Faith.
-" ¡Maldita sea, Faith! deja de sentirte excitada cuando estas al lado de este patán, ¿Qué coño te pasa?, ¡contrólate joder!"- no dejaba de repetirme esto mientras circulábamos con el coche, sin saber a dónde este maldito, y sus hombres, me llevaban.
Lo único que sabía era que, pese a mi actitud exterior, que mostraba que estaba totalmente desconforme, por decirlo suavemente, con ser llevada en contra de mi voluntad, donde fuera que me llevaran, en mi interior, estaba más que encantada, mi cuerpo, mi corazón, y una parte no racional de mi mente, habían decidido que la que molestaba era mi parte racional, que donde estábamos era donde debíamos estar, junto a ese hombre, y a ser posible, bajo él mientras el maldito arrancaba miles de gemidos de placer de mi cuerpo, para finalmente adueñarse de mí.
Decididamente, mi cuerpo, mi corazón, y esa parte de mi cerebro que ahora me estaba incordiando, eran todos, y de manera definitiva, unos traidores. Si pudiera al menos dejar de sentir este calor, y estas sensaciones que desbocaban mi corazón, y sobre todo si ese estúpido dejara de oler tan bien, quizás podría controlarme.
No había decidido no mirarlo para evitar tentaciones, aunque sentía como penetrantes ojos, me recorrían entera, justo como ocurre ahora.
Era como, si su mirada, se convirtiera en sus manos, y en su recorrido, la piel se me calentaba y me cosquilleaba, todo porque sentía que sus ojos se posaban en ella. Me estaba haciendo arder de deseo y de otras sensaciones que apenas conocía, ni sabía que significaban. Los nervios me atenazaban la boca del estómago, y la respiración se me aceleraba, no me gustaba sentirme así, sin saber que me pasaba.
-" ¿Puedes dejar de mirarme, estúpido?"- le dije intentando parecer tranquila, mientras continuaba mirando por la ventanilla del coche para ignorarlo totalmente.
A diferencia de lo que podía parecer, y que hacía aún más extraña la situación, tenía muchos sentimientos encontrados, algunos inidentificables para mí, pero lo único que no sentía era miedo, aunque este hombre me hubiera secuestrado. Algo me decía, muy adentro, que él, el hombre montaña, nunca me haría daño, que me iba proteger siempre, y eso me hacía enfadar aún más, en especial conmigo misma. Decididamente estaba trastornada.
Una risa ronca escapó de sus labios, y me hizo gemir de placer, más bien fue como un ronroneo de placer, como cuando los gatos son acariciados por sus dueños. Me estaba dando cuenta que, cuanto más tiempo pasaba al lado de ese gigante con traje de diseño, más mi cerebro dejaba de funcionar, y mi traidor cuerpo tomaba el control. Y desde luego no ayudaba que, ese hombre, desde que entramos en el coche, mientras yo lo amenazaba de muerte, provocando más de una sonrisa en sus hombres, que fueron acalladas con una mirada peligrosa del estúpido, me hubiera aislado de todos, incluido de su chofer y su acompañante, subiendo una mampara de asilamiento, cerrándome en ese cubículo tan pequeño, donde su cercanía y su olor, no me dejaban pensar.
-" Para ser tan bajita sirena pelirroja, discutes mucho. ¿No sabes que esa actitud tuya te puede meter en más de un problema? Siempre hay lobos malos dispuestos a comerte, caperucita."- me dijo con una sonrisa en los labios de diversión, mientras se recostaba contra el asiento, cruzando sus brazos a la altura del pecho, fijado esos ojos de fuego en mí, mirándome con burla. Verme reflejada en esos ojos dorados, que parecían una hoguera en una noche de verano, me prendía más por dentro, pronto si no me detenía, yo iba a prender en llamas, como una maldita Falla Valenciana.
-" ¿Quién ha dicho que, por ser bajita, no soy letal?, gracioso."- quise defenderme con lo que fuera, aunque sabía era más una defensa contra mí misma, y las sensaciones que estaba sintiendo por ese hombre, poco o nada, lo hacía por ofenderlo a él, a ese hombre le resbalaba todo. Para confirmármelo, otra carcajada escapó desde el interior de la mole trajeada.
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Una luna para el CEO.
Hombres LoboEn una sociedad que muchos clanes de lobos han desaparecido, manadas muy antiguas completas, motivado por la vida moderna, la falta de obtención de recursos y la desaparición de bosques centenarios en especial en la vieja Europa, para mantener a su...