Reencarnación mágica en: Harry Potter y La Piedra Filosofal

023 - Heredero

La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

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Samael se lanza contra el ser de roca y oro, sabe que está en desventaja, pero ha entrenado y puede romper rocas fácilmente, si puede hacerlo en el primer golpe, no estará en peligro.

El extraño ser balancea la espada para cortar la cabeza de Samael, es tan rápido que apenas se puede reaccionar.

Logrando agacharse a tiempo, ataca con su arma y uno de los picos se rompe contra el escudo, el ser no se inmuta.

Antes de que pueda atacar nuevamente, Samael golpea el pecho de su enemigo y está sale volando para sorpresa de todos, esa cosa debe pesar más de una tonelada, según un rápido cálculo de Hermione, la fuerza de Samael no era algo que subestimar.

Mientras una pequeña nube de polvo aparece y empieza a dispersarse, la profesora McGonagall y el duende tratan de romper la barrera inútilmente.

El único tranquilo era Kukulcan, sabía que está cosa no podía matar a su amigo, incluso sin magia. Samael es superior. Aún así, gritaban para que Samael saliera de ahí, sin resultado ya que la barrera está insonorizada.

Aunque Samael pudiera escuchar los gritos de las personas que lo trajeron, no haría caso, sus instintos le decían que esto iba a seguir.

Un pequeño ruido se escucha desde la nube de polvo y Samael es lanzado contra la barrera, el escudo había impactado contra su pecho.

Samael, sorprendido por la velocidad de esa cosa, se levantó lentamente y vio como la roca y oro ro y hundido por su golpe, se reparaba rápidamente.

- Esto será complicado -dice Samael poniéndose en pose se pelea-, pero muy entretenido.

Samael vuelve a lanzarse y está vez corta el brazo de oro, está vez los picos de la macana no se rompen y en cambio dejan un corte limpio en enemigo.

Antes de que logré regenerar el brazo, Samael es atacado para distraerlo pero el escudo es repetido por los puños de Samael, agrietando poco a poco la roca, y en un descuido le cortan el otro brazo.

Indefenso, utiliza sus piernas para atacar a Samael mientras apresuradamente, regenera únicamente los brazos y pelea cuerpo a cuerpo.

Samael es muy fuerte, pero ese extraño ser no es opacado, cada golpe que da Samael es respondido y caos siempre acertado,.

Rectos, ganchos, colados, rodillazos, patadas, llaves, todo es respondido o contrarrestado, dejando a Samael algo ensangrentado.

El ser, que no tiene rostro, aunque al regenerarse absorbe sus partes cortadas, va adelgazando y empequeñeciendo, pasando de casi tres metros y la mitad, estando casi a la misma estatura que Samael.

Viendo cerca la victoria, sin dejar de ser precavido, Samael corto ambos brazos y empezó a abollar la cabeza del enemigo recibiendo golpes en el abdomen rompiendo sus costillas, cuando la cabeza hasta estar casi desecha, el ser metálico y rocoso, dirige sus manos ala cabeza para protegerla mientras se regenera, aprovechando esto, Samael, con todas sus fuerzas, atraviesa el pecho de su enemigo. El enemigo deja de moverse.

Samael sintió como su magia regresó y sus heridas empezaron a sanar, el cuerpo de su enemigo se desvaneció y regresó a la puerta dejando atrás una extraña gema multicolor rodeada por matriz de roca y oro.

Al momento de tomarla, la macana y la piedra se volvieron  un collar con la piedra del sol colgando, la cadena era de oro adornado con algunas plumas en cuántas de piedra y el colgante hecho de gemas brillantes que hacían una amalgama mezclando todo armoniosamente.