capítulo 14.

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—¿Cuándo harás mi perforación?—preguntó Zhanghao sentado en la esquina de su cama mientras Hanbin fumaba un cigarro, cosa que no le pareció ya que sus padres podrían oler el humo del cigarro y se metería en un gran problema pero no le dijo nada.

—El sábado, ¿te parece?—contestó sin apartar la vista de de su celular—Haré un espacio para ti.

—Esta bien—se levantó de su cama y se acercó hasta él, quien rápidamente bloqueo la pantalla de su aparato—¿Me invitas?

—¿Sabes fumar?—arqueó una ceja y él negó con la cabeza.

—No, pero quiero saber como se siente—contestó tímidamente—Veo que a ti te gusta mucho.

—No me gusta el sabor, me gusta el efecto.

—¿Puedo probar?—preguntó con su carita inocente y Hanbin le dio una calada al cigarro para después pasarlo a la boca de Zhanghao con un beso.

—Ya probaste.

—No—frunció el ceño, le quitó el cigarro de entre sus dedos y lo llevó a sus labios, torpemente le dio una calada y enseguida comenzó a toser—Esto es horrible.

—Continúa con tus paletas—se burló—Esto no es para ti.

—Te hará daño en los pulmones si continuas fumando—le advirtió—¿Lo sabes?

—Cada quien elige su manera de morir.—encogió los hombros.—Unos mueren por amor, otros por drogas y tú, tu morirás de diabetes.

—¡Oye!—golpeó su hombro débilmente—No hables de muerte.

—¿Por qué no?—preguntó mientras exhalaba el humo al rostro de Zhanghao—Es algo que tiene que pasarnos a todos.

—Sí, lo se—miró el suelo y comenzó a jugar con sus manos—Pero me asusta.

—Solo vive tu vida como quieras—exhaló el humo—Y entonces te irás de esta vida feliz.

—¿Tu eres feliz?—preguntó mirándole y Hanbin lo pensó unos segundos.

—Si.—contestó sin más, pero ¿realmente lo era?

—Eso me alegra—sonrió—Yo soy feliz, pero contigo lo soy más.

—¿Por qué?

—Por que sí, me gustas—alzó la cabeza para mirarlo—Nunca me había gustado tanto alguien y es bonita la sensación.

—No somos novios—apagó el cigarro y se pellizco la punta de su nariz—¿Lo sabes, no?

—Lo sé.—rodó los ojos.—Pero más adelante podemos serlo ¿no?

—No.—negó con la cabeza.—Olvídalo.

—¿Por qué?—contestó con un puchero—¿A caso no te gustó también?

—Me gustas, pero yo no estoy para relaciones.

Bueno, por lo menos había sido sincero con él por primera vez y aunque Zhanghao sabía muy bien que a Hanbin nunca se le había visto con pareja o al menos eso es lo que le dijeron sobre él, pero dentro de si quería creer que en realidad era especial y podía hacer eso cambiar.

—¿No dijiste que era especial para ti?—preguntó con desanimo.

—Y lo eres, pero nunca tuve ni tendré ningún compromiso con nadie—tomó sus mejillas entre sus manos—¿Entiendes eso, bebé?

—¡Entonces solo estas jugando conmigo!—gritó con enojo—¡Solo quieres que sea tu juguete!

—Cálmate, Zhanghao—contestó con molestia—No me gusta que me griten.

—¿Soy solo un juego, no es así?

—No, no lo eres—clavó su mirada en él—Solo no quiero una jodida etiqueta.

—Quieres qué nada nos até, ¿cierto?—sonrió irónicamente.

—Yo soy libre, no soy de nadie—le aseguró y Zhanghao soltó una carcajada.

—¿Y yo si soy jodidamente tuyo, no?

—Eres mío y de nadie más—respondió posesivamente—Nadie que no sea yo va tenerte, te lo dije.

—¿Realmente eso crees?

—Si alguien más llega a tocarte, yo nunca mas volveré a querer hacerlo—contestó completamente serio.

—Yo tampoco voy a querer estar contigo si te acuestas con alguien más—lo miró aún con las manos del chico en sus mejillas.

—¿No quieres que esté con nadie más?—Zhanghao negó con la cabeza—Bien, no estaré con nadie más.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo—besó tiernamente su nariz—Pero para eso, tendrás que ser buen chico y ser obediente conmigo para eso.

—Lo seré.—contestó y Hanbin tomó su barbilla posesivamente para después comerle la boca a besos.

—Así me gustas más, obediente y sin quejarte—mordió su labio con rudeza y se levantó—Me tengo que ir.

—Está bien, de todos modos ya están por llegar mis padres.

—Te veo mañana—Hanbin colocó sus manos en el trasero de Zhanghao y lo apretó fuertemente, después le dio un beso rápido y se marchó dejándolo solo en su habitación.

Claro que Zhanghao se sentía un poco mal, sabía que estaba siendo muy sumiso con Hanbin, pero prefirió ignorar aquello, pues en verdad le gustaba como nunca antes le había gustado nadie y estaba convencido qué Hanbin terminaría cambiando de opinión, que también se enamoraría de él.

Los padres de Zhanghao llegaron media hora después de que Hanbin se marchará, por suerte no se había quedado más tiempo, porqué se hubiese metido en un gran problema con ellos, no es que pensarán que su hijo era virgen a los veintiún años, pero tenían estrictamente prohibido que metiera chicos a la casa mientras ellos no estaban.

—Hola, cariño, ¿cómo te fue en la universidad?—preguntó su madre dándole un beso en la mejilla.

—Me fue bien, ¿y a ustedes?—los abrazó a ambos.

—Todo estuvo bien, agotador pero bien—contestó su padre—Te hemos traído algo.

—Oh, ¿en serio?—le brillaron los ojitos de emoción—¿Qué es?

—Bueno, tu madre quiso pasar a la joyería para comprar unos pendientes que le gusto y encontramos algo perfecto para ti—sonrió con emoción—Sabemos que te va encantar.

Su madre sacó una cajita de su bolsa y se lo entregó a Zhanghao quién estaba muy emocionado, sus padres siempre eran así con él, le daban regalos y le complacían pagando todo lo que él quisiera siempre y cuando sus notas fueran perfectas como siempre.

—¡Awww, me encanta!—sonrió en cuanto sacó la cadena de oro con un dije de cereza—¡Gracias, los amo!

—No hay de que—le devolvieron la sonrisa—Cuídala bien ¿si?

—Claro que sí—contestó y se la colocó alrededor del cuello—Los quiero tanto.

—Tienes que estar con alguien que te trate mucho mejor que nosotros.—dijo su padre.—No aceptes menos.

—Lo haré.

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¡gracias por leer!

cherry lollipop ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora