Gran parte de la noche ha sido fría, así que me mantengo bajo las cobijas de capa gruesa para mantener el calor, la cama es más que cómoda, perfecta para cualquiera, pero yo no he logrado dormir ni un puto minuto.
Durante el tiempo que estuve en el cementerio una gran cantidad de mosquitos succionaron la sangre en mis piernas, dejando pequeñas marcas con puntos rojos lo cuales provocan una comezón desagradable.
Las luces que coloqué en el borde de las paredes hace unos cuántos años aún están allí, claro, no son exactamente las mismas, pero cumplen la misma función. Mismas luces que son las responsables de la falta de sueño que me acompaña esta noche, aunque ese no es el único motivo.
Después de un pequeño bostezo vuelvo a tomar mi celular esperando leer el mensaje de una vieja amiga, mensaje que aún no ha llegado, mensaje que necesito leer; sé que nuestra comunicación disminuyó los últimos meses, pero en realidad necesito sus palabras en este momento, aunque es posible que nunca lleguen.
En mi cuerpo se mantiene un sentimiento extraño, diferente al de veces anteriores, en muchas ocasiones he caído en este lugar, pero se siente diferente, porque ella es la responsable de todo esto; cuando antes era la persona que me ayudaba a salir y ahora es quien me hunde.
Durante un buen rato me quedo mirando las luces que se reflejan y parpadean en el techo, los tonos azules y verdes crean un contraste que no logro describir, pero igual mi vista no los pierde ni un solo segundo; solo hasta que mis ojos comienzan secarse, humedecerse y luego con lentitud, a cerrarse.
Son las cuatro de la mañana y no he logrado dormir lo suficientemente, cada vez que intenté cerrar los ojos solo podían pensar en ella, por más que lo evitara, por más que tratara, seguía apareciendo frente a mi.
Y cuando estoy a punto de caer sumergido ante mis emociones, mi teléfono comienza a sonar indicando una notificación, siento como una pequeña pulsada se abre paso por mi pecho, pero esta vez es emoción, no todos esos sentimientos llenos de mierda.
Tomo el dispositivo el cual me cega gracias a toda la luz que cae en mis ojos, pero la emoción no dura lo suficiente, esta es reemplazada por decepción, a pesar de todo, aún sigo esperando su mensaje; pero está vez no seré yo quien de el primer paso, no esta vez.
El mensaje que llegó es de mi otro mejor amigo, Henrick; en este explica porque no pudo acompañarme ayer, también se disculpa por no asistir y por último, menciona que vendrá en la mañana, en un par de horas.
Vuelvo a dejar el teléfono en la mesa y evito responder los mensajes, no tengo ánimos y tampoco ganas de hacerlo, así que esta vez me obligo a cerrar los ojos y dormir, por difícil que sea.
•••
Después de una larga noche llena de insomnio, ser despertado por el frío que impacta contra mi piel no es lo que necesito en este momento.
Me libero de las sábanas que cubren mi cuerpo y froto mis pies con la vieja alfombra que descansaba bajo mi cama, me levanto con torpeza y camino hasta el balcón dejando escapar uno que otro bostezo en el camino.
Al llegar al panel de vidrio, tomo la persiana que lo cubre y noto como el frío sigue presente en mi cuerpo y cuando logro mirar hacia el exterior, me encuentro con un contraste visual que parece sacado de Instagram.
Frente a mis ojos, hay un color azul suave mientras que a la distancia, donde la vista de los grandes edificios de la ciudad se funciona con cielo, se mantiene un color amarillo brillante el cual ahuyenta todo lo demás que se encuentra a su paso.
Pero gracias a toda la luz que cae en mi vista y a una sensación inquietante que corre por mi pecho con tal solo ver el balcón, cierro las persianas y desconecto las putas luces que no me dejaron dormir.
Son las seis y media de la mañana, lo confirmo al regresar hacia a mí teléfono y pegar la mirada en la pantalla, resignado, sé que no volveré a conciliar el sueño, así que camino hacia mi escritorio sintiendo como la suciedad del suelo se adhiere a mis pies y vuelvo a ese viejo cuaderno en dónde mis pensamientos se vuelven tinta y papel.
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Solo quedaron recuerdos
Teen FictionMorirás, lo tienes claro, ¿cierto? La muerte es algo que puede llegar en cualquier momento, sin siquiera avisar en el preciso instante en lo que hará, todos sabemos que de su mano se lleva a los seres que más amamos, pero... ¿qué pasa si el vacío de...