Capítulo 25

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  El tiempo fue pasando. Jimin cada vez tenía menos nauseas, y lo llevaba bastante mejor. Se la pasaba la mayor parte del día en el sofá jugando con Jungmin. Había cogido una costumbre muy bonita desde que la panza le creció un poco. Cada vez que Jimin le dejaba, le pintaba la barriga. El niño quería que su papá le echara una foto y quería regalarle un álbum de fotos con todo su arte plasmado en su papi.

No le dejaba hacerlo todos los días, porque quitarse la pintura era un poco tedioso, sin embargo el pequeño no se quejaba demasiado cuando no le permitían hacerlo. Su papá le había dicho que no podía enfadar a Jimin porque podía ser malo para el bebé y desde ese mismo momento, el niño no hizo ni un solo berrinche. Hacía todo lo que su papi le decía, sin rechistar.

Hoy estaban en el hospital. Ya se podía saber el sexo del bebé, por lo que estaban muy emocionados. No habían conseguido que Jungmin se quedara en casa, por lo que se lo llevaron también. Pensaron que sería bueno para él que lo viera por el monitor. No tardaron mucho en entrar a la consulta y el doctor los recibió con una sonrisa. Se portó muy bien con el niño, quien estaba un poco cohibido porque no conocía a ese señor.

El niño estaba muy curioso por todo lo que estaba haciendo ese hombre con su papi. Le iba preguntando el porqué hacía cada cosa. El hombre le respondía de manera que alguien tan pequeño lo entendiese. Cuando le dijo que al pasar ese pequeño aparato por la panza del pelirrosa, podría ver al bebé por esa tele, se quedó callado y expectante.


–¡Papá! ¡Está ahí! ¡Mira, mira!

–Cielo, estamos en un hospital, no podemos gritar. Vas a asustar al bebé...

–Perdón, hermanita. Es que es la primera vez que te veo. Ya no te gritaré más.

–¿Está todo bien?

–Si. El embarazo va perfecto. ¿Quieren saber qué es?

–¡Es una niña! ¡Yo lo sé!

–Bebé...

–Perdón.

–Si queremos saberlo.

–Pues parece que el niño tiene razón. Es una niña y está en el peso perfecto. Parece que has seguido bien mis indicaciones. Tiene un buen tamaño.

–Yo lo sabía... Soy un genio... ¿Verdad, papi?

–Claro que si.

–Pues ya está todo listo. Me imagino que también querréis una copia de esta. ¿Me equivoco?

–No, no se equivoca.

–Ya puedes limpiarte. Y podéis iros. En el mostrador os darán la cita para el próximo mes. Hoy tengo mucho lío. ¿Os importa si me voy?

–Claro que no. Casi eres parte de la familia ya –Jungkook sonrió–

–Bien. Nos vemos el mes que viene. Espero verte a ti también, pequeño. Te traeré un dulce la próxima vez.

–Vale –El niño sonrió– ¿Ahora qué?

–Ahora hay que ayudar a papi a limpiarse. ¿Me ayudas?

–Si.


Por lo general, Jungmin era un niño muy obediente. Pero un día escuchó a sus padres hablar y dijeron que era muy bueno que él fuese más grande, así podría cuidar de su hermana. Eso fue lo que lo llevó a no querer separarse del pelirrosa. Es por eso que se lo había tenido que llevar al trabajo hoy. Félix los había llevado para poder controlar un poco al menor. Jimin habló con su jefe para informarle de la situación y no le puso ningún inconveniente.

Estaba escrito... ººKOOKMINººDonde viven las historias. Descúbrelo ahora