025 - Plataforma 9 y 3/4

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La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

A Samael no le cabía en la cabeza el cómo seguía siendo un secreto la existencia de la magia.

Ya no lo recordaba con claridad, pero tanto en el libro como en la película, los Weasley se quejaban de los muggles y hacían otras cosas que ponían en riesgo el estatuto de secreto, pero ya ahí en la estación King Cross, mínimo una docena hacían y decían estupideces, cómo si quisieran ser escuchados.

La mayoría trata de loco o no le presta atención, solo piensan que son excéntricos, por suerte.

- Que tristeza no poder compartir un año escolar con ustedes -dice Tonks que está acompañando a Samael y Hermione junto a los demás.

- Podremos verlos en vacaciones -consuela Scarlett -, solo serán unos meses.

- Además de que tenemos trabajo que hacer -les recuerda Penny haciendo que Tonks se desanime.

- Además debes probar estás bellezas -dice Chiara, tratando de animar a su amiga.

Todas muestran sus brazaletes, son iguales al que llevó Samael en su encuentro con Giselle, claro, Scarlett lleva uno extra para que no consideren trampa su uso, no evitará en contacto físico, pero si los hechizos, así que las pelotas de quidditch no serán repelidas.

- Aún así -dice Ted -, creo que darles eso es demasiado.

- Para ellas, es nada comparado con lo que merecen -dice Samael haciendo que las chicas se ruborizan por la estima que les demuestra.

De hecho, los brazaletes también protegían de algunas opciones y venenos. Solo las chicas lo aceptaron, tuvo que mandar dos a Francia, las familias y sus amigas no los aceptaron.

- Subamos ya -dijo Hermione algo impaciente -, no quiero llegar tarde ni por el más mínimo error.

- Samael nunca llegaría tarde -asegura Adhara-, y en caso de hacerlo encantaría la manera de que llegaran -dice mientras abraza al susodicho.

- Procuren portarse bien -recomiendan los padres de Hermione, más por el amigo de su hija.

- Descuide señor Hermes -dice Kukulcan palmeando su hombro-, estoy seguro que no harán algo innecesario.

Al cruzar al andén nueve y tres cuartos, dieron otras indicaciones, antes de que los nuevos estudiantes de Hogwarts suban al tren y poco después, partieran rumbo a aquel colegio mágico.

- ¡No se preocupe señor! ¡Estarán bien! -grita Tla parándose en el hombro de Hermione.

- ¡Ya estamos asignados a cuidarlas así que estarán seguras! -dice Xol acomodándose al lado de Samael.

- ¡Yo cuidaré a la pelirroja! -grita Itz agitando sus alas - ¡Ayo cuidara a la peli blanca! ¡Xol a la rubia! ¡Y Tla a la que cambia de color su cabello!

- En efecto mis queridos amigos... -confirma Samael sacando una botella de sangre al azar, curiosamente dice Hermione en un papel pegado a ella-, Kukulcan y yo podemos cuidar de Hermione y Adhara aún está cuidada por sus tíos... no tiene que sufrir en la escuela.

- Hablando de la escuela... -dice Hermione fingiendo no estar atenta a la sonrisa de Samael al beber su sangre- ¿Cómo crees que serán las clases?

Antes de que Samael responda, la puerta de su compartimento se abre, revelando aún niño algo gordito, de rostro pálido y que daba la impresión de que se desmayaría en cualquier momento.

- Hola, me llamo Neville... Neville Longbottom -se presenta, tartamudo, pareciendo temeroso de que lo haya dicho mal - ¿Puedo sentarme? -pregunta el chico asustado.

- Adelante - responde Samael sonriente.

Neville, alegre, voltea a verlo al tiempo que da un paso dentro del compartimento, sin embargo se detiene ante la aterradora imagen que observa: un chico pálido sonriendo con colmillos afilados, los dientes y labios cubiertos de sangre, con una gota escurriendo de la comisura derecha.

Antes de que Hermione diga algo o pregunte sobre su estado, Neville sale corriendo con sus cosas a otro compartimento.

- No deberías asustar a la gente, Samael-regaña Hermione sin mucho esmero-, no podrás hacer amiga si sigues así...

- Si finjo para que la gente se acerque a mi o algo así, no sería algo real -se defiende Samael limpiándose los labios con un pañuelo-, prefiero poco pero sincero y de calidad.

- Pienso igual... -concuerda Hermione ya más confiada en sí misma- sin embargo, así como no nos atacas para beber sangre, podrías ser un poco... solo un poquito más amable, tal vez tengas amigos.

- Lo intentaré... sin embargo preferiría hacer amistades ya cuando sea grande -dice sin aceptar por completo las palabras de su amiga-, las personas a esta edad son insoportables.

- Nos volvemos a encontrar, Samael -saluda una voz suave desde la puerta.

- ¿También lo conoces? -dice otra chica detrás de la primera chica- ¡Somos amigos! ¡Entremos!

En la puerta, una niña rubia y otra castaña, entraron por la puerta como si nada, tanto su aspecto como su comportamiento era bastante diferente, pero parecían llevar se bien.

- Giselle, Britta -saluda Samael viendo a las mencionadas-, ella es Hermione.

Las chicas están y empiezan a hablar con Hermione mayormente, cosa que divierte a Samael ya que, al menos ahora, las pláticas de chicas no se le dan bien a Hermione.

Nuevamente la puerta se abre y está vez es la señora de los dulces. Samael le invita unos dulces a las chicas, sobre todo a Hermione, quién sigue fascinada por los dulces mágicos, poco después dan el anuncio de que el tren va a llegar a su destino, Hogsmeade y mientras Hermione, Britta y Giselle se vestían con su uniforme, Samael tuvo que soportar a algunos niños y niñas que pasaban, buscando un sapo y a los gemelos Potter, por suerte el tiempo era poco y el tren se detuvo, no hubo mucho escándalo, cómo él hubiera esperado.

Antes de descender, Samael les obsequió unos brazaletes que las protegerán, hasta ahora, todas sus amigas tienen uno. Sigue sin confiar mucho en Dumbledore, pero la revelación, será está noche.

...

Continuará...

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Reencarnación mágica en:  Harry Potter y La Piedra Filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora