Capítulo 8

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  Jimin estaba tan absorto en el libro que no se dio cuenta de que se encontraba solo en la sala  con la luz de una lámpara que había justo detrás de los sofás encendida. El olor a carne siendo cocinada fue lo que lo trajo al mundo real de nuevo. Puso el marca páginas por donde iba, cerró el libro y corrió a la cocina. Jungkook estaba tarareando una melodía que no había escuchado nunca. Se preguntaba si era de algún artista que a él le gustaba, porque era muy bonita. Pero se distrajo al ver cómo cocinaba mientras hacía aquella hermosa melodía. Se apoyó en el marco de la puerta, como solía hacer él y disfrutó de las vistas. Eso fue hasta que el pelinegro se sintió observado y se giró. Le dedicó una sonrisa hermosa a los ojos de Jimin, tanto fue así que suspiró como una colegiala enamorada. Jungkook notó eso y no pudo evitar reír.


–¿De qué te ríes?

–Un poco de ti. La escena ha parecido digno de un drama... Te sonrío y suspiras como una chica enamorada.

–¿Si estoy enamorado que quieres que haga? Me sonríes de esa manera y me desactivo. Eres demasiado atractivo para mis ojos... En cualquier momento me voy a quedar ciego por la manera en que brillas cuando estás feliz. ¿Pretendes que no me pase nada? No, cariño... Yo soy una persona normal. No podré decirte mis sentimientos como lo haces tu, pero esa es mi manera de expresarlo.

–No te puedes imaginar lo adorable que te ves, vestido con mi ropa, frunciendo el ceño pretendiendo estar enfadado y diciendo tales cosas... Tu también quieres matarme de una manera deliciosa, jovencito. Mi corazón sufrirá un infarto en algún momento por exceso de ternura...

–¿Qué hay para cenar? –Jungkook rió–

–¿Aún no te acostumbras a eso?

–No puedo... No sé...

–Tu eres capaz de decir esas cosas, aguantas todo lo que te hago en la cama... ¿Pero no puedes soportar que te diga cosas bonitas?

–Es tonto, lo sé...

–No, no es tonto. Es algo que me encanta de ti. Y la verdad me gustaría que no cambiaras eso nunca... Siempre logras sacarme una sonrisa cuando lo haces.

–Fingiré que me sigue molestando aunque ya no lo haga. Si con eso puedo hacer que me enseñes esa hermosa sonrisa que me vuelve loco.

–Aún no me creo que yo sea el primero. Hablas como si tuvieras un repertorio de parejas inmenso. Tanto así que me dan ganas de preguntarte si eso es lo que le dices a todos...

–He leído mucho. Sé lo básico para conquistar a mi pareja.

–Tu pareja está conquistada desde hace meses.

–Tu me dices que me amas a cada rato para que nunca lo olvide. Yo te conquisto por lo mismo.

–Me parece un buen plan. Y de comer he hecho unos filetes de carne con mi salsa secreta y puré de patatas.

–Si sabe como huele, seguro que está delicioso.

–¿Vamos a ducharnos juntos o estás muy cansado?

–¿Después de todo lo que nos hemos dicho, crees que me voy a meter en la cama y dormir? Claro que no... Pero quiero ver una película.

–¿Quieres beber algo como el otro día?

–Jungkook... Quiero ver la película.

–Sin alcohol entonces. Pues vamos a cenar para que no se nos haga muy tarde.


Jimin insistió en fregar. El pelinegro quería ayudarlo pero el menor lo mandó a encender la chimenea. Jimin estaba acalorado por todo lo que habían hablado. La conversación no acabó ahí. Jungkook se la pasó diciendo cuanto le amaba y lo hermoso que era. Él no estaba acostumbrado a eso y no podía evitar ruborizarse, por eso quiso fregar los platos solo. Cuando terminó se lavó la cara para ver si se le quitaba. Al ver que no pasó, rezó para que Jungkook no se diera cuenta de eso. Algo en lo que falló, pues le faltó tiempo para besar y morder aquellos cachetes sonrojados que tanto le gustaban. Ambos prepararon el sofá y las mantas para estar más cómodos. Jimin quería distraerse un poco para ver si se relajaba, pero el mayor no lo dejaba. Sentía que su corazón iba a salir de su pecho en cualquier momento con cada palabra que decía.

Estaba escrito... ººKOOKMINººDonde viven las historias. Descúbrelo ahora