💜Olivia💜
Hace un añoApoyo la cara sobre mi mano mientras que gran parte de mi cabello está sobre la mesa. Por mi pecho corren demasiadas cosas como para describirlas, pero la furia que genera el momento crea modificaciones en mi rostro que intento controlar y disimular.
Siento que mi sangre está a punto de estallar, sus palabras se quedaron fijadas en mi mente lo que provoca que todos estos sentimientos se intensifiquen aún más.
Recorro la cafetería con la mirada y es allí cuando mi vista cae sobre Rebeca, quien en las últimas semanas ha hecho mi vida más que miserable.
Se está acercando.
¿Qué quiere ahora?
En realidad ya no me importa.
Tomo mis cosas y cuando estoy a punto de levantarme ella estampa su mano sobre la mesa.
—¿Te vas por qué estoy llegando? Eso no es nada cortés.
—Me voy porque quiero hacerlo, no porque tu llegues, no te creas el centro del universo —La ignoro y tomo mis cosas.
—Olivia; espera, ¿no ves que intento hablar contigo?, no seas maleducada. —Me mira como si fuese superior a mi.
—¿En serio crees que tengo algo que hablar contigo? ¿Crees que estoy interesada en oír lo que quieres decir?
—Entonces si te vas por mi.
—Wow, descubriste el agua con azúcar; eres más inteligente de lo que pensaba.
—Solo estoy intentando ser amable contigo —toma de mi muñeca cuando estoy yéndome.
—¡No me interesa lo que quieras hacer conmigo y menos me interesa lo que quieras decir!, ¡has hecho que mi vida sea miserable todo este tiempo! ¿Y en serio crees que me importan las estupideces que tengas que decir?
—Olivia, solo...
—¡Ya déjame! O llamaré a la directora y diré cada una de las cosas que me hiciste, te conviene soltarme ahora.
—Solo quería disculparme.
—Eso ya no importa ahora.
Sujeto mi cabello en una cola alta y camino hacia el salón de mi siguiente clase, ya no quiero estar cerca de ella.
•••
Para mí suerte, esta clase la comparto con Mónica, persona que tampoco quiero ver y para colmo, está sentada junto a mi.
—Olivia —Comienza a susurrar mi nombre— Olivia.
Quiero golpearla, no es lo mejor, pero aún así quiero hacerlo y como si fuese una señal para que no pase, logro ver un asiento vacío al frente del salón, así que lo tomo antes de que alguien lo haga.
—Señorita García. Me resulta una sorpresa verla en el frente de mi clase, ¿a qué se debe este milagro?
—Gracias a un ente que intenta destruir mi alma, —guiño un ojo para seguir su juego de palabras.
—Ok… sigamos con la clase.
La hora siguiente pasa con lentitud y las ganas de dormir no faltan, pero intento controlarme porque decidí sentarme en el frente de la clase.
La hora termina y tomo mis cosas para irme, pero cuando recorro el pasillo con la intención de ya no estar aquí, alguien jala de mi bolso y me detiene.
—¿En serio me llamaste ente demoníaco?
—Suéltame, —jalo de mi bolso y le doy la espalda.
—¿Así acabará todo? Creí que éramos mejor que esto.
—¿Eres consciente de que todo esto es tu culpa? Te pedí que no dijeras de los problemas que pasan en mi casa, estuve al borde del llanto cuando te confesé que me cortaba la piel de las piernas, te hablé de mi depresión y fuiste a contarle a Rebeca para que luego me amenazara en contar todo. ¿Y aún así vienes aquí a reclamar?
—Olivia, te dije en más de una oportunidad que esa no fue mi intención.
—Y ya te dije que no me importa lo que intentabas hacer, no te acerques a mi, es mejor imaginar que estoy muerta que seguir estando con alguien como tú.
—Olivia.
—Mónica, solo cállate y no vuelvas a hablarme. Solo te pido eso. —Le doy la espalda y camino lo más rápido que puedo para tenerla lejos de mi.
—¿Irás a llorar a los brazos de tú madre o a los de tu parte drogadicto?
Me detengo en la entrada principal y tomo aire para intentar estar en calma, para controlarme, para intentar ser quien era antes, pero creo que esa persona ya murió.
—¡Iré a los brazos de tú madre la prostituta!
—¿Qué dijiste de mi ma…? —no logra terminar lo que dice porque mi puño va directo a su boca.
La línea de sus dientes se marca sobre mi piel e intento no pensar en el dolor que llega con el golpe, porque no sería el único, tomo su cabello y comienzo a golpear su cabeza contra el suelo mientras me subo a su cuerpo para que no se levante, quiso tomar mis manos, pero cubre su rostro por las bofetadas que caen sobre el.
—¡Ya me cansé de ti! —Nuestros compañeros empiezan a acercarse—, me cansé de que amenaces e intentes intimidarme, de que te metas conmigo, con mi madre y con mi familia, ¡el mundo sería mejor si tú no existieras!
—¿Olivia que haces? —Grita Mónica frente a mi al intentar separarnos.
—Eso ya no importa, mejor busca al director y haz lo que mejor sabes hacer.
Me abro paso sobre los demás y dejo a Rebeca llorando sobre el suelo mientras escucho comentarios denigrantes sobre mi, pero ya ninguno me importa, ya nada lo hace.
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Solo quedaron recuerdos
Novela JuvenilMorirás, lo tienes claro, ¿cierto? La muerte es algo que puede llegar en cualquier momento, sin siquiera avisar en el preciso instante en lo que hará, todos sabemos que de su mano se lleva a los seres que más amamos, pero... ¿qué pasa si el vacío de...