Capítulo 19 Un café

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Me quedo en mi cuarto esperando que los minutos pasen, así que tomo mi libro favorito, el único que he leído y me siento en el borde de la cama y comienzo a pasar mis dedos por las figuras de la ilustración.

Mi dedo corre por la luna que toma gran parte de la portada y delinea las fuentes del título para luego caer en los personajes que están bajo ellas. Noah se detiene y frota su cuerpo contra mi zapato y al bajar mi mirada noto que ha crecido un poco, ya no es la bola de pelos que encontré hace días, tan vez subió de peso.

No lo sé.

Amaury

Voy saliendo.


Escribo al bajar las escaleras y camino hacia el parque donde me veré con Olivia, en el camino me concentro en las formas de las calles, los bordes de las estructuras, en la textura del suelo, mi visión corre por todo los lugares posibles.

Al llegar al lugar se siente bien tener los brazos cubiertos, ya se ha vuelto un hábito en mi, al notar que aún no está en el lugar, envío un mensaje para informar que he llegado y la esperaro en un banco con vista al mar.

Los minutos pasan y ya han terminado unas pocas canciones para dar inicio a las siguientes, y cuando pienso que me ha dejado plantado, veo como se acerca desde la distancia.

—¿Cómo estás? —La saludo con un abrazo sin saber muy bien de dónde salió eso.

—Cansada, casi vine corriendo porque se que llegué un poco tarde. —Dice al secar el sudor de su frente.

—Solo fueron diez minutos, en realidad no es tarde. —La invito a sentarse.

—Desde pequeña me educaron para llegar temprano a todo, a la hora acordada, sin importar lo que sea.

—Wow y yo que siempre llego tarde a todo —que gran contraste— , te invitaría un café, pero creo que necesitas un helado.

—Por favor —comenta al recuperar el aire—, disculpa si sueno un poco grosera, pero, ¿por qué me invitaste a salir hoy?

—¿Acaso uno no puede salir con sus amigos? Además, es mi oportunidad de comprarte algo y así compensar lo de la noche anterior.

—¡Ok! ¿Entonces es por eso?

—Podría decirse —hago una pausa—. Quiero retomar la conversación de hace días, solo me falta un vaso de café en cada mano.

Por un momento se nota la confusión en su rostro, hasta que logra recordar a lo que me refiero.

—¿Por dónde quieres empezar?

—Esa vez dijiste que te alejaste de tus amigos, ¿por qué?

—Cuando estás triste y tienes miedo de lo que puede pasar, usualmente estás a la defensiva, te alejas e intentas protegerte bajo un escudo invisible —comenta con detenimiento—, la persona que consideraba mi mejor amiga me traicionó como si nuestra amistad no valiera nada y prácticamente eso fue lo que  demostró.

—Comprendo, —respondo para qué esté al tanto de que escucho lo que dice.

—Luego de eso no hablé con nadie y tampoco podía ignorar todos los problemas que habían en mi casa, quienes pensé que eran mis amigos claramente no lo eran, porque si estás en los momentos de risas, pero no cuando verdaderamente te necesito, no eres mi amigo.

—¿No estarían ocupados?

—Nadie está lo suficientemente ocupado, siempre hay un momento en que estamos libres, simplemente no les importaba como estaba y si tú no te interesas en mi, ¿por qué yo debo hacerlo contigo? Además; ese no era el verdadero problema.

—Creo que puedo entender.

—Cuando el caos pasó y me sentí fuerte para regresar a mi vida por unos días antes de irme, todos fueron conmigo, a hablarme, abrazarme —su mirada se mantiene fija en el mismo punto de suelo–; me sentía asqueada por personas que decían quererme cuando no lo demostraron en mi peor momento.

—¿Pero qué fue lo que pasó?, ¿por qué decidiste estar lejos de todos?, ¿y a qué te refieres con "los días antes de irme? —La miré sintiendo el sudor en mis manos.

—Mi padre... —le cuesta pronunciar.

—Si no estás cómoda no te obligues a decirlo, —comento al apoyar la mano en su hombro, no soy bueno con los gestos de afecto.

—Está bien, el es un hombre... abusivo, durante mucho tiempo o años, golpeó a mi madre y era cruel con ella, ella se negaba a dejarlo porque creía que lo amaba y viceversa, pero el amor no existe en base a golpes, insultos y maltratos, durante mucho tiempo intenté que entendiera.

Se recuesta sobre el banco y lleva su mirada a otro lado, y no la juzgo, es algo totalmente difícil, ya que ni siquiera sé que decir o si debo hacer algo.

—Una noche discutí con ella, le grité que hasta cuándo viviríamos así, que cuando sería el día que tomaría el valor para al fin dejarlo e irnos, pero él entro en ese momento, nunca había sido violento conmigo, bajo ningún aspecto, pero esa noche fue diferente, podía notarlo en su mirada.

Hace una pausa y comienza a pasar las manos por su cabello para después llevarla a su rostro y así sostener su cara con facilidad, mientras que una sensación de culpa corre por todo mi cuerpo teniendo un epicentro al final de mis brazos.

—Me golpeó, no lo diré con exactitud, pero lo hizo y allí estaba yo, tendida en el suelo con emociones que nunca había sentido juntas y con un montón de lágrimas esperando el próximo golpe. Pero mi madre lo evitó, se detuvo entre ambos y se quedó con él, gritándome para que me fuera de allí, no quería dejarla sola, pero sabía que era nuestro único medio de escape.

—¿Y que pasó luego? —Pregunto sin pensar sintiéndome un tanto imprudente.

—En resumidas cuentas, mi padre fue a prisión por abuso doméstico e infantil, ya que en ese entonces no tenía la mayoría de edad, mi madre decidió que debíamos mudarnos para olvidar nuestro oscuro pasado y por eso estamos aquí en Málaga.

—Wow, debió ser muy difícil todo eso.

—Lo fue, no sabía cómo lidiar con eso, pero tenía claro que no quería seguir allí, quería salir de ese lugar oscuro, por eso intento ayudarte, porque entiendo por lo que pasas, tal vez lo mío no fue exactamente igual, pero igual sé que la ayuda es necesaria, pero solo dime una cosa, ¿en serio te sientes cómodo para hablar ahora?

Mi respiración para por un momento ante los recuerdos que trae mi mente y en ese momento debato si estoy listo o no.

—Todo comenzó con un viaje, viaje que acabaría con una gran parte de mi vida.

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Solo quedaron recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora