Atravesar los corredores devastados de la central no era una tarea sencilla. Las sombras proyectadas por las luces titilantes y los escombros que invadían cada centímetro del lugar creaban un escenario sumamente confuso por donde quiera que fueran. Para complicar incluso más las cosas, apenas podían lidiar con los asaltos constantes de las bestias del Necrobita, lo cual les imposibilitaba tomarse siquiera un respiro. Los siervos del Quinto Ojo también se hallaban presentes, aunque parecían cumplir un rol pasivo: en lugar de lanzarse al ataque junto a los engendros, se dedicaban a bloquear ciertos pasadizos y compuertas, obligando al grupo a tomar continuos desvíos. Pero, incluso si aquellos muñecos vivientes no representaban un peligro activo, Alex estaba seguro de que hubieran sido incapaces de sobrevivir mucho tiempo de no haber contado con la ayuda de la necrólito.
Samsara actuaba como una espada y un escudo al mismo tiempo, intercalando de posición entre la vanguardia y la retaguardia para acabar con cualquier enemigo que amenazara a sus compañeros. Senith la asistía a la distancia haciendo uso de diversos tipos de armas y explosivos que, acorde a la situación, materializaba gracias a su muñequera. Nirvana, como última línea de defensa, se encargaba de dejar fuera de combate a las pocas bestias que conseguían sobrepasar a las dos anteriores. Por otra parte y como era de esperarse, Alex se mantenía al centro de la formación sin prestar mucha atención a la batalla, bajo la excusa de que debía manejar con cautela el artilugio que Sheol le había entregado para hallar una salida.
—¡Un momento! —exclamó el joven Hound de improviso—. No tengo ni idea de cómo usar bien esta cosa. Debemos detenernos un rato para que pueda revisar sus funciones.
—¿¡Acaso estás loco!? —clamaron Nirvana y Senith al unísono.
Dejando de lado la demencial naturaleza de su exigencia, lo cierto era que Alex estaba dispuesto a usar cualquier pretexto con tal de ganar algo de tiempo. El aparato que portaba era sumamente sencillo de comprender y de manejar, dado que contenía un mapa muy detallado de las instalaciones en el que se demarcaban las posibles vías de escape en tiempo real. En tal sentido, antes de dar con el camino correcto, debía encargarse de dos cuestiones trascendentales: deshacerse de la indeseable participación de Senith y debilitar a la necrólito lo suficiente para facilitar su captura.
Y ya tenía un plan en mente para conseguirlo.
―¡Allá ustedes si prefieren seguir avanzando a ciegas! ―rebatió el muchacho―. ¡Lo último que quiero es perderme en este lugar!
La agente de Cruz negra chasqueó la lengua con vehemencia y, tras arrojar una ráfaga de proyectiles contra los engendros más próximos, tomó unas pequeñas esferas de su cinturón para luego lanzarlas al suelo. Mientras rebotaban por todos lados, aquellos redondos objetos dejaron escapar una sustancia gaseosa de tonalidad grisácea que pronto llegó a formar una pesada cortina de humo. Las bestias que los acosaban quedaron desorientadas como resultado, de modo que el grupo tuvo la oportunidad de hallar refugio en una sala repleta de maquinarias ruinosas.
―Podremos ocultarnos por un rato ―comentó Senith, apoyándose en la desgastada pared del recinto sin soltar su rifle―. Pero no bajen la guardia.
Nirvana intentó asentir, pero un fuerte estornudo se lo impidió. Le picaban tanto los ojos como la nariz y empezó a frotárselos con ímpetu a la vez que contenía otros fuertes estornudos. Samsara, de manera similar, se restregaba el rostro con las garras y soltaba potentes bufidos sin cesar, tal como lo haría un gato desesperado. Ambas habían sufrido el efecto nocivo del gas liberado por las esferas, al punto de ver reducidas sus capacidades sensoriales casi al mínimo. Si bien era una mala noticia que las ponía en desventaja, al menos podían asumir que los engendros del Necrobita también se hallarían en tan deplorable estado.
ESTÁS LEYENDO
Necrópata
ParanormalAlexander Hound enfrenta un complicado desafío: reincorporarse a la universidad luego de pasar un año entero internado en el hospital. Como está por cursar el último ciclo académico, sus escasos conocidos ya se han graduado, así que solo le queda re...