Parte 28

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Mew

Oprimo el botón rojo para poner fin a la llamada. La propia palabra se burla de mí. ¿He estropeado cualquier posibilidad de estar con Gulf? ¿Me importa si es realmente así? 

Las respuestas están claras: «No lo sé» y «Sí». 

En ese orden. 

Solo puedo esperar que confesárselo todo haya sido la decisión correcta. Estaba seguro de que alguien como Gulf apreciaría el gesto, pero quizá me haya equivocado. 

Jamás he sentido nada como lo que siento por él. ¡Joder! Jamás he sentido nada por un chico, por lo menos nada como esto. 

Resisto el deseo de lanzar el teléfono contra la pared. El siguiente paso deberá darlo él. Tiene que elegir. Yo tendré que aceptar su decisión, sea la que sea. 

No suplicaré. Jamás le suplicaré a un nadie. 

Jamás.


Gulf.

El martes se transforma en miércoles; la cólera y la amargura dan paso a la tristeza y a la depresión. A su manera, Mew es el hombre perfecto. 

Siempre quise que se pareciera más a Tharn cuando, en realidad, ya lo era. Ha sido capaz de cambiar totalmente su vida para convertirse en alguien útil para su padre mientras honraba, de paso, la memoria de su hermano. De su familia. 

Es la combinación perfecta de chico malo y hombre de éxito; he encontrado lo que siempre quise, lo que siempre necesité, envuelto en un paquete sexy y atractivo que, a su vez, está cubierto de una red de mentiras y peligros. 

Si esto no es una putada, no sé qué lo es. 

Mew

Supongo que tienen razón los que dicen «nunca digas de este agua no beberé». Me prometí a mí mismo que no suplicaría. 

Resulta ridículo; solo es miércoles y he perdido ya la cuenta de las veces que lo he llamado. Debería sentirme avergonzado. Pero no es así. 

Me veo superado por la desesperación. Cada día un poco más.

Me aterra perderlo, pero ya no sé qué más hacer. Odio la idea de ir a su casa para obligarlo a hablar conmigo, pero acabaré haciéndolo. 

Lo cierto es que no se me ocurre nada que no fuera capaz de hacer por él; por verlo, por hablarle, por acariciarlo y saborearlo otra vez. 

«¡Joder! ¡Esto es un puto desastre!». 

Gulf.

El miércoles se convierte en jueves. La pantalla del móvil se ilumina cada vez con más frecuencia. 

Lo tengo a mano por si es mi padre quien me llama, pero nunca es él. Siempre que le llamo me dice que está bien y me promete que se pondrá en contacto conmigo si necesita algo, pero no lo hace. 

Quizá debería irme a casa durante unos días. Tomarme un descanso en la universidad. Hacer un paréntesis en mi vida. Olvidar esta angustia… y a Mew. 

Faltan solo unos días para que Marissa regrese a casa. ¿Qué ocurrirá entonces? ¿Seguirá Tharn formando parte de su vida? ¿Seguirá viniendo de visita? ¿La abrazará y besará delante de mí? ¿Le dirá que la ama? ¿Tiene planeado un futuro con ella? ¿Lo planeará si no es así? 

Todos esos pensamientos me hacen caer en picado. Por un lado, siempre he sabido que se acostaba con ella. Es decir, están saliendo juntos, por supuesto que mantienen relaciones sexuales. 

Por otro, Mew no tenía ningún compromiso y yo sabía que le gustaba todo lo que puede gustarle a un hombre como él, por lo menos en ese momento. Pero todo era mentira. 

¡Mentira! ¿Verdad? 

Gulf's DecisionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora