y agotado como se sentía, el dulce omega solo pudo permanecer así unos segundos, apenas ingiriendo algo antes de caer otra vez, sintiendo aquella cálida mano acariciando su cabello.

La cuarta vez que despertó, Jimin finalmente pudo hacerlo sin sentir aquella brumosa nube rodeándolo y manteniéndolo alejado de la realidad.

Su cuerpo seguía sintiéndose pesado, pero sin ese horrible peso en su espalda como si hubiera estado nadando en las profundidades del mar con una gran pierda sobre él.

Su nariz seguía sintiéndose algo congestionada, pero al menos podía respirar realmente por ella, no como antes que no podía ni hacer siquiera el intento.

Temiendo un poco, el omega tragó algo de saliva esperando que su garganta ardiera y doliera con dicho movimiento, pero para su alivio, solo sentía una ligera molestia al igual que su cabeza, la cual no le dolía tanto como antes, solo la sentía algo pesada.

Soltando un profundo suspiro, el pequeño pollito tosió un par de veces, conteniendo el sonido.

Estremeciéndose suavemente, el rubio omega giró su cuerpo hacia la ventana y se acercó un poco más a esta, buscando los cálidos rayos del sol.

Cerrando sus ojitos, se acurrucó en una pequeña bola e intentó dormir un poco más, solo que... Su cerebro no le estaba permitiendo eso exactamente.

Ahora que se sentía un poco mejor y no tan miserable, recuerdos estaban llegando a su mente, unos, donde se encontraba en su forma de pollito, acurrucado en un lugar cálido, con una voz relajante le hablaba por lo bajo, provocándole algo de sueño y junto a una sensación de paz y protección.

Eso... ¿En realidad había pasado o se había imaginado todo?

¿Su fiebre le había jugado en contra o realmente había logrado cambiar a su pollito?

—No, seguramente fue un sueño... —murmuró, torciendo sus gruesos labios resecos ante el tono bajo y un poco rasposo.

Tal parecía que aún no se encontraba del todo bien.

—¿Ya has despertado, bonito? —preguntó aquella voz que lo estuvo acompañando en sus sueños.

Y por un momento, el rubio omega suspiro por el agradable tono, antes de abrir bien grande sus ojos y observar sobre su hombro para encontrar a Min Yoongi sentado en una silla que había sido trasladada al costado de su cama.

—¿¡Yoongi!? —chilló, tan agudo como su voz rasposa se lo permitió y sus abultados labios rellenitos se torcieron ante el dolor que le provocó aquello.

—Shh, parece que aún no estás del todo mejor —suspiró, alzando sus brazos sobre su cabeza para estirar su cuerpo—. Al menos me alegra ver que estás despierto y un poco más consciente de lo que sucede a tu alrededor —comentó, regalándole una pequeña sonrisa casi somnolienta, como si no hubiera podido dormir correctamente.

Quiéreme bonito, pío! 🐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora