Capítulo 37 Errores del pasado

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💜Olivia💜

Me cuesta creer el cambio que tuvo mi vida durante el año, tal vez muchos no la consideran perfecta, pero para mí lo es; si echo un vistazo al pasado y recuerdo todo lo que fue.

Estos últimos meses han sido para crecer, evolucionar, mejorar y me alegra saber que estoy en el punto en el que soñaba poder estar, hace un año todo parecía imposible.

Mi padre ha intentado retomar la comunicación conmigo, pero él representa todo lo malo que hubo en mi vida y aunque perdonar es parte de crecer, no pienso volver a ese lugar oscuro de nuevo.

•••

26/04/23

Ya han pasado dos días desde que no sé nada de Amaury, no hay nada en sus redes, su teléfono está apagado y su hermana tampoco responde los mensajes; ahora comienzo a preocuparme y me canso de creer que todo está bien, de actuar como si no pasara nada.

Los chicos tampoco saben nada de lo que está pasando, y eso me preocupa aún más, Esteban no lo ve desde el mismo día que yo; Sofia y Henrick, no lo ven desde que discutieron y aunque no estén en los mejores términos, también están preocupados por lo que pasa.

Cansada de esperar respuestas que no llegarán por cuenta propia, recojo mi cabello con rapidez y tomo mi teléfono para ir directo a su departamento, le escribo a mi madre para que sepa que salí y camino con rapidez al ver las tonalidades en el cielo.

Mis pies comienzan a doler gracias a todo lo que he caminado y a la velocidad en que lo hago, cuando me acerco al café donde compartimos esa primera vez, los recuerdos se hacen cada vez más nítidos e intensos, están cargados de emociones.

Minutos después llego al lugar donde tuvimos la confianza de sincerarnos y hablar de nuestros traumas y miedos, teniendo el valor de consolarnos aún cuando no sabíamos cómo hacerlo, mientras más pienso en él, soy consciente de lo importante que sea ha vuelto en mi vida estás últimas semanas y me aterra pensar en que le haya ocurrido algo malo.

Cuando estoy frente a su edificio algo se ilumina en mi interior y me genera una felicidad absoluta, así que corro por la calle y subo tan rápido como puedo todas esas escaleras que me alejan de su puerta, al llegar, toco con rapidez esperando respuestas que no llegan. 

—¡Amaury! —Grito al golpear más fuerte— ¡Nancy!

Saco mi teléfono y aunque sé que no funcionará, los llamo a ambos sin obtener respuesta de su parte. .

—¿De que son todos estos gritos? —Pregunta la señora de al lado al salir al corredor—, ¿por qué tanto escándalo? —Me señala.

—Oh, disculpe si la molesté. —Me acerco.

—Pues si lo hiciste, ¿qué haces aquí?

Ay.

Que buen humor tiene…

—Soy amiga de la familia Castillo y vine a saber que ha pasado con ellos, ya que hace unos cuántos días no sé nada de ellos ni de Amaury.

—Muy amiga no puedes ser si no te dijeron que están en el hospital en la sala de urgencias. —Mi boca se niega a articular cualquier palabra mientras que un dolor intenso llega a la parte posterior de mi cabeza.

—¿Sala de… urgencias? —Mis piernas comienzan a temblar.

—Sí, gracias a esos actos e impulsos satánicos cortó sus venas como si fueran gomitas de golosina. Solo Dios sabrá que decisión tomará, —hace el símbolo de la cruz mientras yo intento procesar todo esto e intento comprender de dónde viene tanta maldad de su parte.

—¿Intentó suicidarse?

—¿Acaso no escuchaste? Cometió la peor atrocidad de todas y el pecado más indigno que hay, por eso ahora está muriendo mientras que intenta aferrarse a su vida.

Me recuesto de la pared cuando mis piernas comienzan a fallar y mi visión se nubla, llevo las manos a mi rostro e intento actuar como si no escuché nada, aunque es más que imposible hacerlo. 

—No salí precisamente a ver la obra de teatro que montas, —arroja sus palabras tan afiladas que parecen sensenar mi piel.

—Señora mejor váyase de aquí, —digo desde el suelo.

—¿Disculpa?, tú eres quien está en un lugar donde ni siquiera vives.

—¡Qué se vaya! —Me levanto quedando a su altura y gritando tan fuerte que logro escuchar una especie de eco.

—A mí no me grites mocosa, —habla un par de cosas más antes de irse a su hogar, —¿cómo pueden existir personas tan crueles?

Me deslizo sobre la puerta hasta caer en el suelo, mientras que mi llanto incesante lo hace conmigo. 

¿Qué fue lo que pasó?, ¿por qué lo hizo? Todo parecía estar bien, no puede estar allí para apoyarlo, ¡debí hacerlo!, mi mente corre por todos los escenarios posibles y me dejo consumir por la atmósfera tan oscura que me rodea.

Comienzo a llamar a Esteban y a mí madre en espera de que alguien venga a buscarme, no creo ser capaz de irme sola, no creo ser capaz de hacer nada justo ahora.

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Solo quedaron recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora