capítulo 25.

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Estaba tan borracho qué no le importo llevar aquel chico a su departamento, por primera vez no tenía ganas de estar sexualmente con alguien, lo único que quería era satisfacer lo que su cuerpo le estaba pidiendo, así que dejó que aquel chico le diera sexo oral, por alguna razón no lo estaba disfrutando tanto como antes, ese chico no lo hacía como Zhanghao, cerró sus ojos e intentó usar su imaginación. Intentando recordar la manera en qué su boca caliente cubría todo su miembro, las caras perversas que él pelinegro hacía, era suficiente para qué pronto llegara a su orgasmo.

—Ahh-h, Mierda Zhanghao.—gimió Hanbin con los ojos cerrados, por un momento se le olvidó quién realmente estaba ahí chupándosela.

—¿Zhanghao?—preguntó él chico con el ceño fruncido dejando de darle el oral—¿Quién es Zhanghao?

Hanbin abrió los ojos al caer en cuenta qué no era Zhanghao quién estaba ahí con él, sus pensamientos fueron tan profundos qué por un momento se la había creído y claro qué el alcohol en su organismo no le ayudaba en nada.

—¿Qué?—preguntó totalmente desconcertado.

—Acabas de llamarme Zhanghao—se levantó enojado—¿A caso sabes como me llamo?

—La verdad no me interesa saber tú nombre—contestó con fastidio mientras guardaba su miembro dentro del bóxer—Ni siquiera sabes dar una mamada bien.

—¡Eres un imbécil! ¿Sabías?—él chico agarró sus cosas y se marchó de su departamento completamente enojado.

Hanbin soltó una risa por aquello, pero no era de felicidad, ni por qué le causó risa, era por qué sabía que estaba jodido. ¿Por qué justo cuando él pelinegro se iba de su vida era cuando empezaba a darse cuenta qué no disfrutaba el sexo tanto como lo hacía con él? De pronto la habitación comenzó a sentirse vacía, de pronto comenzó a extrañar qué unos delicados brazos le rodearan y entonces supo qué estaba sintiendo cosas por Zhanghao.

✹✹✹

—Ya le llamé tres veces y no contesta—avisó Zhanghao al pelinegro—Él dijo que estaría aquí a las siete.

—¿Tal vez se le olvidó el móvil en casa?

—Matthew me va escuchar—dijo con enojo—Seguramente se ha escapado para irse con Jiwoong.

—Bueno, si no te sientes cómodo de estar aquí conmigo podemos irnos—respondió con desilusión—No hay problema.

—¡Oye, no! ¿cómo crees?—dijo rápidamente mientras colocaba una mano en su hombro—Me encantaría pasar esta noche contigo.

—¿En serio?—preguntó con una sonrisa llena de ilusión.

—Claro, ¡además me encanta el parque de diversiones!

—Te compraré todo lo que pidas.—aseguró mientras caminaban entre toda la gente.

El lugar era tan bonito, tan familiar y alegre. Habían luces de colores por todas partes, música a todo volumen, los juegos tanto mecánicos, como los normales estaban funcionando, había gente riendo, parejas abrazadas, niños corriendo, diferentes puestos de comida y dulces, era exactamente todo lo que a Zhanghao le ponían de buen humor.

Lo primero que hizo fue correr hasta el carrito en donde estaban vendiendo algodón de azúcar.

—¡Quiero uno! ¿me compras uno?—pidió como niño pequeño.

—Por supuesto—sonrió—Yo también quiero uno.

—¿De verdad?—preguntó con asombro, Hanbin hubiera dicho qué no le gustaba el dulce y lo dejaría comer solo, Yujin era tan diferente a él y eso en cierto punto le hacía sentir feliz.

Zhanghao pidió uno color rosa mientras Yujin pidió el de color azul, ambos siguieron caminando mientras veían todo a su alrededor con emoción.

—¿A qué sabe el tuyo? ¿me invitas?

—Si, claro—Zhanghao abrió la boca y puso nervioso al pelinegro con eso, pero aún así tomó un poco del algodón y le dio a probar—¿Te gustó?

—¡El tuyo sabe mejor!—hizo un puchero.—Dame el tuyo ¿siiiiiiii?

Yujin río por aquella escena tan tierna y finalmente le dió su dulce, sin recibir nada a cambio ya qué Zhanghao ya había terminado el suyo.

Después de caminar un rato más decidieron subir a un juego mecánico qué era parecido a una montaña rusa pero más pequeña, ambos subieron emocionados y cuando el juego empezó no dejaban de gritar y reír, el juego ni siquiera iba tan rápido ni mucho menos alto pero aún así ellos exageraban gritando con euforia.

—¿No fue increíble? ¡A qué si no!—dijo Zhanghao con una sonrisa tan grande que enseñaba su perfecta dentadura.

—¡Lo fue!—dijo Yujin con los ojos hechos una pequeña raya—Me divertí tanto.

Después de unos cuantos juegos más, Yujin quiso volver a lucirse frente a Zhanghao intentando ganarle otro peluche en el juego de canicas. Aunque esta vez no tuvo suerte de ganar a la primera, pero no se rindió hasta lograrlo.

—¡Muchas gracias, Yujin!—agradeció con emoción y a Yujin se le tiñeron las mejillas de rojo al escuchar ese apodo tan tierno.—Me encantan los peluches, tengo tantos de ellos. Pero cuidaré este y el otro con mucho cariño.

Era tan diferente estar con Yujin, se divertía de una forma sana, le hacía reír tanto que sus mejillas le dolían, mientras que con Hanbin le dolían pero no precisamente por reír.

Por un momento recordar al peliazul hizo que sintiera una punzada en el pecho, pero rápidamente trató de distraer su mente en otra cosa.

—¡Mira, burbujas!—corrió hacia ellas—Son tan bonitas.

—¿Quieres que compremos unas y las soplemos?

Zhanghao asintió varias veces con emoción, Yujin compró una botella de burbujas y comenzaron a soplarlas por todo el parque.

Cuando sus estómagos comenzaron a rugir, se dirigieron a un puesto de hotdogs para cenar, cuando terminaron se tomaron una foto juntos y ambos la subieron a Instagram, después de eso Yujin llevó a casa a Zhanghao.

—Muchas gracias por hacer que mi noche fuese muy divertida.

—Gracias a ti por ser tan lindo conmigo—sonrió—Eres como un ángel.

—Me pone tan nervioso que me digas cosas como esas—confesó Yujin con vergüenza.

—Solo es la verdad... ¡eres tan tierno!

Yujin sonrió tanto qué no le importo tener el labio roto ni el moretón apenas visible debajo de ojo, estaba tan contento de haber pasado esa noche con Zhanghao.

—Bueno, te veo mañana.—respondió con las mejillas coloradas.—Ten bonitos sueños.

—Igualmente Yujin.—le sonrió una vez más y bajo del auto para entrar a su casa.

Mientras Yujin se regañaba mentalmente por ser tan tímido y por sonrojarse cada vez qué Zhanghao le decía cumplidos, no quería hacerse ilusiones con él pero no podía evitarlo, le gustaba demasiado. Por un pequeño momento sintió envidia por Hanbin, por que él tenía su corazón, pero haría lo posible por robárselo, él lo cuidaría como si fuera lo más valioso del mundo. 

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¡gracias por leer!

cherry lollipop ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora