Jimin no podía dejar de suspirar. Las grandes manos de su pareja recorrían todo su cuerpo para quitarle cualquier rastro de espuma. Los labios del pelinegro no podían separarse del cuello de su pequeño. Siempre fue una adicción para él, ya que él era muy sensible, pero ahora más, que llevaba tanto tiempo sin tocarlo. Sabía que le quedaba poco para salir de cuentas, por lo que estuvo trabajando el doble para que cuando llegue el momento, poder estar con él, todo el tiempo que pueda.
Lo había echado de menos, por eso disfrutaría estos momentos a solas todo lo que pudiera. Los pequeños jadeos que salían de la boca del menor, lo estaban haciendo enloquecer como la primera vez que lo escuchó. Nunca ha podido acostumbrarse a escucharlo. Siempre le sorprendía la reacción de su propio cuerpo al escucharlos. Pronto se arrodilló para poder disfrutar de aquellas redondas nalgas que tanto le gustaban.
Los jadeos se convirtieron en pequeños gemidos, cuando su lengua comenzó a jugar con su orificio. Jimin casi no podía tenerse en pie. Pero Jungkook no estaba preocupado, ya que desde que su barriga creció, tenían un pequeño taburete por si estaba muy cansado, pudiera ducharse sentado. Jimin no pudo evitar agarrarse a él, lo que hizo que su entrada quedase mucho más expuesta.
Para cuando los dedos comenzaron su labor, los gritos de Jimin era casi lo único que se escuchaba en el baño. Para Jungkook era música para sus oídos. Sus largos dedos entraban y salían con mucha facilidad, ya que su trabajo con su lengua había sido excepcional. Aunque todo estaba yendo a un ritmo al que no estaban acostumbrados, para ambos era suficiente. Ambos se habían necesitado durante todo este tiempo.
–Jungkook... Te necesito...
–¿Crees que estás preparado?
–Creo que estoy preparado desde que empezaste a besarme el cuello...
–¿Dónde están mis maravillosos insultos?
–La niña ya nos escucha...
–Pero te va a escuchar gemir...
–Prefiero eso a que escuche como insulto a su padre...
–Bueno... Me conformaré con escuchar tus hermosos gemidos.
–Por favor... En serio que te necesito...
–Ya sabes como me gusta que se pidan las cosas...
–Jod... –Suspiró hastiado– Por favor, Hyung... Te necesito...
–Tus deseos son órdenes para mi, mi adorable príncipe.
Fue introduciendo su miembro poco a poco. Haciendo que ambos jadearan por puro placer. Cuando ya estuvo metido por completo, estuvo quieto unos segundos. No paró de besar al menor, mientras que sobaba su panza con ambas manos. Eso le hizo llorar al menor. Cuando pensó que no podía sentir más amor de su parte, lo conseguía con un simple gesto.
–¿Te estoy haciendo daño?
–Claro que no. Es que... Te amo demasiado...
–Lo sé... Y sabes que yo también a ti... Ahora, déjate llevar, mi pequeño Mochi...
El vaivén comenzó demasiado lento para ambos, pero eso no le impedía a Jimin gemir como tanto le gustaba a su pareja. El pelirrosa se sentía muy mal por todo lo que le estaba pasando, pero entre beso y beso, se fue relajando y comenzó a disfrutar. No sabía como lo hacía, pero cada vez que le llegaba hasta el fondo, siempre le daba en su punto dulce, y aunque sus estocadas no eran tan fuertes como de costumbre, no podía evitar gemir como siempre.
ESTÁS LEYENDO
Estaba escrito... ººKOOKMINºº
FanfictionUn chico con sus sueños aparentemente truncados por circunstancias de la vida, conoce a alguien que le cambia la vida por completo. Pasarán cosas que un pequeño rubio tendrá que lidiar, pero con ayuda de sus amigos y de su familia, seguro que podrá...