Extraviados [Stray] - Parte 1

Capítulo 194: Una Cara Sonriente

La plaga de Trent no era una enfermedad que esperara a alguien. Medes utilizó la preciada matriz de posición de los soldaditos de plomo para teletransportarse a la fuerza a la matriz de teletransporte pública más cercana donde se encontraba Flint.

El joven omnicientífico no tuvo tiempo de limpiar su aspecto: túnica manchada, pelo y barba desordenados. Bajo el caótico flequillo, las lágrimas goteaban sin control a través de la agrietada placa plateada de la matriz de teletransporte.

Puede que nunca vuelva a tener la oportunidad de utilizarlo.

Flint tenía peor aspecto que Medes. Hacía cinco meses que no lo veía, pero Flint estaba espantosamente delgado ahora, y ya no veía el brillo en sus ojos. Era como si le hubieran arrancado todos los músculos y órganos internos en vida, dejando sólo un cuerpo moribundo.

Medes no estaba seguro de querer abrazar a su ex líder.

— Déjeme ver a la señorita Ramon —, dijo simplemente, caminando hacia la sencilla casa.

Oliver, en la ilusión, apretó de repente la mano de Nemo. Por desgracia, sólo pudo ver la mitad de la cara de su madre: Sonia estaba recostada en la cabecera de la cama, con un paño suave envuelto alrededor de los ojos. Puso con suavidad una mano sobre su vientre obviamente grande, y tenía una sonrisa tranquilizadora en la comisura de los labios. Incluso con sólo tener la mitad de la cara expuesta, la sonrisa seguía siendo dulce.

— Señor Medes —, saludó cortésmente. — Hola, es la primera vez que nos vemos. Desgraciadamente, no puedo salir de la cama para saludarle como es debido.

Hizo una pausa. — ¿Hay comida en la mesa de la izquierda? Tengo hambre.

— Uh, la hay —, respondió Medes inconscientemente.

— ¡Claro que sí... Flint! No has comido bien. ¿Qué te dije anoche? — El ímpetu de Sonia no se debilitó por la enfermedad, y aunque Flint parecía extremadamente demacrado, todavía encogió inconscientemente el cuello.

— Sonia...— Flint se sentó junto a la cama y levantó el flequillo sudoroso de su esposa con manos temblorosas. — Comeré dentro de un rato, te lo prometo.

Medes permaneció inmóvil junto a la cama. Un gran número de matrices de distintos tamaños estaban conectadas de extremo a extremo, rodeando a Sonia de la cabeza a los pies. Guardó silencio durante medio minuto. — Efectivamente, es la plaga de Trent. Según la hora a la que contactó conmigo y el estado físico de la señorita Ramon, ahora se encuentra al final del... periodo de infección. Flint, tengo que hablar contigo a solas.

Al oír estas palabras, su intrépido líder tembló ligeramente.

— No es necesario —. La voz de Sonia era enérgica, y la sonrisa en la comisura de sus labios aún no desaparecía. — No me importa, quiero saberlo.

—......Señorita Ramon......

— Adelante, Balthazar —. Flint apretó la mano de su esposa. — Cuéntanos.

— Sé que debiste avisarme lo antes posible, pero... es demasiado tarde —. Medes apretó los dientes. — Al final del periodo infeccioso, la maldición ha empezado a extenderse. Puede que tenga una forma de ralentizar este proceso, pero...

— ¿Cuánto puede durar como máximo? —. preguntó Sonia con seriedad. — Flint me habló de la Plaga de Trent. Está a punto de atacarme, ¿verdad?

— Por lo general, la gente aún puede conservar el pensamiento normal el primer día tras el final del periodo de infección. Pero a partir del día siguiente, la maldición comenzará a concentrarse en destruir el cerebro. Al final, se centrará en tus ojos y los convertirá en las semillas del Árbol de Sangre Croyden.