Capítulo 28

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  Los gritos eran insoportables. Jungmin no paraba de llorar por que no entendía porqué su papi se encontraba en ese estado. Hacía unas horas que estaban en el hospital porque Jimin empezó a gritar de dolor justo después de comer. Fueron corriendo al hospital y desde entonces están todos allí. Toda la familia llenaba casi al completo la sala de espera. Nadie era capaz de calmar al pequeño. Jungkook se encontraba igual que él, por lo que no podía calmarlo. Cuando Nana llegó, fue cuando dejó de llorar. Ella sabía como calmarlo y con solo unas palabras consiguió lo que nadie pudo.


–¿Familiares de Park? –El médico se sobresaltó al ver a tanta gente allí– ¿Quién es Jeon Jungkook?

–Soy yo.

–El bebé se ha adelantado, quiere que esté con él.

–Por supuesto.


Jungkook no sabía como iba a ser todo eso, ya que nunca había estado en un parto. Pero quería estar junto a su pequeño. Sabía que el parto en los hombres no era tan doloroso como el de las mujeres, ya que se concertaba una cita para hacer la cesárea. Eso es el porqué estaba tan preocupado. Los gritos de dolor eran muy fuertes, y no sabía si algo malo estaba pasando con la pequeña o con él.

Jimin estaba llorando porque no aguantaba el dolor. Cuando vio a su pareja, intentó sonreír, pero solo consiguió tener una mueca de dolor. Jungkook corrió hacia él y comenzó a decirle palabras de aliento mientras besaba su frente sudada. Intentaba limpiarle las lágrimas con la mano que tenía libre, pues la otra, Jimin la tenía agarrada con fuerza.


–Jung... Jungkook... Me... Me duele mucho...

–Ya lo sé, mi vida. Pero tienes que ser fuerte. El dolor pasará pronto. Y en cuanto pase eso, veremos a nuestra pequeña por primera vez.

–¿Porqué me duele tanto?

–No lo sé. Pero te prometo que pronto pasará.

–Señor Park, si ve que no puede aguantar el dolor, podemos sedarlo.

–¿Sería conveniente?

–Bueno, siempre puede haber algunas complicaciones con el sedante. Tanto para él como para la criatura.

–¡No! Podré aguantarlo. No quiero que nada malo le pase a mi bebé...

–De acuerdo. Pues vamos a comenzar con el procedimiento. Intente relajarse, tiene la tensión por las nubes.

–Yo me encargo de eso, doctor. Empiece, por favor.


Jimin no se estaba enterando de mucho, pues le habían puesto anestesia local, además de que tenía una sábana que le tapaba de cintura para abajo. Solo sabía que el dolor era insoportable y pensaba que nunca más tendría otro hijo. Se lo dijo innumerables veces a Jungkook mientras sufría. Jungkook solo le decía que tenía que relajarse, que no era ahora el momento de pensar en eso. Se pasó casi todo el parto besando y acariciando al menor, para intentar ayudarle a que el dolor desapareciera un poco. Los gritos eran muy intensos, pero solo hasta que se escuchó el llanto de un bebé. En ese momento ambos muchachos se miraron a los ojos y sonrieron.


–Enhorabuena. Es una niña preciosa.


Le dieron la niña a Jimin, que comenzó a llorar nada más verla. La pequeña dejó de llorar cuando notó el calor de su progenitor. Se quedó de lo más tranquila. Tuvieron que llevársela para limpiarla y terminar con Jimin. Él estaba agotado, por lo que no tardó en caer rendido. Fue en ese momento en el que Jungkook se fue. Cuando salió del quirófano, fue abrazado por toda su familia. Todo el mundo le preguntaba como había ido todo pero él estaba como en otro mundo. Había visto a su hija nacer en los brazos de la persona que más amaba. No era consciente de lo feliz que era hasta que vio como Jimin, envuelto en sudor, sonreía a la pequeña con todo ese amor.

Estaba escrito... ººKOOKMINººDonde viven las historias. Descúbrelo ahora