Capítulo 127: Valor

11 0 0
                                    

Ojalá esta escena fuera una ilusión.

Oliver seguía mirando hacia otro lado porque no podía soportar seguir viendo. La escena tras la jaula se volvió más aterradora. No había sangre ni dolor, sino un frío entumecimiento. Esos sofisticados instrumentos y armazones metálicos no estaban especialmente diseñados para la malicia. Cada detalle estaba lleno de una organización tranquila, y todo estaba ordenado.

No hubo ningún rugido de dolor ni ninguna mirada de resistencia. Sólo un pequeño grito inconscientemente emitido por los seres vivos. El "sentido común" en este castillo fue redefinido. Parecía que ese trato a los humanos era sólo una cuestión de hecho, y no había necesidad de hacer ninguna lucha ideológica.

Esto debió ser deliberado. Sea cual sea su intención, habían conseguido destruir la mayor parte de sus emociones positivas. Oliver empezó a mirar fijamente al suelo. El suelo rocoso, gris y liso estaba claramente iluminado por una luz pálida.

Contaba los huecos entre los ladrillos de piedra y movía las piernas de la forma más eficiente, intentando acumular la única fuerza física que le quedaba a su mente.

El camino lleno de torturas era extremadamente largo. Puede que llevara cien años caminando antes de que el guía partido que tenía enfrente se detuviera. Oliver, que estaba contando las grietas de los ladrillos, casi chocó con la espalda del hombre.

El objeto humanoide incompleto se dio la vuelta, y un brazo que no era más grueso que un hueso tembló un tiempo. De entre las ropas sueltas sacó una etiqueta metálica, de cuyo extremo colgaba un brillante anillo metálico del tamaño de la mitad de una palma. Excepto por el largo tramo de cadena fina entre el anillo y la etiqueta, no era diferente a la que usaba la gente de las jaulas.

El hombre lanzó la etiqueta metálica a Oliver al azar. El anillo al final de la etiqueta se movió como un animal vivo y se metió en el cuello de Oliver a través del hueco de la armadura. Entonces sintió el fuerte dolor de su carne siendo penetrado, acompañado de la sensación de sangre caliente brotando de su piel. Al igual que aquellas que vio en esas jaulas, también debió rodear su clavícula.

La etiqueta metálica del otro extremo de la cadena seguía colgando frente a su armadura, provocando un ruido fino de metal golpeando metal.

— Fíjate bien en la etiqueta —, dijo el guía, sacando de su garganta una voz entrecortada. — No importa si no sabes leer.

Entonces el muro de piedra se deslizó.

Oliver fue empujado antes de que pudiera ver lo que había al otro lado del muro. Se tambaleó unos pasos bajo sus pies, pero al final no tuvo fuerzas para mantener el equilibrio y cayó con firmeza al suelo, casi desprendiéndose de su casco de esqueleto.

Luego escuchó una respiración.

A pesar de su agotamiento, el largo entrenamiento de combate aún le dejaba una perspicacia lo bastante aguda. A juzgar por la distancia del sonido, debía tratarse de una sala muy grande, con capacidad para al menos cincuenta personas o más. Sus miradas salieron de los rincones oscuros, y Oliver pudo sentir cómo esos ojos se desviaban hacia él. No optó por levantarse de inmediato, sino que apretó la empuñadura de su espada con la mano derecha y sus músculos se tensaron.

Sin embargo, aparte de la respiración agitada, ningún otro sonido se añadió al espacio. Nadie se acercó a él. Observaban pacientemente, como insectos escondidos en grietas oscuras.

Finalmente, Oliver se levantó despacio y apretó la etiqueta oscilante. A través de la tenue luz de la habitación, pudo ver con claridad la mayor parte de la habitación.

'Como una tumba', fue su primer pensamiento.

Tan estrecha como la estantería que se utilizaba para guardar los huesos de los muertos, la gente yacía en estrechos armazones de madera que parecían ataúdes. La estantería tenía unas cinco capas de estantes, y el nivel inferior estaba mucho más vacío que el superior. Oliver levantó ligeramente la cabeza. También había mucha gente sentada contra la pared, inmóviles, casi los consideraba estatuas de piedra.

Extraviados [Stray] - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora