Olivia
¡¿Cómo es posible que no entiendas mi letra?!
Amaury
Hay partes que logro comprender, pero siento que debo buscar en el traductor para así saber lo que dice.
Olivia
JAJAJJSHSJAJAJAJAJAJAJA
No seas tan malo, si quieres puedo ir a tu casa y ayudarte con eso, envíame tú dirección.
Amaury
¿En serio quieres venir a mi casa?
Esa idea no me agrada del todo, pero necesito terminar con esto hoy, no quiero invertir tantas horas en esto, así que al enviar mi dirección tomo una ducha y busco ropa limpia.•••
No sé si todo lo que ahora siento es normal, empiezo a creer que no, hay momentos en los que estoy bien y puedo caer muy fácilmente, como en los que estoy mal y ni siquiera puedo dormir en la noche, las sobras oscuras en mis párpados pueden confirmar eso.
¿Tal vez estoy superando todo?
¿Puede ser eso posible?
Ya no lo sé.
No me gusta esto, es como si fuera a enloquecer, estos cambios tan repentinos no creo que sean algo bueno, pero pensar tanto en ello tampoco me hará bien, posiblemente termine enfermo, no entiendo lo que me pasa.
—Espero no volverme loco, en verdad quiero estar bien de nuevo, ¿Cierto Noah? —Maullido— creo que en realidad lo que acabará con mi cordura es hablar con una animal que no puede entender nada lo que digo.
—Hijo, te busca una joven llamada Olivia. —Comenta mi padre al abrir la puerta.
—Voy en un momento, —dejo a Noah jugando en su cama para encontrarme con Olivia en el umbral.
—¡Hola! —Saluda tan alegre como siempre— ¿Cómo estás?
—Hola, podría decirse que hoy estoy mejor que ayer, —hay algo en su personalidad que es contagioso.
—Entonces, ¿manos a la obra? —Suelta al apuntar a la mesa— ¡Tú hermana es muy linda! —Susurra a mi lado.
—No lo creo, —respondo al notar que la única en el lugar es Nancy.
•••
Duramos al rededor de dos horas haciendo las anotaciones y aún me faltan algunas cosas por copiar, y ya que duramos un buen rato haciendo eso, ella propuso salir a caminar y tomar aire fresco, siendo esa la escusa perfecta para escapar de aburrimiento que me abrumaba.
En muchas ocasiones el simple hecho de salir genera un montón de incomodidades en mi, como si todos me miraran, la forma en que camino, las risas del lugar, a veces me siento como una completa burla al rededor de todas estas personas. Pero el hecho de que no soy lo suficientemente importante para ser el centro de atención; me hace olvidar esos detalles.
—Estás muy callado. —Por un momento olvidé que no estoy solo.
—¿Por qué haces todo esto?, —pregunto al meter las manos en mis bolsillos.
—¿Hacer qué?
—Sabes a lo que me refiero, intentar ayudarme, acercarte a mi cuando nadie más lo hace, ¿por qué haces eso? no me conoces, no sabes quién soy o si merezco tú ayuda.
—No eres un desconocido, sé que eres Amaury Castillo, tienes diecisiete años y estudio contigo desde hace unos meses —Enumera al recogerse el cabello—. Además, solo porque seas un desconocido, lo cual no eres, ¿eso impide que pueda ayudarte?
—No —digo al instante al recordar aquel señor en el parque.
—Creo que todos necesitamos ayuda, aún cuando nos somos lo suficientemente fuertes para pedirla, creo que todos deberíamos ser así, ¿sabes? Ayudar a todo aquel que lo necesite aún cuando se niega a recibir ayuda.
—Es muy bonito todo lo que dices, —no sé muy bien que responder o si lo que digo es lo que ella espera.
—Me hubiera gustado poder tener a alguien en todo el tiempo que lo necesité, pero nadie me ayudó, ni mis amigos, porque di muchos pasos hacia atrás y me alejé de todos ¿Y sabes qué? En el fondo, muy en el fondo, quería que ellos avanzaran los pasos que yo retrocedí, pero ninguno lo hizo.
En cierta parte creo que puedo entender por lo que ella pasó, pero yo si tengo el apoyo de mis mejores amigos, el único problema soy yo, que me reuso a tomar su ayuda y solo los he alejado durante todos estos días.
—¿Y qué pasó contigo? Por lo que dices tuviste que pasar por muchas cosas.
—Creo que esa es una historia para otro día, para cuando tú también te sientas cómodo de contar la tuya; —toma mi brazo por un momento- allí estaré con dos vasos de café en la mano para que hablemos con calma.
—Comprendo, disculpa la pregunta, pero... ¿cómo sé que puedo confiar en ti?, ¿qué me garantiza que no te aburrirás y luego te irás?
—No soy una persona que tenga muchos amigos, mi madre y yo nos mudamos aquí hace solo unos meses, y en realidad no he hablado con muchas personas desde entonces, solo con Esteban, que es mi único amigo, podría decirse que es una jugada egoísta, me acerco a ti solo para tener un nuevo amigo.
—¿Esteban? —Digo mientras cruzamos una calle.
Suelta una pequeña risa —conoces a Esteban, también estudia con nosotros, cabello, ojos oscuros, —apunta a sus ojos— te habló hace unos días en las escaleras.
El chico de las escaleras.
—¡Oh! Ya sé quién es, no sabía que se llama Esteban —no puedo evitar reír.
Aunque me cueste admitirlo, me gusta estar con Olivia, ella crea en mi esa sensación de comodidad y confianza, por momentos; siento que me conoce de toda la vida, porque me habla con tanta confianza y comodidad.
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Solo quedaron recuerdos
Ficțiune adolescențiMorirás, lo tienes claro, ¿cierto? La muerte es algo que puede llegar en cualquier momento, sin siquiera avisar en el preciso instante en lo que hará, todos sabemos que de su mano se lleva a los seres que más amamos, pero... ¿qué pasa si el vacío de...