Reencarnación mágica en: Harry Potter y La Piedra Filosofal

57 - El fin de la aventura

La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Merula era buena con maldiciones y hechizos, pero la ventaja de ser.un profesor experimentado era evidente, el profesor era capaz de lanzar magia silenciosa y más de un hechizo seguido, lo que puso a la serpiente de una postura ofensiva a una defensiva en unos pocos intercambios de hechizos.

- Eres una Snyde ¿Verdad? -dice Voldemort de repente - Si te arrepientes ahora te perdonaré la vida, después de todo, tus padres fueron grandes mortifagos.

- Vete a la mierda -dice Merula, protegiéndose de una maldición - ¡Desmaius!

- ¡Chiquilla tonta! -gritó Voldemort- ¡Mátala! Le enviaremos su cabeza a sus padres como regalo.

- No, si yo lo impido -dice Samael apareciendo atrás de Quirrell - ¡Confringo!

Quirrell tuvo el tiempo junto para esquivarlo, aunque no salió ileso, su mano se dobló en formas antinaturales.

- ¡Maldito fenómeno! -se queja Quirrell, gimiendo de dolor.

Samael no lo sabía, pero era muy fuerte, si bien Merula era una gran bruja, podía ser abrumada por Quirrell, pero cualquier profesor podría abrumar a Quirrell y Samael ya podía ser capaz de pelear contra Dumbledore si lo daba todo, Quirrell es insignificante.

- Persona ¿Te dolió? -pregunta Samael con burla.

Quirrell iba a responder pero el maleficio, que fue repelido, lo interrumpió.

- Aún estoy aquí bastardo -gritó Merula, lanzando otra ronda de hechizos.

Samael no quería interrumpir a Merula, está pelea le serviría si lograba ser aurora.

El profesor Quirrell parece cansarse poco a poco, en parte, por la sangre que poco a poco caía de su mano rota.

- ¡Desmaius! -grita Merula, dando de lleno al mago, dejando fuera de combate.

- ¡Maldito inútil! -gritó Voldemort cuando Quirrell cae.

- Llévate a Rita cuando Voldemort deje el cuerpo de Quirrell -pide Samael a Kukulcan que estaba oculto cuidando a los gemelos.

- ¿No quieres que Dumbledore la encuentre? -dice Kukulcan, pensando que sería divertido, no puede hacerle daño después de todo.

- No, dale el brazalete que le proteja la mente -dice sacando un brazalete de la nada, en su espalda, oculto de la vista-, para evitar que busquen información.

Poco después Voldemort salió del cuerpo de Quirrell, matándolo en el proceso, pero antes de irse, la figura negra forma de humo fue atacar a los gemelos, aunque solo pudo atravesar a Harry, por no llevar un brazalete.

- ¿¡Adónde vas!? -grita Samael activandonsu collar del que salió una espada, era hermosa, estaba hecha de oro y la empuñadura, hecha de roca y plumas tenía una gema multicolor que la adornaba.

Samael no había practicado mucho con el collar, aunque no tenía gran misterio, se transformaba en el arma que quisiera, pero ahora descubrió que podía hacer otra cosa.

- ¡Mi brazo! - gritó Voldemort de dolor al ver su humeante brazo desprendido y desvaneciéndose en segundos.

La impresión de Samael fue tanta que se distrajo y le dio tiempo a Voldemort de huir, por suerte, Rita ya se había ido, si no, está sería otra jugosa nota.

- ¡Harry! -grita Harley preocupada- ¡Despierta Harley!

- Tranquila, solo está desmayado -dice Samael acercándose al dúo.

- Tranquila lo llevaremos a la enfermería -asegura Merula, lanzando un hechizo para levitar a Harry, solo esperemos que el fuego ya no esté, no tengo pociones de hielo a la mano.

El camino de regreso, fue aburrido, no había fuego, el troll, olía peor que antes, el tablero de ajedrez seguían humeando, la caja de llaves parecían tener espasmos queriendo volar otra vez, el lazo del diablo aún no había sanado, así que salieron sin problemas, lanzando un aturdidor a Fluffy al salir de la trampilla.

Justo al salir por la puerta del tercer piso, Dumbledore se hizo presente.

- Veo que están a salvo -dice Dumbledore, aunque genuinamente contento, fuera de lugar dadas la participación de el en el problema.

- No gracias a usted director -dice Samael, sin ocultar su molestia -, ahora sí no le importa, llevaremos a Harry a la enfermería y si gusta ir a ver el cadáver de Quirrell, está en la sala del espejo de Oesed.

- Señor Santana, acaso usted… -dice Dumbledore, preocupado de que lo haya matado.

- No, Voldemort lo mató al abandonar su cuerpo, el espectro huyó a algún lugar -aclara Merula -, buenas noches director.

Merula también estaba enojada con el mago, pero lo respetaba por su fuerza.

Dumbledore, sin discutir, bajó a q a sala del espejo y encontró todo destruido y el cadáver de su antiguo estudiante y colega.

- Lamento el camino que tomaste Quirinus -dice Albus Dumbledore, hechizando el cuerpo para que no se deteriore y yendo a buscar la piedra, dándose cuenta de que no está.

En la enfermería, Harley dejó que la señora Pomfrey atendiera su hermano, mientras que ella jugaba con la piedra filosofal.

- Me sorprende que esa cosa sea real y esté aquí -dice Samael sentándose al lado de su amiga de lentes - ¿Que piensas hacer?

- Creo que lo más prudente es esconderla -dice Harley, apretando la extraña piedra-, por lo que pasó… ya no confío en Dumbledore.

- Puedo hacer una falsa si gustas -susurra Samael -, pero decide rápido, ese viejo vendrá dentro de poco.

Harley, sin dudarlo, lendi lanpuedra a Samael, quién le dio la piedra a Kukulcán para que se la llevará a casa.

Hacer la réplica no era difícil, que lograra engañar a su creador era otro asunto, pero Samael se preparó para esto. Antes de entregar la piedra a su familiar, le quitó un pequeñísimo trozo y a partir de él, fue moldeando una nueva piedra. Lo había intentado con oro y los duendes no parecían darse cuenta de que no era auténtico, la piedra podía tener suerte.

Justo cuando acabo y se la entregó a Harley, las puertas se abrieron, pero no era Dumbledore o algún profesor, eran todas las amigas de Harley y Samael y los amigos de Harry, quienes se habían mantenido despiertos, esperando noticias y al enterarse, el como era un misterio, de que estaban en la enfermería, vinieron corriendo hacia el lugar.

El trío suspiro, sabiendo que debían contar una fantástica historia, haciendo que deseen estar inconscientes.

...

Continuará...

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