Capítulo 87: Ramo y Fuente de Agua

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A la tenue luz de las velas, Nadine puso el frasco de medicina lleno de líquido sobre la mesa de té y giró con cuidado la etiqueta en la misma dirección. Las yemas de los dedos le temblaban con la edad, y casi se le cae el sobre del testamento que llevaba en la mano. El largo banco de trabajo de madera estaba limpio y la estantería se cubrió con un paño para evitar que le cayera polvo.

Habían retirado las flores del jarrón y vaciado el agua. Todo estaba bien ordenado. No faltaba ni una cosa que se pudriría en algún rincón antes de que entrara el posible nuevo propietario de esta casa.

No era la primera vez que hacía este tipo de preparativos. Antes de que Nadine decidiera abandonar la aldea Caleb y embarcarse en su último viaje, hizo un arreglo muy similar, salvo que esta vez no regresaría del viaje.

El pudín que le dio el Insignia Negra se convirtió en su última cena. Su lengua ya no podía saborear mucho, pero aun así insistió en comerlo. Después de cenar, la bruja dudó un momento, lavó y secó el tosco frasco de cristal y lo colocó cuidadosamente en el jarrón. La servilleta estaba prolijamente doblada a un lado de la mesa del comedor, y el mantel repetidamente alisado sin rastros de arrugas.

'Todo perfecto', pensó cansada mientras movía su cuerpo cada vez más descontrolado hacia la mecedora, en tanto dejaba que el miedo y el vacío le mordieran la espalda.

Había un candelabro de latón en la mesita junto a la mecedora, y la vela de su interior estaba a punto de consumirse. 'No pasa nada', pensó lentamente, y giró la cabeza para mirar por la ventana. La luz de la luna brillaba con claridad sobre la arena desnuda del patio trasero.

El milagro no se produjo, ya que no parecía haber ninguna fluctuación de vida procedente de allí.

Su gato salió de la sombra de la mesa. El redondo gato naranja maulló y saltó hábilmente sobre sus rodillas, luego se tumbó mientras emitía un fuerte ronroneo.

— Te he encontrado un nuevo hogar —, murmuró, acariciando suavemente el suave pelaje del lomo del gato con sus finas manos. — A Lisa siempre le han gustado los gatos; te tratará bien... Te dejaré todo mi dinero.

La enorme habitación estaba inmersa en la luz de las velas, y se oía el chirriante sonido de la mecedora que se movía lentamente.

No había nada que hacer, y no había nada que ella pudiera hacer. Por algún tipo de emoción complicada que no se podía nombrar, Nadine de repente quiso llorar, pero no consiguió derramar lágrimas.

— Debería haber muerto hace mucho tiempo —. Como de costumbre, empezó a balbucear ante su única audiencia, el gato. — Me retrasé durante mucho tiempo, pero este retraso no tenía sentido...

Las Orquídeas de Terramar no florecieron, así que ella dejaría el mundo con un acuerdo inconcluso.

Cuando dejó Caleb, quería viajar antes de morir y también ocultar el hecho de su rápido envejecimiento. Nadine no engañó a su mejor amigo. Recorrió todos los lugares que habían planeado, desde el amanecer hasta el ocaso*, sin parar.

Naturalmente, ella había descubierto la verdad detrás del acuerdo. "La Desaparición de la Orquídea de Terramar" siempre podía encontrarse en las bibliotecas más grandes. La mente de Lisa era muy fácil de adivinar. Cada vez que pensaba en el truco de la otra parte, Nadine no podía evitar levantar las comisuras de los labios. Ella, por supuesto, no renunciaría a este acuerdo de broma. Después de todo, iba a volver a la aldea Caleb y, en ese momento, aún tenía la esperanza de cumplirlo.

Nadine acarició a su gato en silencio. Su abdomen caliente cubría sus rodillas flacas, era pesado y suave. Si era sincera, su viaje de vuelta había empezado antes de lo que pensaba. Era porque estaba envejeciendo demasiado deprisa.

Extraviados [Stray] - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora