Después de la incorporación de Edward a la nueva mafia, se determinó que era lo suficiente confiable entre las esposas de los hombres de poder como para comentar diversos asuntos de los que escuchaban sonar entre sus esposos.
Sostuve a Conrad contra mis brazos, llenándome los sentidos con su olor a bebé y leche mientras veía a Chiara y a Carmina jugar al ajedrez. Alessandra estaba a mi lado también con su pequeña niña, manteniendo la mirada en el tablero de juego, pero la atención en las preguntas que surgían de Carmina en mi dirección.
- Así que, Livia, dime, ¿Todavía amas a tu esposo? - Cuestionó con un tono de burla entre sus labios.
- Sí.- Asentí hacía ella.
- Pero qué tragedia.- Respondió ella tirando abajo la torre negra de Chiara.- No hay nada más exasperante que una mujer creyendo en el amor.
- ¿Y qué hay de los hombres? - Alessandra cuestionó.- ¿Su amor será exasperante también?
- Ellos llaman a su necesidad de joderse a una mujer amor.- Chiara respondió a favor de Carmina moviendo su reina fuera del alcance del alfil de su contrincante.
- Ah, pero, ¿No es embriagador también? - Alessandra jugó con el pequeño pie de su hija antes de levantar la mirada y tirar de las comisuras de sus labios con suma picardía.- Si su amor viene con un pene de más de dieciséis centímetros, me siento afortunada de recibirlo.
- Solo te la llevas presumiendo, Romano.- Carmina se burló.- Pero tienes razón, no hay nada más placentero que un buen pedazo de carne metido entre las piernas. Es lo único bueno que tienen los hombres.
- Pero que sepa moverse.- Chiara complementó reaccionando a la muerte de su alfil moviendo otro para proteger a su rey.- ¿De que te sirve un semental que no sabe qué hacer con eso? Además, yo no le encuentro sentido. Mientras más grande, más duele.- Me miró.- ¿O tú qué opinas, Livia? ¿Movimiento o tamaño?
- Ahh.- Dudé.- No lo sé.
- ¿No sabes? - Carmina preguntó tomando de la copa de vino tinto que estaba a su costado.- ¿Solo has tenido sexo con él?
Asentí.
- Bueno, ¿Y qué? ¿Te sientes satisfecha? ¿Sabes lo que es un orgasmo o lo único para lo que sirve es para tener una cara bonita? - Alessandra preguntó.
- Sí sé lo que es un orgasmo...- Murmuré sintiendo que las mejillas se me comenzaban a calentar.
- ¿Y qué hay del tamaño? ¿De quince para abajo o para arriba? - Cuestionó Carmina pasando su lengua por sus labios.
- ¿Acordándote de tu jardinero? - La empujó Chiara.- Solo pareces una perra en celo.
- Al menos no se jodió a su suegro.- Murmuró Alessandra por lo bajo, causando una sonrisa de lado de Chiara.
- ¿Quieres que metamos a tu segundo esposo en esta conversación? ¿No era el hermano menor de tu primer esposo? - Ella dijo y yo me encogí sobre mí misma, ya no tan sorprendida por la noticia, pero siempre que se burlaban de ello me tomaba por sorpresa.
- Ah, por favor, eso ya es aburrido.- Carmina rodó los ojos y después volvió su atención a mí.- Entonces, responde a la pregunta. ¿Tu esposo la tiene chica o grande?
- No lo sé.- Murmuré avergonzada.- No es como si sacara una regla y me pusiera a contar.- Mi voz fue bajando, pero Alessandra era la que me observaba con mayor diversión. Chiara se acercó y tomó mi mano, sosteniéndola.
- No necesitas una regla, solo señala con tu pulgar y meñique el tamaño aproximado.- Dijo tocando los respectivos dedos. Me mordí el labio y cerré mi mano alrededor de mi hijo.
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Misión: Dejar de amarlo. Contratiempos: Él. (II libro)
RomanceAdele pasó la mitad de su vida amando a un hombre sin ser correspondida, esperando pacientemente hasta que él aceptara la tensión que prácticamente se podía respirar entre ellos, pero incluso después de casi dar la vida por él nunca recibió nada más...