Capítulo 42 Respira

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Después de una larga conversación conmigo mismo, llega una de las enfermeras que supongo está cuidándome y me parece algo extraño cuando se alegra al verme despierto, tal vez perdería su trabajo si no lo hacía.

Sí, debe ser eso.

Saluda al acercarse a mi, ve unas cosas en el monitor junto a mi cama y toma mi muñeca para confirmar que los vendajes estén bien.

-¿Quedará una marca? -Consulto con temor a la respuesta.

-Primero que nada, no debiste hacer eso, estuviste a punto de morir -Inicialmente esa era la idea, pero no creo que sea lo mejor decirlo en voz alta, así que me limito a contestar-. Sí, los cortes que hiciste no fueron superficiales, tuviste suerte.

En buen momento se viene a presentar esa supuesta suerte.

-¿Podré quitarlas en algún momento?, las cicatrices, -aclaro.

-Sí, actualmente hay muchos tratamientos y cremas que te darán la opción de removerlas, pero siempre tendrás una pequeña marca.

Perfecto, ahora tendré que recordar mi intento fallido de suicidio cuando lo vea.

-Tu familia llegará en cualquier momento. -Dice al caminar a la puerta.

-¿Podrían esperar un poco? Necesito asimilar esto, a solas.

-Lo tendré en cuenta, -termina la frase y la veo irse por la ventana de mi cuarto.

•••

-¿Amaury? -Consulta al entrar a la habitación.

-Papá... -no sé que es lo que debo sentir ahora, pero lo que está en mi pecho no creo que sea el sentimiento acertado.

Camina hasta mi sin decir nada más y con una expresión tan indescifrable como un lienzo en blanco, intento ver en otra dirección, pero solo puedo verlo a él.

-¿Cómo te sientes? -Pregunta al sentarse a mi lado.

-Mejor de lo que debería. -Espero que eso no se malinterprete.

-Perdón -pronuncia cuando toma mi mano y comienza a llorar-, en serio, perdón -su voz comienza a quebrase

Eso no me lo esperaba.

-Juro que no quería que nada de esto pasara, nunca pasó por mi mente que harías o pensarías en algo así -Se recuesta de la cama y oculta su rostro sobre las sábanas-. Lo siento mucho, tú madre estaría avergonzada de mi.

-Nada de esto es tu culpa -En el fondo creo que si, pero no es el momento adecuado para decirlo-, todo lo que pasó fue porque así lo quise y porque así planeé que pasara.

Por momentos me quedo mirando a la pared e intento escapar de la conversación, estos gestos de cariño y amor me resultan incómodos con el pasar de un rato sin importar que sea algo mínimo.

Me sorprende pensar en como cambió todo en un periodo tan corto de tiempo; es abrumador.

-¿Alguien lo sabe? -Pregunto con cierta pausa.

-Aún nadie sabe lo que pasó contigo, lo sabrán cuando tú te sientas listo para contarlo.

-Gracias... -Mi estómago arde y por alguna razón no puedo desviar mi mirada del piso-, lo siento -suelto sin pensar-; lo siento, por hacerlos pasar por todo esto.

-No tienes por qué disculparte, no fue fácil pasar por ninguna de esas cosas. El que debe una disculpa aquí soy yo, por negarte la ayuda que te costó pedir.

Debo admitir que recordar aquel momento trae un sabor amargo a mi boca y muchas cosas que me gustarían decir, pero lo mejor es callarme.

-¿Qué son todas esas cosas que entran a tu cuerpo? -Nos sorprende Ashley al preguntar desde la puerta, miro a mi padre en busca de una respuesta.

Solo quedaron recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora