Mi vida es un poco extraña, un día estaba estudiando en mi casa para tomar el examen de ingreso a la universidad y al siguiente me encontraba caminando al lado de mi enemigo y un oso, mientras intentaba salir del bosque más grande del mundo.
El oso continúo a nuestro lado por los siguiente cinco días. Quise ahuyentarlo ya que el enemigo podría encontrarnos y le haría daño, sin embargo, no tuve el valor para hacerlo. Se había convertido en nuestra fiel mascota, no, mejor dicho, nuestro leal amigo.
Siempre caminaba entre ÉL y yo, pocas eran las veces en las que se adelantaba o atrasaba.
Intentamos ponerle un nombre, pero ni ÉL, ni yo nos poníamos de acuerdo en cual sería el adecuado.
-Su nombre será Artaois - dijo ÉL.
- ¿Por qué debería llamarse así? - pregunte.
- Es el nombre de un dios guerrero con cabeza de oso.
- Suena demasiado hostil, deberíamos llamarlo Teddy - conteste.
- ¿Por qué Teddy? - pregunto.
- No es obvio - señale al oso -. Parece un osito de peluche gigante.
- Ese nombre suena estúpido.
- Es el más adecuado a su personalidad tranquila.
- Eso es porque no lo hemos visto entrar en acción - vaya que sabia como molestarme.
- ¡Es Teddy y punto! - grite.
- ¡Es Artaois!
Esa discusión la teníamos día tras día. ÉL insistía que era un oso que, a pesar de ser dócil con nosotros, contra los demás era alguien de temer, y pese a que sabía que tenía razón, cada vez que veía a ese oso no podía dejar de pensar que era lo mejor que me había pasado desde que entre en ese bosque.
El oso al estar con nosotros se comportaba como un pequeño cachorro, incluso a la hora de comer era bastante perezoso, pero fue porque ÉL y yo cazábamos su comida. Desde el primer pescado que le dimos, lo acostumbramos a que no tenía que buscar su comida ya que ambos lo alimentábamos. En ocasiones le dábamos aves, en otras buscábamos hierbas y nueces, sin embargo, su comida favorita seguía siendo los pescados.
Al ser esa su comida favorita procuramos estar lo más cerca de los ríos que nos fuera posible, así conseguiríamos alimentarlo sin ninguna preocupación.
Había ocasiones en las que no podía creer que me preocupara más por buscar que comiese el oso, que saber qué es lo que comería yo ese día.
Durante las noches deje de dormir sobre las ramas de los árboles y en su lugar dormía recargados del lado derecho del oso. Este me cubría con su calidez y no solo hacía que me durmiera más rápido, también deje de tener esas horribles pesadillas que me atormentaban noche tras noche.
ÉL también comenzó a dormir en el suelo, justo del lado izquierdo del oso. Yo tenía mis razones para hacerlo, sin embargo, me intrigaba mucho saber cuáles eran las de ÉL, aunque probablemente no era nada y solo se había encariñado del oso al igual que yo.
Durante eso cinco días todo gira alrededor del oso, desde que amanecía, hasta que el sol se ocultaba, aunque no podía quejarme ya que me hacía sentir feliz, pero esa felicidad no duraría mucho tiempo.
Yo estaba sentada sobre un tronco mientras ÉL y el oso cazaban peses en un río a varios metros de distancia. ÉL ya ni siquiera se molestaba en casarlos con su espada, en cambio utilizaba sus manos para agarrar los peces y se los daba de comer al oso. Quizá ÉL no lo demostraba abiertamente, pero una parte de mi sabía que se había encariñado de ese oso incluso mucho más que yo.

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Los Centurión
Action¿Qué es la paz? Son solo recuerdos vacíos, llenos de felicidad, pero también mucho dolor. ¿Qué son los amigos? Son una fortaleza, pero también un punto débil que pueden arrebatarte sin piedad. ¿Qué es la familia?Aquellos por los que estas dispuesto...