028 - Cena y a dormir

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La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

La abundante comida apareció en la mesa sorprendiendo a los de primer año: desde fiestas hasta salchichas  pasando por salsas y papas fritas. Cómo Samael no quería decepcionar a los elfos domésticos de la cocina, despreciando su comida, se sirvió un poco de carne.

Cada mesa parecía tener su forma única de comer, a emos de forma general, la mayoría de Slytherin comía con los modales adecuados, los Ravenclaw comían algo más relajados, pero siempre decentemente, los Hufflepuff comían sin modales pero de manera mesurada y sin ensuciarse o a atracones, los Gryffindor, sería mejor no ver comer a la mayoría.

El pequeño filete en el plato de Samael, causó risas entre algunos de los presentes, sin embargo, los que habían leído el profeta, sabían que esté chico era parte vampiro, lo que les causa repudio y miedo contra el chico.

Sin embargo, tres niñas lo veían curioso, en especial dos rubias.

-  ¿Por qué no comes? -pregunta la gemela de Draco, Lyra.

-  Me sabe horrible -responde simplemente Samael, aunque con algo de pesar.

A pesar de haber creado hechizos, principalmente elementales, además de sus artefactos de protección y teletransporte. No ha podido hacer algo con respecto a su dieta, ni siquiera las pociones eran una opción.

-  Tiene que ver con que seas parte vampiro ¿No es así? -pregunta una chica de aspecto frío - Saliste en el periódico y supongo que saldrás en los días siguientes -explica.

-  Daphne tiene razón -dice Lyra saludando formalmente a Samael-, tal vez no me recuerdes, nos vimos en el banco, soy Lyra Malfoy.

-  Yo soy Daphne Greengrass, un placer -se presenta la otra chica.

-  Es un placer… y si, te recuerdo -dice Samael sacando una botella en una bolsa de tela para no asustar a la gente-, pero no entiendo porque sería noticia mi llegada a Hogwarts.

-  Eso es sencillo -dice Daphne dejando sus cubiertos sobre su plato, dispuesta a explicarle la razón a Samael -, este año entraron muchos herederos y herederas, incluyéndonos -dice señalando a Laura y otras chicas-, sin contar la fama de los gemelos Potter, la hija de Dumbledore y la descendente de Grindelwald, además de ti -explica señalandolo-, de forma amable, podríamos decir que eres una quimera, capaz de matar un gigante a tan corta edad…

-  Sin mencionar que puedes transformarte en un dragón -agrega Lyra bastante interesada en eso.

-  Supongo que el profeta venderá muchos periódicos -bromea Samael causando risas en las chicas.

-  Eso es cierto, un fenómeno siempre causa sensación -dice Dracon de repente, causando risas entre los chicos a su alrededor. 

-  Parece que hablo el listo del año -se burla Samael sin importarle sus comentarios.

-  ¿Qué dijiste? -pregunta, el ahora enfadado, Draco.

-  Además es sordo -continúa la burla.

Enojado, Draco se levanta de su asiento, flanqueado por dos gorilas y seguido por unos tres chicos más.

-  ¿Acaso no sabes quién es mi padre? -pregunta Draco, altivo, además de soberbio y confiado en el poder de su progenitor - Ni imaginas lo que te pasará cuando le cuente, a ti y haré que a esa sangre sucia…

Ahora, fue el turno de Samael de enfadarse. Dando un fuerte golpe en la mesa, levantando y tirando algunos platos y vasos, mientras suena grieta aparecía en la mesa, Samael se levanta, mientras de su boca empiezan a salir chispas humo y un poco de fuego, sus ojos se rasgaron aún más y daban un aspecto aún más aterrador.

-  No me importa quien sea tu padre, además de que un cadáver no puede decir cualquier cosa -dice Samael con un tono bajo y serio asustando aún más a las nuevas serpientes -, pero te reto a decir lo que ibas a decir de Hermione… ¡Vamos!

Si no fuera por el terror que le provocaba su padre y las amistades de este, seguramente Draco hubiera mojado sus pantalones, los demás tuvieron suerte ya que esa ira y morada, no iban dirigidas a ellos. Con movimientos algo robóticos, Draco volvió a su lugar al igual que sus seguidores.

La profesora McGonagall y algunos otros profesores, con Snape, querían ir a calamar y regañar a Samael, sin embargo, Dumbledore les pidió que esperarán, aunque tenía su varita lista y unos elfos domésticos preparados por si las cosas se ponían feas… para el rubio.

Al ver qué las cosas se detuvieron y el comedor quedó en silencio, se aclaró la garganta llamando la atención de todos.

-  Solo les diré unas pocas palabras más ya que hemos comido y bebido -dice mientras parece que los estudiantes se alivian de que el problema de las serpientes no haya escalado a mayores.

Dumbedore, explica algunas de las reglas, recalcando el peligro del bosque prohibido y agregando el pasillo del tercer piso, es sorprendente  cómo nadie se atrevió a ir.

Después de la terrible canción de Hogwarts, cada para de prefectos escolta a los primeros años a sus salas comunes.

Cómo era de esperar, la contraseña de los Slytherin era algo bastante obvio.

-  ¡Salazar! -grita la prefecta a una pared en medio de la escalera de los calabozos.

- Por favor, no olviden la contraseña -pide el prefecto entrando y permitiendo la entrada de los nuevos-, se cambiará varias veces a lo largo del año así que procuren escucharla o leerla en los anuncios, estén atentos. 

Al entrar una magnífica sala comunitaria decorada en negro verde y plateado, con seas de cuero negro, adornos de plata y banderas y alfombras de color verde. También habianuna ventana que daba alnlago negro donde s ellegaba a ver alguna criatura acuática y si tenías suerte, algún tentáculo del gran amigo octopodo.

-  Sus pertenencias ya están aquí -indica el prefecto-, niñas del lado derecho, niños del lado izquierdo, las habitaciones son compartidas.

-  Nuestro jefe de casa es el profesor Severus Snape -informa la prefecta -, si tienen algún problema o lo resuelven o buscan la forma o a alguien que les ayude o vengarse, solo recuerden que las serpientes solo sisean entre serpientes ¿Me explico?

Todos asienten.

-  Procuren no meterse en problemas y si lo hacen, que no los descubran -pide el prefecto-, además ganen tantos puntos mi pesan en clases y no los pierdan.

 -  Ahora vayan a dormir -ordena la prefecta-, mañana es su primer día.

Con la idea de que esto estaba planeado, Samael se dirige a su habitación, para su desgracia, le toca con Theodore Nott, Draco Malfoy y Blase Zabinni.

Con pocas ganas de soportarlos, hechiza su parte de la habitación, para que no se escuche ni lo que dice ni lo que dicen, a prueba de hechizos y ocultandolo  de la vista.

 -  Mañana será un gran día -dice Samael antes de dormir.

-  Eso tenlo por seguro -dice Kukulcan enroscándose en los pies de Samael.

...

Continuará...

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Reencarnación mágica en:  Harry Potter y La Piedra Filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora