capítulo 43.

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Hanbin iba dentro de la ambulancia deseando con todas sus fuerzas qué Zhanghao no estuviera grave y qué despertara. Sentía un dolor qué jamás había sentido en el pecho, era su maldita culpa. Zhanghao no se hubiese accidentado de no ser por sus estúpidas acciones, ¿por qué tenía que ser así? ¿por qué simplemente no dejó ir a Zhanghao antes de qué se enamorara tanto de él? No iba a negarlo, sentía remordimiento por sus actos.

Estaba desesperado, había dicho en voz alta qué estaba enamorado de él. Si no fuera un maldito idiota, un jodido cobarde para el amor, nada de eso hubiera sucedido. Él no merecía nada, no merecía el amor qué Zhanghao sentía por él. Era la persona más horrible del mundo y estaba comenzando a preguntarse si realmente tenía sentimientos.

Zhanghao se encontraba acostado en la camilla, tenía la ceja rota y raspones por toda su carita, estaba inconsciente, pero respiraba y era lo qué mantenía a Hanbin con esperanza.

Una vez dentro del hospital, se lo llevaron a una sala donde Hanbin no podía entrar, lo único qué podía hacer era esperar en esos horribles pasillos qué por alguna razón odiaba tanto. No soportaba ver los rostros de las personas tristes, odiaba ver el color blanco por todas partes y el maldito olor de medicina era horrible. Pero en esos momentos tenía que dejar todo aquello atrás, lo único qué importara era qué Zhanghao estuviera bien.

Minutos después entraron sus padres desesperados, ambos lloraban y gritaban el nombre su hijo.

—¡Mi bebé!—gritó la madre—¿Dónde esta?

—Por favor díganos dónde está nuestro hijo—le pidió su padre a la recepcionista.

Si tan solo supieran que el culpable de todo era Hanbin.

La recepcionista les explicó qué debían esperar qué el doctor les diera noticias sobre Zhanghao y no tuvieron de otra qué sentarse a esperar, mientras se consolaban y rezaban para que todo estuviera bien.

Las puertas se abrieron una vez más, dos chicos entraron, Seok Matthew y Han Yujin. Ambos estaban preocupados y buscaban con la mirada a los padres de Zhanghao, pero antes de eso la mirada del pelirubio se encontró con la de Hanbin.

—Esto es culpa tuya ¿cierto?—preguntó mientras le apuntaba con el dedo índice—¿Qué le hiciste?

—Tranquilo—le dijo Yujin a su lado—Guarda la calma, debemos estar bien por Zhanghao.

—¡No!—gritó, dejando asombrado al pelinegro y a Hanbin—Te juró que si esto es culpa tuya, me asegurare de qué jamás vuelvas a cruzar palabra con él—le amenazó con odio.

—Lo único que quiero es saber si esta bien—respondió el peliazul sin ganas de discutir—Zhanghao, me importa.

—¡No me digas!—se burló—Es mejor que te largues de aquí.

—Soy su novio—contestó—No me iré.

—¿Su novio?—preguntó la madre de Zhanghao—Zhanghao no nos contó que ya eran novios.

—¿Y por qué dice Matthew que es tu culpa?—preguntó su padre con el ceño fruncido—Contesta.

—Esto no es mi culpa—mintió, lo ultimo que quería era tener más problemas y qué le prohibieran ver a Zhanghao—Fue un accidente.

—No es culpa de nadie—habló la señora Zhang—Debemos mantener la calma.

Matthew y Yujin se sentaron a un lado de los padres de Zhanghao, mientras Hanbin se encontraba a una distancia lejana. ¿Cómo podía tan siquiera mirarlos a los ojos? Siendo el maldito culpable de todo, sentía tanta culpa como si literalmente, él fuese quien lo había empujado por las escaleras.

cherry lollipop ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora