Los centurión

16

A pesar de que ya era primavera, al mirar hacia arriba no podía ver el sol, lo único que se apreciaba eran unas nubes grises que a simple vista pronosticaban una pronta lluvia. Parecía que el cielo también estaba de luto.

Después de viajar un tiempo en carretera y un poco más en avión, por fin llegamos al sombrío lugar. Había unas cuantas chozas pequeñas en la cual solo cabría un puñado de personas así que en cuanto bajamos se nos ordenó armar unas casas de campaña para quedarnos durante todo el tiempo que nos tomaría recuperar el pueblo.

Todo mi escuadrón estaba en silencio, ni un solo ruido salía de nosotros, los ánimos estaban por los suelos. En sus rostros solo podías ver sus ojos rojos y lágrimas secas que tenían en las mejillas.

A pesar de que todas nos encontrábamos decaídas no teníamos tiempo para lamentarnos, porque en unos minutos comenzaría la primera batalla.

Entre todos armamos las casas de campañas, hicimos grupos, ni siquiera recuerdo con quien me toco, solo sé que hice lo que me ordenaron. Me sentía perdida, como si nada de eso tuviera sentido, mi corazón seguía oprimido y solo podía pensar en Olivia.

Una mano me toco la espalda, se sentía cálida, voltee de inmediato creyendo qué era ella, deseando que de verdad fuese un sueño, pero era George, traía una venda consigo y comenzó a vendar mi mano. Me había cortado y ni siquiera lo había notado. Al terminar asentí dándole las gracias y a pesar de que intenté hablarle no pude decir ni una sola palabra.

-No te preocupes - dijo George con su rostro lleno de melancolía, posó su mano sobre mi cabeza y acarició suavemente mi cabello -. Te prometo que esto terminará rápido.

Sabía que si decía una sola palabra me ahogaría en llanto y antes de que el dijera otra cosa los comandantes nos llamaron a todos, era hora de que nos explicaran en qué consistía nuestra misión.

Los tres comandantes se encontraban frente a una meza y sobre esta había un mapa. Todos nos reunimos alrededor de ellos.

-Ahora que todos están reunidos les explicaremos lo que haremos - dijo la comandante Amelia de forma intimidante -. Nosotros nos encontramos aquí - señalando el lugar en el mapa-. El pueblo está a unos minutos de camino.

- Según mis fuentes ahora mismo hay menos soldados enemigos en esta región - continuo otro comandante, no lo conocía, solo sabía que dirigía uno de los escuadrones con los que íbamos-. El enemigo se dirige a otro punto así que aprovecharemos esta oportunidad única que tenemos para recuperar este pueblo que es muy importante para Gladius. La misión es de muy poco riesgo así que esperamos que no haya bajas.

Al lado de los comandantes se encontraban varias personas que no había visto nunca, me llamaron mucho la atención porque sobre sus cuerpos llevaban una especie de armadura para poder protegerse. La mayoría de los soldados estaban intrigados por saber quiénes eran esas personas por lo que no prestaban tanta atención en lo que decía el comandante. Este se dio cuenta, con fuerza golpeo la meza asustándonos y atrayendo de nuevo la atención de todos y dijo:

-Como la mayoría de ustedes habrá notado a mi lado se encuentra un grupo de personas - señalándolos -. Ellos son unos expertos reporteros y camarógrafos que documentaran todo este suceso.

- Por cuestiones de seguridad en esta ocasión no se transmitirá en vivo - continuo la comandante Amelia -. No quiero que se sientan intimidados por eso, ellos harán su trabajo y ustedes el suyo, ¿quedo claro?

- ¡Si señora! - respondieron.

La mayoría estábamos abrumados, era imposible no sentirnos intimidados por eso, pues ahora sabíamos que muy pronto millones de personas podrían ver si ganábamos o perdíamos.