Capítulo XXX. El error de la diosa y la Guerrera.

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Narrador.

Durante ese tiempo, la antigua diosa de los océanos, la actual diosa oscura, se dedicó a fortalecerse para enfrentarse a quien había mandado su madre y su padre, para detenerlas, casi había acabado con las diosas quintillizas del amazonas, sólo le quedaba dos de ellas, La diosa Añanga de Brasil y la diosa Borara de Ecuador. Las grandes protectoras del reducto natural más grande de la Tierra, el Amazona.

Nereida pensaba que con ellas muertas, y absorbidos sus poderes, ni su padre, ni su madre podrían hacer nada, esas niñitas que enviaron para detenerla estaban más que sentenciadas.

Lo que no sabía la diosa oscura, que no solo las dos quintillizas que quedaban estaban prevenidas de lo que había sucedido a sus hermanas, así como de la intenciones de su hermana mayor, la diosa oscura, sino que mucho antes que esta absorbiera el poder de las tres anteriores, para proteger su reino, antes de morir, cada una de ellas había repartido su mayor poder entre el resto de sus hermanas, incluida la diosa y la guerrera oscura. Pero en especial en las dos quintillizas que quedaban, desde ese momento, tanto la diosa Añanga, como la diosa Borara, poseía mucho más poder que lo que Nereida suponía, no le iba a ser tan fácil derrotarlas, y si lo hacía antes de que se le robaran todos los poderes, estas podían enviar su mayor poder a las elegidas por la diosa Luna, que ya habían aparecido.

Al mismo tiempo, a muchos kilómetros de ahí, en Ontario, Canadá, la hechicera más fuerte de las Mesdames de Lefebvre, comenzaba a preparar a sus hermanas, y a ella misma, para que apoyaran a la Diosa Flaithius y a la Guerrera Blanca para la misión a la que habían sido enviadas.

Desde varios puntos mágicos del mundo, la noticias de la llegada de la Diosa Flaithius y al guerrera Blanca se difundió rápidamente, y muchos entes mágico se ofrecieron a ayudar a la hechiceras de Mesdames de Lefebvre en su tarea.

Por otro lado Arcel, recibió emisarios de otras manadas cuyos Alfa se ofrecían para ayudar a la manada Roter Mord, sumando fuerzas.

Pronto, comenzaron a llegar invitados de todas partes del mundo, los hoteles de las cadenas de W.W.L. Ecologists comenzaron a estar llenos, sólo los Alfas y los betas de la manadas, se quedaban en la mansión de la manada Roter Mord, cosa que generó más de una desavenencia, tanto Alfa junto, no era bueno.

Para proteger a la Guerrera Y a la Diosa, hasta ser presentadas debidamente a los invitados en la noche que se había establecido para reunión de los clanes, y de los seres mágicos. Que ocurriría en la gran esplanada de entrenamiento de la manada, ambas fueron enviadas a la casa de la ciudad en Toronto, junto a Mitzi, donde varios guerreros de Roter Mord las custodiaban y las protegían, por órdenes del Alfa y el Beta, pese a que ellas misma había protestado por ello.

Sólo por la noches y gracias a los poderes de la Guerrera blanca, se teletransportaban a la habitaciones de sus parejas, para pasar la noche juntos, igualmente, pese a las quejas de ellos, que eran rápidamente acalladas, cuando Elizabeth y Faith, se desnudaban, metiéndose en su cama, para abrazarlos y besarlos, sus mates no les hacían caso.

Entre los invitados había representantes de todos los estamentos de la magia, y de los clanes de licántropos, desde las manadas más recientemente creadas hace pocos siglos, hasta, como la de Roter Mord, más antiguas, de millones y millones de años, algunas más antiguas que el cristianismo.

Se podían ver duendes, hadas, ninfas, elfos, y también habían hechiceras de otros aquelarres, cosa que para muchas hechiceras blancas más sensibles de Mesdames de Lefebvre, como la pobre Mitzi, le provocaba incomodidad, debido a la acumulación de energía de la naturaleza en un zona única del globo terráqueo, así que pronto la cariñosa hechicera, comenzó a dar muestras de dolores de cabeza y sobre carga de su magia. Sólo la sanación de la diosa hacía que la hechicera mejorara, pero cada día, Faith debía curar a la dulce de Mitzi.

Una luna para el CEO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora