Extraviados [Stray] - Parte 1

Capítulo 57: El Lugar Donde Duerme el Falso Dios

En ese momento, un enorme vacío lo envolvió. A Nemo no le importó prestar atención a la reacción de Oliver. Sus ojos volvieron rápidamente a los dos Bluebirds. Su mundo estaba atravesado por un enorme agujero en ese momento, y se sintió sacudido no menos que después de la batalla con Witherspoon.

En la consistente cognición de Nemo, aquellas anomalías eran, como mucho, enredaderas parásitas que enroscaban el tronco de un árbol. Succionaban la felicidad que él se había prefijado y retorcían el tronco del árbol que representaba el sentido común, pero el árbol seguía firmemente enraizado en el suelo, aunque estuviera destinado a pudrirse lentamente.

Ahora se sacudía peligrosamente.

Melody Delaney no era más que una chica corriente que creció en un pueblo remoto. Aunque su aspecto y su talento no eran ordinarios, no era lo bastante destacada como para ser alabada por todo un país. Vivió día a día, al igual que él.

¿Cómo lo hizo?

Naturalmente, en el pueblo Roadside también había parejas ocasionales, pero todas eran relaciones normales y comprensibles. La gente se apreciaba, corría con los demás, se daban la mano tras el éxito y se separaban tras el fracaso. Por supuesto, durante este periodo no faltó la dulzura grasienta, las regañadas o la indiferencia. Nemo nunca creyó en descripciones como destino o amor a primera vista. Esas historias románticas sólo aparecían en el papel o en los rumores.

Como pueblerino corriente del pueblo Roadside, Nemo Light estaría destinado a formar una familia a la edad adecuada con una chica común para criar a la futura generación. Envejecería, viviendo una vida monótona hasta convertirse en una lápida al borde del Bosque Fronterizo, como la mayoría de la gente de este mundo. Llevaba muchos años convencido de ello. Incluso ahora, seguía pensando que llegaría un día en el que el polvo se asentaría, finalmente volvería a la "normalidad" y continuaría viviendo una vida ordinaria.

Pero ahora no estaba tan seguro.

Los dos Bluebirds se abrazaban en silencio, como si todas las demás cosas del mundo hubieran perdido su valor. No era el abrazo grasiento al que estaba acostumbrado, y ni siquiera había una atmósfera dulce, pero en sólo unos segundos, parecían ser los amos de este espacio, irradiando fuerza y voluntad temblorosas. No era como debería ser una relación débil de tres meses.

No es que no hubiera estado "enamorado", pero comparado con los que tenía delante, su antiguo "amor" podía estar más cerca de una mezcla de respeto, lástima y costumbre, faltaba algo muy crítico.

Nemo sabía que debería sentirse aliviado en ese momento y deseaba que los amantes se reencontraran desde el fondo de su corazón, pero en ese momento, parecía que alguien había puesto un trozo de hielo contra su corazón. No le dolía, pero le helaba la sangre y sentía el pecho como una piedra.

—...Admito que ella es Melody Delaney —, dijo sombríamente el padre de Pasototu. — Han ganado.

— No queríamos "derrotarte" —, respondió Nemo instintivamente. — Creo que puede soltar a su hijo. La señorita Delaney no puede ir a ninguna parte así.

— Ambos tienen que quedarse aquí hasta que se resuelvan las cosas —. El jefe rechazó la propuesta casi de inmediato.

— Pero usted ya lo sabe, ella es una Bluebird.

— ¿Y qué? —. Una nueva voz se unió a ellos. Jesse Dylan volvió a hacer gala de sus extraordinarias dotes para escuchar a escondidas. No se dieron cuenta de que estaba detrás de ellos. El joven rubio apoyó la espalda contra la pared del otro lado del túnel, con un ridículo gorro de dormir en la cabeza. Mientras hablaba, utilizó las yemas de los dedos para dibujar la escritura de los Bluebirds a gran velocidad en el aire.