Reencarnación mágica en: Harry Potter y La Piedra Filosofal

58 - Y la copa es para...

La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

La pequeña aventura de las serpientes y leones, fue el secreto peor guardado de Hogwarts durante los días siguientes.

Merula estaba enfada, siempre quiso que todos la alabarán y reconocieran, pero ahora todos la detenían en cada pasillo par aprwguntarle sobre los rumores, la fama no era lo que ella esperaba.

Harry había despertado unos días después del incidente y en ese momento Dumbledore, aprovecho y les habló a los gemelos de la rivalidad del profesor Snape y su padre y del destino de la piedra filosofal y por lo tanto, de Flamel y su esposa.

- Entonces… ¿La piedra se destruyó? -dice Harley, tratando de ocultar su expresión divertida.

- Si, pero no se preocupen, Flamel tiene elixir suficiente para dejar las cosas en orden -consuela el director -, además, para alguien con Flamel: la muerte es solo la siguiente aventura.

El director se fue, no sin antes llevarse una caja de grageas de todos los sabores, de oosnregalsnque tenía una mesa a los pies de la cama de Harry.

- Creo que mañana ya podrás salir -dice Harley al levantarse -, al menos podrás ir al banquete de fin de año.

- Es una lástima que perdiéramos la final de quidditch -lamenta Harry, sumiéndose en su cama-, pero afortunadamente, todo salió bien.

Hayley se quedó otro rato, antes de que varias voces se escucharán en la puerta, eran los amigos de Harry y algunas de las amigas de Harley, aunque también estaba Samael, pero al no hablar, no lo habían notado.

Todos empezaron a preguntarle sobre lo sucedido, solo por escucharlo de él, con muy pocos detalles diferentes, incluso incluye su conversación con Dumbledore.

- Ya decia yo que Dumbledore estaba un poco loco -dice Ron quejándose -, de cualquier forma, debes sanar para poder disfrutar del banquete, perdimos en puntos en la competencia de las casas y ganó Slytherin y en quidditch nos ganó Ravenclaw, pero el banquete será bueno igualmente.

- Aún me cuesta creer que no nos hayan dado puntos ni quitado por lo que hicimos -dice Hermione, pensando que los debían castigar, pero recompensar por evitar el robo de la piedra filosofal.

- Además de que Dumbledore parecía saber algo desde el comienzo -agrega Giselle, aún más segura de la naturaleza, manipuladora y benévola, una combinación que no sabía si era correcta, pero si lo fuera, peligrosa.

- ¿Creo que Dumbledore quería que fueran? - pregunta, Ron, señalando a los gemelos-. Enviándoles la capa de su padre y todo eso

- Bueno, si fue así -explota Hermione, segura de que era lo más probable -, es un sinvergüenza.

- No, creo que sabe más o menos todo lo que sucede, sabía que pasa y al saber que tal vez haríamos algo, nos dio las herramientas necesarias -dice Harry, pensando que el director es fantástico -. Creo que sabía que hacíamos nosotros y que teníamos derecho a enfrentarnos a Voldemort y en lugar de detenernos, nos mostró lo suficiente.

- ¿Enserio Harry? -pregunta Giselle, decepcionada de la estupidez de Harry - Tal vez tu y Harley estén protegidos por el sacrificio de su madre pero los demás no -explica -, e incluso así, no hay garantía que no pueda hacerte algo peor que matarte.

- Ella tiene razón, Harry, no deberías ser tan ingenuo -dice Britta aceptando que su padre, no es el mago de la luz quebtudos dicen y si lo es, no le importa que las luces se extinguan mientras el mundo mágico esté en paz.

Todas las chicas se fueron después de esas palabras, incluida Harley. Le pidieron a Samael que las entrenará, lo cual aceptó hacer en vacaciones.

El día del banquete, Samael volvía de ver a su amigo unicornio. Lo había visto a diario desde que lo salvó y a diferencia de lo que esperaba, su manada no lo trato mal, pero su aura les resultaba un poco incomoda al ya no ser tan pura como antes, por lo que decidió acompañar a Samael y regresar de vez en cuando a ver a su manada.

Justo cuando entro, los murmullos comenzaron, la mayoría en admiración y curiosidad, otros pocos con miedo o envidia, enfrentar a voldemort no era poca cosa y si Samael hizo bien los cálculos, elnperiodicp con la noticia llegaría mañana.

- ¡Otro año… voló! -dice Dumbledore no tan alegre, si alguien logra notarlo en su mirada, como su tono de voz sugiere- Ahora, antes de iniciar con el banquete, debemos entregar la copa de la casa…

La clasificación de las casas quedó, según lonquebrecuerda Samael, en la misma posición pero el puntaje diferente: cuarto lugar Gryffindor con cuatrocientos cuarenta y cuatro puntos, tercer lugar Hufflepuff con quinientos cincuenta y cinco puntos, segundo lugar Ravenclaw con seiscientos sesenta y seis puntos, primer lugar Slytherin con setecientos setenta y siete puntos.

La mesa de Slytherin estalló en gritos y aplausos, siete años seguidos habían obtenido la copa, el profesor Snape estaba muy orgulloso, más por el consejo que un semidragón le dio, por lo que le pidió la palabra al director, acabada la narración de las posiciones.

- Solo quiero decirles -dice el profesor Snape con voz tranquila, pero fuerte y clara-, Slytherin se esforzó mucho para conseguir este reconocimiento, siete años seguidos y si bien, hubo unos infractores hace unos días, caso del que todos están al tanto, las proezas que lograron, creo, compensa sus faltas -explica, sorprendiendo a todos de que no quiera restar puntos-, ya que fueron de todas las casas, no hay razón para resta o sumar más puntos, en fin, gracias por escuchar.

Los aplausos iniciaron con unos pocos, principalmente los infractores y sus amigos, lo que hizo que las personas a sus lados comprendieran que era razonable y aplaudieron también, luego, todo el comedor les siguió.

- Si… muy cierto profesor Snape, ahora ¡Disfruten del banquete! - dice Dumbledore , molesto por no sumarle puntos a gryffindor, aunque hubiera sido muy obvio ya que todas las casas se involucraron, eso no alegraría a muchos una vez lo analicen.

El banquete, aunque no tan alegre, sucedió con normalidad, pláticas aquí y allá, pensando en voz alta sobre sus sueños y trabajos deseados o algo emocionante que piensan hacer antes de eso.

Así pasó el banquete y llegó el día siguiente y con él las calificaciones de los exámenes y el periódico con un artículo muy especial de Rita Skeeter

...

Continuará...

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