Misión: Dejar de amarlo. Contratiempos: Él. (II libro)

Capítulo 27: Signora Leone.

El clima del día de hoy era mucho mejor que el de los días anteriores, por lo que a pesar del sol había un viento suave que aliviaba la sensación de la temperatura en aumento por la esfera de calor que pasaba directamente a iluminar el día sin ningún tipo de obstáculo.

Conrad estaba tranquilo, jugando con mis manos sobre mi regazo, sin prestar mucha atención a su alrededor. Ensimismado en su propio mundo de sensaciones, ya que se cansara, buscaría algo más para entretener su curiosidad.

Podía ver el campo de práctica de polo a la distancia, observando el césped de un tono verde bastante vivo extenderse por toda el área donde se jugaría y los mismos jugadores parecían estar en los vestidores.

Esta situación había sido organizada por la alta sociedad de Roma que parecía ser un tipo de evento competitivo para recaudar fondos y crear más oportunidades de conocer conexiones. Ninguna familia de considerable poder faltaba, ya que podía pensarse que no tenía el suficiente estatus para encontrarse en este lugar. Todo estaba tan impecablemente organizado que las esposas de la sociedad fueron separadas casi desde el principio y los caballeros se alojaron en otra sala para sus propias reuniones sociales antes de dar inicio al juego.

Por ello, estaba a un costado de Carmina y Alessandra se hallaba del otro lado. La podía ver observar en diferentes direcciones a su alrededor con discreción sosteniendo a su pequeña en brazos. Podría parecer que buscaba a alguien, ¿Por ello parecía tan tensa? Lo consideré jugando un poco con el suelo usando mis zapatos planos, pero mi mayor atención estaba en la idea de ver a Edward con ropa de equitación.

- Fue una lástima no haber podido hacer esto los últimos años por los diversos problemas.- Carmina dijo con una sonrisa, jugando con sus uñas en el cristal del vaso en su mano.- Es un verdadero regalo a la vista y más aún que los Leone decidieron participar.

- ¿Los tres hermanos? - Preguntó Alessandra con curiosidad y Carmina asintió.

- Parece que será un juego interesante.- Dije siguiendo el hilo de la conversación.- Siempre tuve curiosidad por los Leone.

- ¿Y quién no? Son la crema y nata de la sociedad.- Carmina dijo con un tono suave, pero había un resquicio de resentimiento en su voz que me llamó la atención, pero elegí el silencio mientras estiraba la mano para tomar el té frío que estaba en el bajo mueble a mi lado para mayor comodidad. Aún así, no me salvé que el cambio de tema se dirigiera hacía mí.- Así que, ¿Estás embarazada de nuevo?

- Si.- Asentí sin saber muy bien qué más agregar.

- Que agradable noticia. Felicidades Livia.- Dirigí mi cabeza en dirección a la voz que me pareció tan conocida y terminé de sorprenderme con la vista en Bianca De Luca con una falda de color verde larga y una blusa con mangas de farol, usando un escote reservado con un bonito collar de perlas en su cuello. Ella nos sonrió y apuntó a una silla vacía.- ¿Está ocupada?

- ¿Oh? Pensé que ya no volvería a ver a la viuda De Luca por aquí.- Dijo Carmina con cierta burla, pero apuntó a la silla para que Bianca se sentara. Ella no reaccionó a sus palabras y tomó asiento, siendo de inmediato atendida por un mesero y ella le pidió también un té frío.

- Que alegría verte de nuevo.- Dijo Alessandra hacía ella. Lo afirmé todavía sorprendida, ya que ella se veía igual y al mismo tiempo parecía diferente.

- ¿Viniste a cazar un nuevo marido, Bianca? Ya que pasó tu tiempo de duelo es comprensible que desees mantener tu estatus.- Carmina sugirió.

- En realidad vine a ver a mi marido.- Ella respondió. ¿Su marido? Ladeé mi cabeza, considerando la idea de que se había vuelto a casar en este tiempo, pero no podía dejar de sentirme sorprendida desde su llegada.