Capítulo 35: Sin amor.

1.7K 91 4
                                    

--- 1 año y medio después ---

El clima en Rusia era verdaderamente frío, tanto que podía sentir cómo se filtraba hasta llegar a mis huesos y dormir mi sentido del tacto, pero eso le gustaba mucho a Conrad. Por eso no podía esperar a volver a traerlo.

Bostecé verificando mi reloj, dándome cuenta de que eran pasadas las tres de la madrugada, pero todavía había algunas luces en la ciudad de Moscú que iluminaban el paisaje visto desde arriba.

"Una hermosa vista, ¿No es así?" Jasha me guiñó el ojo sin prestar atención al paisaje, solo a mí y hablándome por los audífonos de comunicación del helicóptero y yo terminé rodando mis iris.

"Tengo sueño. No te hagas el romántico porque me dan más ganas de matarte". Respondí con diversión, provocando la expansión de su sonrisa, mostrando el destello de uno de sus colmillos que era inusualmente afilado, pero muy atractivo. Daba la sensación de estar saliendo con un vampiro de metro noventa y tres con mucho músculo... Mis mejillas se calentaron con imágenes aleatorias en ese aspecto.

El helicóptero comenzó a descender sobre el helipuerto de su residencia y ambos mantuvimos el silencio mientras activaba los sensores del primer equipo de seguridad para que tomaran sus posiciones a su llegada y yo misma me aseguré de estar preparada para cuando las hélices se detuvieron y la puerta fue abierta desde afuera. Salí primero, pero grité sorprendida al ser interceptada y levantada en un par de brazos gruesos.

- Pero, ¿Qué estás haciendo? - Reclamé sosteniéndome de él para no caer conforme avanzaba por el pasto mientras éramos seguidos por el resto del equipo. Artem, el segundo al mando de su seguridad, desde atrás me hizo una señal sexual. Le levanté el dedo medio y este se burló abiertamente, pero nuestro intercambio se vio obstaculizado por la entrada a la residencia.

Jasha subió las escaleras de dos en dos con sus largas piernas y cada vez me fui avergonzando más, notando que estaba algo impaciente. El abrió la puerta y me colocó no en la cama, si no en el escritorio de su habitación y se puso entre mis piernas antes de bajar y besar mis labios con urgencia. Cerré mis ojos y me dejé llevar cuando pasó sus manos por el cinturón de mi abrigo, pero así como me presionó, también me llevó hacía la impaciencia, por lo que yo terminé buscando el cierre de su pantalón sintiendo la necesidad de dejarme llevar por la tremenda lujuria que representaba este hombre y cuando lo recibí no pude evitar soltar un gemido entre el dolor y el placer, casi llegando al orgasmo con él empujando hasta el fondo.

Oh, era demasiado bueno...

***

A las cinco de la mañana se supone que él tenía otra reunión fuera de la ciudad y deberíamos de volver al helicóptero, pero Jasha apenas terminó de agitar mi cuerpo unos momentos antes y ahora me estaba tallando la espalda con calma mientras depositaba suaves besos en mi cuello.

- Vas a llegar tarde.- Dije, todavía cansada. Ninguno de los dos había dormido en más de veinticuatro horas.

- He cancelado el horario de hoy.- Dijo con mayor suavidad.- Eso le da el día libre a mi jefa de seguridad.

Sonreí de lado.

- ¿Eso significa que puedo irme a hacer lo que quiera en mi día libre? - Cuestioné, provocándolo un poco, pero confirmando su posesividad cuando puso una mano en mi cintura.

- Tu jefe te dio el día libre, pero tu novio no.- Susurró contra mi oído.

- Ya me lo imaginaba.- Dije con "resignación" pero demasiado cansada como para querer hacer nada más que dormir. Aún así, mi cabeza no podía despejarse por completo del trabajo.- ¿Sabes? Estaba pensando con Artem una mejor estrategia para la reunión con los Ivanov. Planeaba cambiar la distribución de fuerzas en la parte superior y además agregar a un franco... podría ser arriesgado, pero no quiero dejar ningún tipo de entrada para ellos.

Jasha lo pensó con seriedad por un momento antes de responder.

- Entonces mándame los reportes de los nuevos cambios y si hay algo que modificar te lo haré saber, pero sobre todo...- Me abrazó.- Mantente entre Maxim y Daniel, en caso de cualquier ataque, ellos van a protegerte.

