capítulo 1O.

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Zhanghao había pedido, bueno no pidió, exigió una bolsa de gomitas de gusanitos, palomitas, nachos y un refresco de cereza.

Hanbin se preguntó »¿Cómo diablos mantenía esa figura si comía así?« Cómo sea, mientras estuviera así de sexy podría seguir pagando lo que el quisiera.

Y claro, Zhanghao había elegido la película más estúpidamente romántica que había en toda la cartelera, cosa que al peliazul le pareció una tortura, pues no eran unos jodidos novios enamorados.

Durante toda la película Zhanghao soltaba soniditos como "awww" e incluso lloró cuando los protagonistas se separaron y si, también lloro en el final. Hanbin no podía pensar más qué en lo asqueado que estaba, le parecía tan estúpido el romance, a él jamás se le iba a ver igual.

—¿Todavía quieres ir a cenar?—preguntó ya que ni siquiera se había terminado lo qué pidió en el cine.

—La verdad es que estoy demasiado lleno.—respondió.—Mejor cómprame un regalo.

Zhanghao estaba acostumbrado aquello, que sus citas le comprarán todo lo que él quería, y además que tenía unos padres que le consentían en todo lo qué pidiese.

—¿Qué regalo quieres?—preguntó sin más opción.

—Mmmh—se llevó el dedo índice en su mentón—¡Ya se! Gana un peluche en la máquina para mi ¿si?

—¿Por qué simplemente no compramos uno y ya?

—No.—frunció el ceño.—Gana uno para mí.

Hanbin rodó los ojos, era mucha exigencia para alguien que no quería darle el maldito culo.

—Está bien—ambos se dirigieron a la máquina, el peliazul metió una moneda y comenzó a mover la palanca para intentar atrapar un peluche.

—¡Quiero ese!—señaló el que tenía forma de osito—No, no, ¡mejor ese, si! El de la cereza.

—¿Por qué tanta obsesión con las cerezas?—apretó el botón para intentar atrapar el peluche.

—Por que sí, me encantan—contestó sin apartar la vista de la máquina—¡Hanbin! ¿por qué no lo hiciste un poco más adelante?

Zhanghao se quejó pues el peliazul no había conseguido ganarse el jodido peluche, Hanbin metió otra moneda y volvió a intentarlo. Y si, otra vez no lo consiguió.

—¡Ay por Dios!—se volvió a quejar—Déjame intentarlo.

—No.—se negó a perder, una estúpida máquina no iba a hacerle quedar como un imbécil.

Volvió a meter una moneda y otra vez falló, lo intentó dos veces más y todas fueron un fracaso.

—Está máquina es un robo.—exclamó molesto.— No sirve.

Unos chicos observaban la escena desde lejos, por supuesto que Zhanghao llamó su atención, era obvio. Donde quiera que estaba siempre había alguien que terminaba enamorado de el, aunque jamás volvieran a verlo.

Los chicos se acercaron a ellos, el pelinegro metió una moneda y Zhanghao se quedó a mirar.

—¿Cuál era el que intentaban sacar?—les preguntó.

—¡Ese!—contestó Zhanghao apuntando el peluche rojo.

Y para joder más a Hanbin, él chico sacó el maldito peluche y si, se lo regalo a Zhanghao en sus narices.

—¡Awww!—sonrió—¡Muchas gracias!

—No.—intervino Hanbin.—No lo quiere.

—¿Cómo que no?—lo miró con el ceño fruncido—Claro que lo quiero.

—No Zhanghao, dáselo—pidió enojado—Yo te compraré uno mejor.

—¡Yo quiero este!—hizo un puchero.

—Tranquilo, no pasa nada si tu novio acepta el peluche.—habló el pelirrojo mientras él otro chico observaba sin decir nada.

—No es mi novio—dijo Zhanghao rápidamente con una sonrisa coqueta y Hanbin lo miró de reojo.

—Si, como sea—le jaló de la mano—Vámonos.

—¡Goodbyeee!—se despidió con la mano—¡Gracias lindo!

Ese estúpido chico había jodido el orgullo de Hanbin, ¿cómo era posible que lograra sacar el maldito y horrible peluche de un solo intento? Había quedado como un idiota.

—Relájate, Hanbin—habló—No pasa nada si alguien más lo ganó para mí.

—Me da igual—contestó.

—¿Estas celoso?—preguntó con una sonrisa burlona.

Por supuesto que no lo estaba, solo era su orgullo.

—Si—mintió—No es justo.

—¿El qué?

—Que yo te haya invitado al cine, te compre palomitas y dulces e incluso intente sacar esa cosa.—señaló el peluche.—Y ese estúpido chico se haya ganado que le llames "lindo".

Wow, Hanbin si qué sabía actuar muy bien.

—Awww—se río—Tu también eres lindo y además sexy.

—¿No crees qué merezco un premio por portarme tan bien?—preguntó.

—No.—movió su dedo índice de un lado a otro en forma de negación.—Me trajiste aquí para que te perdonara.

—¿Y no me has perdonado?

—Solo un poco.—se acercó a sus labios y le dejó un corto beso.—Tendrás que hacer algo más.

Zhanghao se estaba comportando como si fuera su maldito novio, no lo soportaba más. ¿Qué más tenía que hacer para follárselo de una vez por todas?

—¿Qué cosa?

—Quiero que me pongas una perforación—alzó un poco su suéter azul—Aquí en el ombligo.

—Si eso quieres, esta bien—se encogió de hombros—Pero tendrás que pagarme con algo.

—¿Con mi amistad?—sonrió divertido.

—Quiero algo más que eso, Zhanghao.

»Quiero cogerte, solo eso, ¿tan difícil es que entiendas?« pensó. Pero no iba a decir eso, claro que no, como había dicho antes, sería capaz de fingir amor con tal de lograr lo que quería.

—¿Y que quieres?

—Me gustas.—tomó su barbilla entre su mano y acercó sus labios—¿Yo te gustó?

Claro que le gustaba, le encantaba. Hanbin era sensual, era guapo, le complacía en lo que pedía y además de todo eso era tan provocador, su mirada profunda le dominaba y le encendía como nunca nadie hizo con tan solo un beso.

Zhanghao asintió aceptando que también le gustaba y rompieron la distancia en un beso tranquilo, ya que había gente alrededor.

Parecía que Zhanghao estaba comenzando a olvidar lo maldito que fue había sido con tan solo una noche en que lo había tratado bien.

Y es que él soñaba con encontrar a su alma gemela, pero no tenía idea de qué Hanbin solo quería destruirlo. 

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¡gracias por leer!

cherry lollipop ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora