Un chico con sus sueños aparentemente truncados por circunstancias de la vida, conoce a alguien que le cambia la vida por completo. Pasarán cosas que un pequeño rubio tendrá que lidiar, pero con ayuda de sus amigos y de su familia, seguro que podrá...
Jimin no mentía cuando dijo lo de su testamento. Todos se reían de él, pero el abogado hizo lo que le pidió. El rubio sabía que no iba a morir de verdad, pero la verdad es que se quedaba más tranquilo. Tuvieron que hacer dos conciertos en Corea, ya que las entradas se agotaban al momento se sacarlas a la venta. Por lo que Seokjin decidió hacer eso para que más gente pudiera disfrutar del espectáculo que daban los chicos.
Los chicos habían decidido ir a la heladería, ya que hacía tiempo que no pasaban por allí. Lo que Jimin no sabía es que mientras en la casa de los Jeon, le estaban preparando una fiesta sorpresa. Toda la familia estaba reunida preparando sus comidas y postres favoritos, mientras que otros adornaban la casa. Llevaban días planificando la fiesta para que todo saliera a la perfección.
Jimin estaba un poco distraído porque su mamá se había olvidado de su cumpleaños. Incluso su hermana le había felicitado. Había salido con los chicos casi obligado, porque ni ellos le dijeron nada. Aunque a ellos no se lo tenía en cuenta porque entendía que con el trabajo se le podría haber pasado. Cuando le dijeron que cenarían en casa de los señores Jeon se negó. Quería ir a casa y encerrarse en su cuarto. Pero ante la insistencia de los chicos no pudo evitar negarse.
Al entrar a casa fueron recibidos por toda la familia gritando "sorpresa". Jimin se llevó ambas manos a la boca pues no se esperaba nada de eso. Se le saltaron las lágrimas al ver a tanta gente allí solo para él. Fue abrazado por todos y cada uno de ellos. Decidieron cenar primero antes de abrir los regalos. La cena fue muy amena. Estuvieron bromeando con el tema del testamento y se quedaron asombrados al saber lo de su nominación a los premios.
Primero abrió el regalo de Nana. Ella no podía comprarle algo muy caro, pero eso a Jimin no le importaba. Le bastaba solo con haber cenado en familia. Nana le explicó que como pensó que a él no le hacía falta de nada, le compró algo para su pequeña. Era una cama para gatos realmente bonita. Le dio un gran abrazo y la señora se lo comía a besos.
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El siguiente regalo lo habían comprado su hermano y Hoseok. Supuso que era algo caro, porque lo pagaron entre los dos. Eso le dio mucha cosa, porque no quería que su hermano gastara dinero en cosas como estas. Pero al ver la emoción de Taemin y la sonrisa de su profesor de baile, hizo que se le quitara todo el malestar. No solo era un bolso de deporte, era el bolso que pensaba comprarse en unos días. Hoseok lo pilló en la empresa buscando en internet mientras hacía su calentamiento. Les sonrió y les agradeció. No sabía si habían hablado ya o no, pero se les notaba algo más juntos que de costumbre.
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