cherry lollipop ✧ haobin

capítulo 41.

—No quiero seguir sufriendo por él.—se secó las lágrimas con el dedo índice.—Está más que claro qué no estamos destinados a estar juntos.

—Están en una relación tóxica.—contestó Yujin.—No es bueno para ti, Matthew, ni para él.

—Por mucho tiempo he estado enamorado de Jiwoong.—confesó.—Lo qué más deseaba era ser feliz a su lado.—sintió un nudo en la garganta al decir aquello.—Pero me engaño de nuevo y lo mejor es qué nos separemos para siempre.

—A veces nos aferramos a algo, aunque nos hagan daño.—le agarró las manos.—Debemos aprender a soltar.

—¿Así como tú has soltado a Zhanghao?—preguntó él pelirubio.

—Su corazón le pertenece a Hanbin.—sonrió.—Aún le tengo cariño, es un chico maravilloso, pero acepté que solo somos amigos.

—Entonces, ¿Podemos hablar de lo qué pasó aquella noche?—preguntó Matthew.—Me está matando saber lo qué en realidad piensas.

—¿Estas seguro qué quieres hablar de eso?—frunció el ceño.—Estás lastimado Matthew , creo que no es el momento.

—Amo a Jiwoong.—contestó.—Es él primer chico que ame, pero dejare de hacerlo, él no lo merece.

—Yo se qué lo amas.—respondió él pelinegro.—Y se qué el beso que nos dimos fue solo un impulso.

—No Yujin.—negó con la cabeza.—Dime qué no soy él único qué no puede sacar de su mente ese beso, dime qué tú también sientes algo.

—Lo hago.—confesó.—Pienso en aquello todo el día, pero ¿Qué puedo hacer cuando tú corazón le pertenece a otro?

—Ayúdame a olvidarlo.—pidió casi como una súplica.—Ayúdame a sacarlo de mi corazón y entra tú en su lugar.

—Matthew...—le miró con tristeza.—No puedo hacer eso.

—Por favor Yujin.—se acercó más a él.—Bésame, hazlo otra vez.

—No quiero aprovecharme de qué estás vulnerable.—realmente quería besarlo, pero no iba hacerlo solo por qué Matthew estaba roto, no podía hacer eso.—No soy así.

—Yo se qué no eres así.—respondió.—Tú eres él chico con los sentimientos más lindos qué existen, eres tan dulce y diferente.

Yujin no respondió nada ante aquello. No sabía qué decir, su corazón latía con rapidez y antes de qué pudiera decir algo, los labios de Matthew ya estaban besando los suyos. Lo besaba con desesperación, cómo si le doliera y estuviera tratando de borrar los labios de Kim Jiwoong.

Él pelinegro suavizó el beso, fue lento y delicado, invitándole a Matthew a bajar el ritmo, las lágrimas de este caían por sus mejillas hasta ser intrusas en aquel beso y mezclarse entre sus salivas. Yujin rompió el beso y con sus dedos las borró, acarició su mejilla delicadamente y le sonrió.

—Tomémoslo con calma.—le sonrió.—No hay prisa de nada, tienes qué sanar.

—Eres tan lindo Yujin.—le abrazó con fuerza.—Siento qué no fue casualidad qué nos hayamos conocido, en serio siento eso.

—Tal vez fue así.—acarició su espalda.—Dicen qué las casualidades no existen.

Ninguno de los dos se amaban, pero sentían algo especial, algo les decía qué debían darse la oportunidad de conocerse, Yujin trataría de hacer lo posible por unir las piezas de su corazón roto y Matthew estaba seguro qué llegaría el día en qué los dos se amarán con locura. Por qué él iba a olvidar a Jiwoong, ya le había dado demasiadas oportunidades, ya no merecía más, qué le haya sido infiel de nuevo fue la gota qué derramó el vaso, le había perdido definitivamente.

✹✹✹

Jiwoong realmente amaba a Matthew, pero no sabía cómo demostrarlo. Su vida era un desastre, a su madre no le importaba para nada su vida, todo el día estaba fuera de casa, cada qué podía consumía drogas y se alcoholizaba, era un chico inseguro y celoso y solo pensar en Matthew con alguien más hizo qué explotara, le dolía pensar en aquello y prefirió beber hasta perder la razón, ni siquiera se acordaba de con quién se había acostado, no significaba nada para él. Solo deseaba poder retroceder el tiempo y haber evitado qué su vida fuese una completa mierda. Así podía ser una mejor persona para Matthew, así nunca haberle roto el corazón. ¿Por qué tenía qué estar tan jodido? Ahora no había nada que hacer, sabía qué lo había perdido, qué ya no volvería a perdonarlo, se lo advirtió. Le dijo qué era su última oportunidad y no hizo nada para cambiar.

El corazón le dolía, en verdad le dolía. Quería ir a buscar a Matthew y rogarle por su perdón, qué no le dejara solo, quería explicarle lo qué realmente sentía. Qué lo amaba y que quería cambiar, qué necesitaba ayuda, pero ya era jodidamente tarde. ¡Ya no servía de nada! Debía dejarlo ir, dejar de hacerle daño.

Entonces sin Matthew ya no tenía caso cambiar, ¿Para qué? Prefería emborracharse todos los días si era necesario, por más que dijera que trataría de dejar las drogas, sabía qué no iba a poder. Si arruinaba su vida ya qué más importaba, no tenía a nadie. 

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¡gracias por leer!