—¡Ya!, ¿podemos hablar de otra cosa?
—Por supuesto, podríamos hablar de mi rutina de abdomen, —comienza a reír y me dan ganas de patear su cara para que caiga en el lago y se ahogue, para mí desgracia, no es legal, ni moralmente ético.
—Iré a caminar un momento, —me levanto y lo dejo allí, pero el sonido del agua llama mi atención y luego sus pasos acercándose.
—No te molestes conmigo, —me rodea desde la espalda y se me hace difícil corresponder el abrazo gracias a los nervios que vienen con el.
—No lo estoy, solo es algo incómodo.
No puedo pasar por alto que es la primera vez que me abraza o al menos de esta forma, por lo que intento esconder esa sonrisa que muere por salir, al menos está detrás de mi y no podrá verla.
—¿Quieres caminar conmigo? —Por un momento pienso en tomar su mano, pero me contengo, aunque la idea no se va.
—Claro, — nuestros pies se hunden en la humedad que genera la orilla del lago mientras que la sensación del agua solo llega a nuestros tobillos— desde esa noche en tu apartamento te he notado diferente.
Pienso por un momento lo que diré ahora, pero no sé si logre encontrar las palabras correctas.
—Solo necesitaba salir de eso que sentía, tener una respuesta a todo ese caos que había en mi mente y dependiendo de tu respuesta sería el siguiente paso que tomaría.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Siento que estoy superando el asunto de mi madre y toda la depresión que eso trajo, aunque tendré un recordatorio constante, intento no darle importancia, pero me cuesta —Mi vista se pierde en el agua por un momento— así que este es el único asunto que quedaba en mi mente.
—O sea, ¿siempre estuve en tu mente?
—No comiences. —Amenazo y él sonríe.
—Creo que has hecho un gran trabajo, has cambiado mucho desde esa vez que hablé contigo en las escaleras.
—Eso no puede ser cierto. —Intento forzar una sonrisa.
—¿Por qué mentiría?, no tengo por qué hacerlo.
—¿Puedo preguntar algo?
—Usualmente cuando preguntan antes de hacerla seguramente es algo incómodo, pero venga, sin miedo.
—¿Cómo supiste que no eras hetero?, ¿o cómo supiste que querías experimentar? —Suelto antes de arrepentirme, es muy raro que este exceso de confianza no se haya ido aún.
—¡Wow! Si fue una buena —dice al rascar su nuca—, es algo que cuando empiezas aceptar ya lo sabes, cuando superas la etapa del miedo y ya no te sientes mal con eso y cuando empiezas a sentir atracción por un hombre, dejas de ser hetero, nunca he creído en los hetero flexibles.
—¿Y si aún no lo aceptas? ¿Y si aún no superas la etapa del miedo? ¿Y si te centras tanto en los demás que te avergüenza ser tu?
—No puedes bazar tu vida en lo que digan o piensen los demás de ti, es tu vida, no la de ellos, ellos no son nadie para juzgarte y privarte de tu felicidad.
—Lo sé, pero no es fácil.
—Nadie dijo que la vida sería fácil y cuando entras a esta comunidad es más difícil aún, porque todavía hay personas horribles en este mundo y si una vida siendo hetero es difícil, esta que vivimos es aún peor.
—¿Te confieso algo?
—¿Ya no te gusto? —Responde tan rápido que no me permite hacer la pregunta.
—¿Qué?, ¡no!, lo que iba a decir es que desde esa noche ha crecido la confianza que nunca había tenido contigo. —Sus gestos vuelven a la normalidad.
—Soy el único en tu grupo de amigos que puede entender a la perfección lo que pasa, supongo que es por eso.
Y por otras cosas.
Caminamos a orillas del lago por otro rato y mi vista se pierde en cada parte del lugar, en las tonalidades del agua, en las hojas de los árboles más grandes y en la diferencia de aromas y texturas que ofrece este espacio.
Al sentarnos en una piedra frente al agua, Esteban comienza a decirme algo que no logro entender ni escuchar, ya que mi vista y mi mente están en unos árboles deagonales a nosotros, es… ¿esa figura otra vez?
—¿Me das un momento? —Consulto sin apartar mi vista del lugar y sin esperar una respuesta.
Mis pies comienzan a sentir la presión que genera el suelo y de las diferentes cosas que hay en el. Camino entre los árboles hasta perder la cuenta de cuantos he pasado y cuando siento que estoy a punto de perderme, es cuando vuelvo a ver esa figura translúcida.
Al ver cómo se aleja, corro en su dirección ignorando el dolor en mis pies y cuando logro alcanzarla; veo como esta se detiene en el centro de un aro de luz, al rededor de un círculo de árboles, esto provoca que sus tonos morados se vuelvan más intensos y brillantes.
—¿Mamá…? —Mi voz tiembla y mis ojos se tornan borrosos— ¿Cuando acabará esto?, ¿cuando podré pasar a la segunda página?, ¿cuándo podré superar esto?
Ella se aleja y hago el intento de seguirla, pero mis piernas ya no son conscientes ni capaces de hacerlo.
—¿Acaso no te irás?, ¿acaso nunca podré olvidarte? —Mi voz se quiebra.
La figura desaparece y resuenan las palabras "te amo" en cada parte de mi mente mientras un cosquilleo recorre mis mejillas. Mis piernas ceden ante la presión y mis manos chocan contra el suelo mientras mis lágrimas caen en el.
—¿Amaury? —Suena la voz de Esteban detrás de mí—, ¿Estás bien?
—No… —no puedo verlo a los ojos, ahora no.
—Aquí estoy —dice al poner su mano en mi hombro y sentarse a mi lado—, todo estará bien...
—Vámonos de aquí, por favor… —camino junto a él mientras seco las lágrimas en mi rostro y espero que mis ojos no estén lo suficientemente hinchados como para que sea algo evidente.
Nota de autor
¡¡A solo dos capítulos y un epílogo!!
AHHHHHHHHHHH 💜💜💜💜💜💜
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Solo quedaron recuerdos
Genç KurguMorirás, lo tienes claro, ¿cierto? La muerte es algo que puede llegar en cualquier momento, sin siquiera avisar en el preciso instante en lo que hará, todos sabemos que de su mano se lleva a los seres que más amamos, pero... ¿qué pasa si el vacío de...