Epílogo

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  Hoseok fue el primer amigo de Taemin cuando se mudaron a su nueva casa. Lo conoció en el instituto. Se llevaron bien casi desde el principio. Unos meses después se convirtieron en mejores amigos. Estuvieron siempre juntos todos los años que pasaron en el instituto. Nada cambió cuando fueron a diferentes universidades. Seguían viéndose a diario. Taemin se quedaba muchas noches en casa del pelinegro. Hoseok lo ayudaba a estudiar preguntándole lo que entraba en los exámenes y Hoseok le enseñaba las coreografías que tenía que crear para ser examinadas.

El pelinegro sabía de la mala relación con su hermano y siempre intentó que se diera cuenta de que las cosas no eran como el rubio creía. Con el paso del tiempo Taemin vio que Jimin nunca quiso hacerle ningún mal. El mal se lo había hecho el al menor y se sentía muy mal por ello. Muchas noches que dormía en casa del pelinegro lloraba hasta quedarse dormido al no saber que hacer para arreglar las cosas. Hoseok siempre estuvo ahí para consolarlo.

Eso hizo que ambos se sintieran extraños en compañía del otro. Eso hizo que se distanciaran un poco pues ambos se sentían raros. Hoseok se centró en el baile. Ahora que era profesor de baile y tenía una academia, estaba muy ocupado. A medida que pasaban los días sin ver al rubio se desesperaba más y más. Le preguntaba a Jimin por él para saber como estaba, pero al no tener buena relación no podía decirle.

El rubio se sentía de lo peor. Odiaba estar en su casa y ver a su hermano que siempre emanaba felicidad por cada poro de su piel, mientras él sufría. Sufría por no saber que hacer para pedirle perdón, más que nada porque tenía claro que su hermano no lo iba a perdonar nunca. Y también porque llevaba días sin ver a Hoseok. Quería preguntarle a su hermano por él, ya que sabía que ellos se llevaban muy bien, pero supuso que su hermano no le querría dirigir la palabra.

Pasó un tiempo y volvieron a encontrarse en una fiesta. Ambos estaban felices de volver a verse, pero seguían sintiendo eso extraño. Taemin ya estaba claro con lo que le pasaba. Se había enamorado de su mejor amigo. Le daba miedo que el pelinegro lo supiera porque podría perder todo contacto con él. Lo que no sabía era que Hoseok sentía lo mismo por él.

Cuando se arregló con su hermano y hablaron del tema, se quitó un peso de encima. Había recuperado a su hermano y podían hablar como si nada hubiera pasado. Lo que nunca imaginó era que su hermano supiera de sus sentimientos por el pelinegro. Le aconsejó hablar con él cuando estuviera seguro. Y él lo estaba hacía un tiempo, pero seguí asustado de que Hoseok quisiera alejarse de él.

Un día como otro cualquiera, Hoseok le había invitado a su casa a cenar. Aprovecharían para ver uno de los conciertos del menor mientras comían comida chatarra, como hacían cuando eran más pequeños. Con el único cambio de que ahora estaban bebiendo alcohol. Y ambos agradecieron eso porque estar solos cada día les costaba más.


–Tengo que hablar contigo –Dijo el rubio mientras recogían las cosas para llevarlas a la cocina–

–¿Pasa algo? Pareces preocupado...

–Estoy preocupado porque no sé como te vas a tomar lo que te voy a contar...

–Dios... No me asustes...

–Solo te voy a pedir que no hables hasta que termine.

–Está bien... Pero vamos al sofá para que estemos más cómodos... –Se fueron de nuevo a la sala en silencio. Taemin se rascaba las rodillas compulsivamente– Relájate... Te voy a apoyar en todo lo que te esté pasando... Como siempre...

–No digas eso si no sabes aún lo que quiero decirte...

–Pues venga... Dime que te tiene así... Te prometo que no hablaré hasta el final.

Estaba escrito... ººKOOKMINººDonde viven las historias. Descúbrelo ahora