Me sentí algo conmovida por la preocupación en su voz. Al principio, cuando se presentó como CEO había dudado también si era parte de la mafia rusa, pero terminé descubriendo después que si bien tenía algunos casos en relación con la bratva solo era para mantener el estado de equilibrio entre su gente y los de ellos a fin de evitar algún tipo de guerra en el territorio en el que terminaban coexistiendo. Había varias reglas y el peligro era siempre una realidad, pero me sentía aliviada por haber aceptado a pesar de mis dudas iniciales.

Había estado perdida, luchando sola contra la depresión, así que cuando recibí su oferta y di con la conclusión de que seguir trabajando con Edward solo empeoraba todo, olvidé mis reticencias y me vine a Rusia después de hacer un acuerdo de custodia de nuestro hijo en el que pasaría medio año conmigo y medio año con él. Después, cuando fuera tiempo de establecerse en una escuela volveríamos a modificar los tiempos.

Tomé mi ritmo para curar mis heridas y aunque sabía lo que Jasha sentía casi desde el principio, le terminé contando mi historia y le mencioné que no estaba preparada para una relación.

Mis primeros dos meses fueron extraños porque tuve muchos roces con su principal guardaespaldas, Artem, quién no dejó de decirme que me devolviera a mi país y algunos empleados al verme actuaban de manera muy rara. Esos eran mis principales recuerdos y después... En realidad tenía una laguna enorme del último año en mi memoria.

Había despertado un día en mi habitación y al no recordar nada un médico me explicó que había tenido un accidente durante mi desempeño en el trabajo y había terminado con algún tipo de trauma encefálico. Me dijeron que tuviera paciencia y poco a poco recuperaría mis recuerdos y si, al menos podía recordar pequeños fragmentos de los meses en que estuvo Conrad aquí, pero no había nada más.

Entonces, cuando me comencé a recuperar y comenzaron las pesadillas, Jasha estuvo conmigo... así terminé aceptándolo, condicionando nuestra relación actual solo hacía poco tiempo.

Tanto en el trabajo como en lo personal nos habíamos logrado entender con rapidez. Tal vez no estaba enamorada, pero le había tomado mucho cariño y el sexo en verdad no era un desperdicio, era muy bueno.

Así que estaba pensando que si me lo terminaba proponiendo, aceptaría. Teniendo veintinueve años me sentía lo suficientemente lista y habiendo eliminado todas las ideas absurdas acerca del amor que podría mantener un matrimonio estable. Tal vez con el tiempo llegaría el amor, pero en realidad no tenía prisa. Estaba cómoda de esta manera.

Así que me di la vuelta y lo rodeé con mis piernas para frotarme contra él, colocando mis brazos alrededor de su cuello y lo besé.

- Que considerado de su parte, señor Volkov.- Dije contra sus labios y él entornó sus ojos cuando seguí provocándolo con mis caderas, pero me detuvo por un momento. Lo miré con curiosidad.

- Habrá un baile de máscaras en honor al duque Akselsen, quién es un viejo amigo.- Dijo mirándome.- Estará presente el rey y la reina de Dimark, así como varios nobles importantes. ¿Quisieras acompañarme como mi pareja?

Asentí. Sería bueno ver a Angelique de nuevo para contarle en persona mis últimas aventuras, ya que no había puesto un pie fuera de Rusia sin estar acompañada por Jasha, lo que me dio una idea.

- Entonces, ¿Me darás mi pasaporte? - Pregunté con curiosidad y él pareció pensarlo antes de asentir.

- Te lo entregará Artem.- Dijo y no pude evitar sentir algo de emoción. Desde mi llegada se me confiscó, según esto, como una de las reglas principales de su cuerpo de seguridad, donde se suponía nadie podía salir del país sin autorización de Jasha y yo no fui la excepción. Aunque al principio me pareció extraño, lo hice.

Me distraje tanto en la idea de ver mi pasaporte de nuevo que no registré sus movimientos hasta que fue demasiado tarde, cuando Jasha tomó mi cadera y me dejó caer sobre su extensión. Pegó mi frente con la suya ante mi expresión de asombro y placer, sintiéndose satisfecho de castigarme por provocarlo deliberadamente, pero era exactamente lo que buscaba.

Había pensado que solo podía ser de Edward, pero en realidad era demasiado fácil entregarse al placer en brazos de alguien más.

Sobre todo cuando ya no se tiene un corazón que perder.

Misión: Dejar de amarlo. Contratiempos: Él. (II libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora