Elizabet.
Ha pasado una semana desde que Faith y yo hemos descubierto quienes somos, y a quien pertenecemos. El mundo que nosotras conocíamos no era lo que siempre creíamos en un principio, hay más, mucho más.
Para poder continuar con nuestra preparación, se había establecido algunas reglas para que, preferiblemente en breve, ocurría, que nuestras parejas nos marcasen, y así, todo nuestra potencial de diosa y guerrera, saliera a la luz. Bueno las reglas se había establecido entre Alisha y el Alfa, en una autentica confrontación de poderes, siempre a espaldas de la manada, claro está, el liderazgo del Alfa nunca se ponía en duda.
Al parecer Arcel, a cambio de ceder a no verme, ni que el beta viera a Faith, pero sólo durante una semana completa, para que la hechicera pudiera prepararnos, para que pudiéramos recibir nuestros poderes, tras ser marcadas y reclamadas. Debíamos estar listas en ese tiempo, ni un día más. Es por eso por lo que nos hemos tenido que mudar a una de las propiedades de la manada alejada de la mansión, la propiedad está en la ciudad, mientras nuestras parejas, para evitar la tentación, salieron de viaje de negocios, acompañados por algunos guerreros, trabajadores también de W.W. L. Ecologists.
En esta semana hemos tenido muchas maestras, y digo bien maestras, al parecer ni el Alfa ni el Ɓeta aceptan que ningún macho de la manda e incluso hombre, se acerque a nosotras. El por qué nos ayudó a entenderlo nuestra maravillosa Mitzi, la tercera hermana de la hechiceras de las Mesdames de Lefebvre, y era la que nos cuidaba en la mansión de lujo de Toronto. Además de llevarnos al trabajo, nos hacía de comer, como nadie, su poder era la creación de vínculos de amor, confianza y amistad, era muy usada por muchas lobas de la manda que no han encontrado a su mate, y desean fortalecer su vínculo con el hombre lobo del cual se han enamorado, o se sientan atraída.
Mitzi nos había explicado, que la unión entre Alfa y Luna o entre Beta y su mate, solían ser las más sólidas que había, porque la manada dependía de ello, yo me iba a convertir en la segunda al mando de la manada, por encima del Beta, ya que era la madre de toda la manada. Además de que los machos en las manadas eran muy celosos de sus hembras predestinadas, y esto provocaba que hubiera muchos enfrenamientos en las manadas.
El único macho que nos podía visitar era el padre del Beta, Dagmar, él era el encargado de explicarnos la historia de la manada Roter Mord, y las diferentes manadas que habían quedado tras la desaparición de la mayoría de las manadas en Europa.
En ocasiones, Faith y yo, recibíamos clases por separados, ella de hechicería, que consistía en ejercer un control sobre los poderes que desata la naturaleza, al aparecer si mi querida amiga no se controlaba, podría desatarse un desastre naturales del tipo de Tormenta de los X- Men, siempre había dicho que la pelirroja era peligrosa, esto lo confirmaba.
Yo por mi parte tenía clases de meditación y conexión con mi loba interior, fue así como descubrí que el primer día que me transforme, ósea, después de que sea reclamada por Arcel, tanto el Alfa como yo, debimos poner nombre a nuestros lobos interiores, al parecer ese era una de las tradiciones de la manada Roter Mord, el Alfa no podía ponerle nombre a su lobo hasta no encontrar a su luna elegida por la diosa, era una forma de asegurase que la manada se volviera aún más fuerte, que sobreviviera, con una descendencia del Alfa y la Luna igual de fuerte, el Alfa del futuro de la manada.
Pero esto no era lo único que hacíamos, también habíamos sido trasladas a la sede central de W.W.L. Ecologists. Donde durante seis meses íbamos a pasar por cada uno de los departamentos, para conocer cuál era su trabajo, era una de las reglas de la manada, todo nuevo miembro cuando tuviera la edad adulta debía conocer el negocio que era el mantenedor económico de la manda, y así mismo ayudaba a recupera zonas naturales y a concienciar a los humanos en la protección del medio ambiente. En general todos nos aceptaron bien, pero había cierto miedo a acercarse a nosotras, porque todos sabían quienes éramos, y aun no llevamos el olor de nuestros mates, asociados, que en definitiva significaba que aún éramos libres de elegir a otro macho, y rechazar lo que la Diosa Luna había elegido para nosotras, aunque eso probablemente sería nuestra muerte pocos aguantaban el dolor que provocaba el rechazo. Como he dicho, a la diosa, le encantan las bromas pesadas.
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Una luna para el CEO.
WerewolfEn una sociedad que muchos clanes de lobos han desaparecido, manadas muy antiguas completas, motivado por la vida moderna, la falta de obtención de recursos y la desaparición de bosques centenarios en especial en la vieja Europa, para mantener a su...