Capítulo 3

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  El trayecto a la nueva casa fue muy silencioso. Vio que pararon en un supermercado. Iba a bajar, pero le dijeron que esperase junto a Jungkook ya que solo serían un par de cosas las que comprarían. Aprovechó para hablar con el dueño de la biblioteca y le explicó con lujo de detalle todo lo que le había pasado. Él era el único que sabía de los sueños de Jimin, por esa razón no le importó que se fuera tan repentino. Él trabajaría hasta que consiguiese a alguien nuevo. El coche se puso en marcha de nuevo y todo seguía en silencio. Taehyung estaba solo delante, sonreía mientras conducía. A los ojos de Jimin, ese chico era una bella persona y esperaba ser su amigo pronto. A su lado se encontraba Jungkook. De reojo vio lo que estaba haciendo. Se sonrojó cuando fue pillado con las manos en la masa.


–¿Estás bien?

–Si...

–No lo parece... No estés triste por tu madre. No vas a dejar de verla.

–Lo sé. Solo necesito unos días para acostumbrarme... Siempre he estado con ella...

–Verás que te lo pasas bien. El trabajo es duro, pero te ayudaremos con cualquier cosa.

–Por favor... No me habléis como si fuera un niño pequeño. Habladme como cuando nos conocimos...

–No era nuestra intención molestarte. No me he dado cuenta del cambio.

–No pasa nada. Es solo que eso me hace sentir como un niño... Y no me gusta...

–Procuraré no hacerlo. Mira, ya hemos llegado. Te aviso de que Nana está en casa, ella es muy buena. Te gustará su compañía.


Bajaron del coche y Jimin se quedó asombrado con el apartamento. Supuso que tenía que ser lujoso, pero no pensaba que tanto. No sabía cuantos pisos tendría, se perdió en el décimo. Taehyung llevaba a la gata mientras que Jungkook llevaba la maleta. Aunque el apartamento estuviera cerca de la empresa, estaba alejado un poco del centro. Allí era conocido como vecino, no como famoso, es por eso que no tenía problema por estar sin el cubrebocas. Jimin imitó a sus mayores al saludar al hombre de la entrada. Sonrió tímido cuando le dieron sus datos y una foto suya para que no tuviese problemas a la hora de entrar y salir. Se sorprendió al ver que el ascensor era trasparente. Sin darse cuenta se agarró de la chaqueta del castaño, el cual sonrió al percatarse, mas no dijo nada y lo dejó estar. Cuando entraron en su nuevo hogar, no pudo cerrar la boca en ningún momento. Lo llevaron directo a su habitación para dejar sus cosas. No pudo evitar lanzarse a su nueva cama gigante. Jungkook fue a la cocina con Nana mientras el pequeño se instalaba.


–¿Te gusta tu nuevo cuarto? –Preguntó el castaño mientras sacaba a la gata para que investigara también su nuevo hogar–

–Nunca pensé que tendría una cama tan grande. Oreo y yo vamos a dormir muy cómodos... –Sonrió al ver como la gata se subía directamente a la cama para enroscarse en la almohada– A ella también le gusta...

–Sé que el cambio es duro, por eso te dijimos vinieras una semana antes del trabajo. No dudes en hablar conmigo o con Jungkook si no te sientes bien. Puedes confiar en mi para contarme cualquier cosa. Cualquier duda. Soy el mánager de Jungkook pero tu y yo podemos ser buenos amigos. Vamos a vivir un año juntos después de todo –Sonrió–

–Gracias Tae...

–Vamos a la cocina para que conozcas a Nana.


Jungkook estaba hablando con la señora un tanto bajo. Jimin nunca supo que fue lo que le dijo, aunque tampoco le tomó mucha importancia. Supuso que serían cosas de ellos. La señora era mayor que su madre, aunque tampoco era una anciana. Le pareció una señora muy agradable solo con verla. Jimin era una persona que podía notar eso, solo con ver a la persona podía saber si era buena o no. La señora sonrió al verlo y Jimin se derritió. Quiso abrazarla porque le recordó a su abuela, pero se contuvo por vergüenza.

Estaba escrito... ººKOOKMINººDonde viven las historias. Descúbrelo ahora