cherry lollipop ✧ haobin

capítulo 6.

—Por supuesto que no iré a su casa.—hablo con el tono más alto de lo normal.—¿Quién se cree que es?

—Zhanghao, tú mismo le diste alas—respondió Matthew—Ahora debes cortárselas.

—¿Solo por qué le hice sexo oral cree que puede tenerme?—río irónicamente.—Esta muy equivocado.

—Pues no vayas y listo—se encogió de hombros—Fin del problema.

Zhanghao sabía que le estaba poniendo mucha atención al asunto, cosa que jamás había hecho con ningún otro chico, ¿por qué con Hanbin era diferente? Y bueno, claro que estuvo investigando sobre él y todos le decían lo mismo: »Es todo un fuckboy« Y aunque Zhanghao no era un angelito, pues le gustaba provocar, sentir las miradas de deseo sobre él y que los demás le halagaran, aunque siempre se encargaba de hacerles saber que solo en sus sueños más húmedos podrían tenerlo. Pero Hanbin no tenía pudor, el se acostaba con quién sabe cuantos, le gustaba llevarte al cielo para después dejarte caer sin previo aviso, y Zhanghao no quería ser uno de ellos.

Era irónico porqué el chico más deseado de la universidad (y no solo de esa) estaba en conflicto con la actitud del peliazul. Claro que le gustaba lo que hacía con el, le había gustado saborear la rica polla de Hanbin, en cierto modo le había encantado la rudeza en la que prácticamente le obligó a mamársela, también le gustaban sus besos salvajes y la forma en que sus grandes manos le tocaban, pero eso no era suficiente para caer en sus enredos, ¿o si? no, Zhanghao tenía chicos y chicas tras suyo, que podrían hacerle eso y más.

—¿Vamos a comer algo?—preguntó Matthew, mientras caminaba hasta el estacionamiento junto con Zhanghao.

—Si quieres—Acababa de comerse una paleta hace una hora y ya tenía ganas de otra, el realmente tenía una adicción—Necesito comprar más paletas.

—Está bien, pasaremos al súper por ellas.—contestó, aunque no te estaba de acuerdo en qué su amigo consumiera tanto dulce, le preocupaba su salud pero después de advertirle tantas veces y que este solo lo haya ignorado ya no decía nada.

Ambos subieron al auto de Matthew y se dirigieron al súper a comprar un paquete de paletas, obviamente de cereza, en la caja estaba Kuanjui un chico dos años mayor que ellos, que siempre había intentado meterse en los pantalones de Zhanghao pero claro, nunca lo logró.

—Son tres dólares—pidió Kuanjui con seriedad.

—¿Por qué tan serio Chen?—se río.—¿Aún estás dolido por qué no lograste nada conmigo?

—¿Q-que?—preguntó con nerviosismo—No, para nada.

—Seguro—se burló y le entregó los tres dólares—Aquí tienes.

—Gracias.—contestó.—Eh, Zhanghao... ¿Me contestas los mensajes?

—Claro—le guiñó un ojo y salió junto con Matthew del lugar, quién solamente había observado aquella escena sin decir nada, pues ya estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones entre su amigo y otros chicos.

Después se dirigieron a un restaurante de comida rápida, Zhanghao era un bailarín y debía mantener su linda figura, pero parecía importarle poco, pues comía demasiado. Y para su suerte, no engordaba.

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—¿Entonces vamos a la fiesta de esta noche?—preguntó Jiwoong.

—Si, te veo ahí.—terminó de fumar su cigarro, tiro la colilla en el suelo y con la suela de sus grandes botas la piso para apagarla.

No esperaba que Zhanghao fuera a su casa, sabía que era solo un calienta pollas, así que se largaría aquella fiesta donde desquitaría sus ganas cogiéndose a alguien más.

Pero tenía claro lo que quería lograr, sea como sea conseguiría follar su precioso culo y no solo eso, también quería destruirlo, usarlo una y otra vez para satisfacerse y después dejarlo como si no fuera nada.

Llegó a su casa y lo primero que hizo fue tumbarse en su cama boca arriba con el celular en la mano, revisaba la sección de noticias donde todos hablaban de la fiesta de aquella noche, aprovechó rápidamente para fijarse en quien iba asistir y si, definitivamente esa noche iba a tirarse a alguien.

No es que fuera un adicto al sexo, simplemente le causaba satisfacción escuchar los gemidos suplicándole por más, ¿o si lo era?

Llegó la noche y Hanbin estaba listo para irse a la fiesta, pero grande fue su sorpresa cuando alguien tocó el timbre de su casa y si, ese alguien era Zhanghao.

El peliazul soltó una risa porqué no podía creer lo estúpido que Zhanghao era, él realmente estaba en su casa y ni siquiera tuvo que esforzarse, ni dejarle su dirección, la había sacado de quién sabe quien y eso demostraba que lo tenía a su merced. Abrió la puerta y recibió a Zhanghao con un halago.

—Que sexy te vez hoy—soltó un silbido—¿Te arreglaste así para mi?

—Tal vez—contestó con arrogancia—¿Ibas a salir?

—La verdad es que no creía que ibas a venir, así que hice planes esta noche.

—Bueno, pero ya estoy aquí, ¿no?

—Pues si, pero no voy a perderme esa jodida fiesta—se encogió de hombros—Si quieres puedes venir conmigo.

Zhanghao lo pensó unos segundos y finalmente aceptó, de todos modos ya estaba fuera, aunque le hubiera gustado más quedarse en la habitación de Hanbin.

Ambos subieron a la motocicleta y el peliazul aprovechó la situación para molestar a Zhanghao, puso en marcha el vehículo para después frenar en seco provocando que esté se pegara más a su cuerpo y se aferrara a el con temor.

—¡Hanbin!—se quejó y le dio unos débiles golpes en el brazo—¡No hagas eso!

El peliazul soltó una carcajada y arrancó el vehículo para dirigirse a la fiesta, de nada le había servido negarse toda la tarde y decir que no iría con Hanbin por qué término contradiciéndose, lo que Zhanghao no sabía era que esa noche Hanbin se encargaría de joderlo. 

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¡gracias por leer!