capítulo 44.

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"Si no me quieres esta bien, sólo no te quedes fingiendo que lo haces..."

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Lo primero qué Hanbin hizo al llegar a su departamento fue aventar aquella lampara de cristal qué tenía en la mesa de noche contra la pared, esta se hizo añicos por todo el suelo y seguidamente comenzó a romper lo demás qué encontrara, tenía tanto coraje ¿Cómo podían negarle ver a Zhanghao? No, peor aún, Zhanghao no quería verle. Era más qué obvio, Hanbin se lo merecía, era un imbécil. Se pasó las manos por todo el rostro con desesperación, lo había perdido para siempre, sentía un horrible vacío en el estomago, todo se había acabado.

Ya no habría aquel chico lindo qué le diera besitos y caricias, ni ese qué le llenara de mensajes por las mañanas, su departamento volvería a estar vacío por las tardes, por qué no era lo mismo qué llevar a otras personas, Zhanghao era especial y muy tarde se dio cuenta de aquello. O más bien ya se había dado cuenta y no quería aceptarlo. No quería aceptar qué estaba perdidamente enamorado de Zhanghao, era más qué sexo y lo sabía muy en el fondo.

Pero su jodido miedo al amor había arruinado todo, ¿Por qué tenía que ser tan cobarde? Era más qué claro que Zhanghao le amaba con total sinceridad, jamás se atrevería hacerle daño.

Pero eso ya no importaba, Zhanghao no quería nada con Hanbin, escuchar de su boca decir aquellas palabras, qué no lo amaría jamás y qué solo era una estúpida apuesta, fue lo suficiente para terminar de romperlo.

Hanbin estaba decidido hacer todo lo posible por recuperarlo, pero sólo con la mejor de la suerte podría lograrlo, él no sabía lo qué era el amor, ni sabía lo que implicaba estar una relación, por lo tanto no tenía idea de cómo reconquistar a alguien y cambiar por Zhanghao era algo qué no estaba seguro si podía hacer, necesitaba tocar fondo para querer hacerlo.

Y cómo el brillante chico qué era, lo único qué pasó por su mente en esos momentos era alcoholizarse tanto, hasta poder olvidar el remordimiento y la culpa que sentía. Hanbin había decidido ir el bar más cercano, mientras más rápido, mejor. El lugar estaba lleno de mujeres mayores de treinta años vestidas cómo si fuesen de diecisiete, pero Hanbin no estaba ahí para mirarlas, en realidad les daba igual. Aunque estas no dejarán de mirarle cómo si fuera su presa, ¿A casó no tenían hijos? ¿No les daba pena? Creo que no.

—¿Qué te sirvo?—le preguntó él bartender.

—Algo para borrar la maldita culpa qué siento.—respondió.—¿Tienes algo para eso?

—Lo tengo.—dijo y le sirvió en un vaso con hielo el líquido de una botella, qué ni siquiera se molesto en preguntar qué era. Después de unos cuantos más de esos, había conseguido quedar borracho, pero no olvidarse de aquel pelinegro qué tanto le gustaba, no podía sacar de su mente sus besos, sus caricias, su risa y lo qué más le atormentaba era recordar sus ojitos llenos de lágrimas por culpa suya. Hanbin era tan malo, ¿Cómo se atrevió hacerle tanto daño a un chico qué no lo merecía? Sólo por qué era lindo y le gustaba la atención decidió hacerlo, pero ¿Qué culpa tenía de serlo? Si él fuera así de lindo, sin dudarlo fuese como lo era Zhanghao en un principio. Había cambiado tanto desde qué estaba con Hanbin, ya no era ese mismo chico vanidoso, era un chico sumiso y solo trataba de complacer al peliazul, realmente se había enamorado de él, lo amaba tanto como para olvidarse de la atención de los demás. Qué estúpido fue Hanbin al no darse cuenta de aquello, nadie en su jodida vida lo había amado de una manera tan real.

Y como una vez había dicho, el karma es una perra y se iba joder a Hanbin.

—Fuiste muy malo con él.—le dijo Kazuha, una mesera de 35 años.—Eres un chico muy malvado.

—No se qué hacer.—bebió todo el contenido de su vaso de un solo trago.—Ni siquiera se qué estoy sintiendo, maldita sea.

—Es amor.—respondió la rubia.—Estas enamorado y ahora estas sufriendo por haber sido tan imbécil.

—¿Crees qué es amor?—preguntó.—¿El amor hace tanto daño?

—Por supuesto que no.—dijo negando con la cabeza.—El amor te hace feliz.

—Si Zhanghao me amaba tanto.—hizo una pausa.—¿Por qué no fue feliz conmigo?

—Por qué tu eres un idiota.—rodó los ojos—¡Uno muy grande!

—¿Qué debo hacer, Kazuha?

—Tienes dos opciones.—respondió.—Cambias y tratas de recuperarlo, o lo dejas ir para siempre , y lo lamentó pero eso sería lo mejor.

—¿Cómo voy a vivir sin él?—preguntó con un nudo en la garganta.—Lo veo todos los días, ¿Cómo podré soportar estar sin tocarlo, sin besarlo, sin hablarle?

—Entonces cambia, Hanbin.—se encogió de hombros.—Esa es tu respuesta.

—¿Por qué estas ayudándome? —preguntó con el ceño fruncido.—¿A caso quieres qué te folle? Por qué si es así, estas perdiendo el tiempo.

—Eres tan atrevido.—respondió mientras reía.—No quiero nada de eso, estoy bien con mi esposo.—se levantó de su asiento y antes de irse habló.—Espero qué dejes buena propina.

Hanbin observo como aquella rubia se marchaba a seguir su labor, ella tenía tanta razón. Debía cambiar, o escoger la mejor opción: Dejarle ir de una vez por todas, le haría un gran favor a Zhanghao si lo hacía. No estaba seguro de que algún día llegaría amarle de verdad y si eso nunca pasaba ¿Para qué tratar de recuperarlo? Era mejor qué dejara de pensar en él una maldita vez e hiciera algo bueno. Pero ¿Cuándo se iría ese vació qué estaba sintiendo?

✹✹✹

El alma de Zhanghao ya no podía repararse, Hanbin era todo para él. Lo único que hizo fue darle su amor, hacía todo lo que el pedía, ¿Por qué tenía que lastimarlo de aquella manera? Le dió su corazón y lo rompió en mil pedazos, el dolor qué estaba sintiendo en el cuerpo, no era nada comparado con lo qué le estaba doliendo en el alma. Haría todo lo posible por borrar las caricias de Hanbin en su piel, por olvidar aquellos besos qué hacían que perdiera la noción del tiempo, sacaría todo el veneno qué Hanbin había dejado en su interior.

—Todo esto es mi culpa Matthew.—habló en un hilo de voz.—Yo me busque este dolor, por creerle una vez más. Por pensar qué el era mi alma gemela.—sonrió con tristeza por haber creído algo tan estúpido.—Hanbin no es la persona qué yo creí.

—No es tu culpa Zhanghao.—le aseguró.—Tan solo estabas enamorado, él debió ser sincero con lo que quería, él te mintió.—borró las lágrimas qué caían de sus mejillas al recordar a Jiwoong, estaba pasando una situación similar, pero debía ser fuerte. —Estarás bien, lo prometo. Vas a sanar y solo habrás perdido tu tiempo, pero Hanbin habrá perdido a la persona que realmente le amaba.

—Lo voy a olvidar, Matthew.—habló con la voz quebrada.—Voy a dejar de quererle, lo prometo.

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¡gracias por leer!

cherry lollipop ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora